Comienza el curso político tras un agosto que nunca podremos olvidar. Los enemigos de la libertad volvieron a teñir de sangre nuestras calles y de dolor nuestras almas. Pero les hicimos frente una vez más, les dijimos que no tenemos miedo y les haremos frente una y mil veces. Con unidad y confianza en nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de las más preparadas del mundo para luchar contra el terrorismo. Vivimos en un momento de amenaza global y de incertidumbres, pero éstas no pueden nunca derrotarnos ni hacernos vivir con miedo. Eso es precisamente lo que pretenden unos indeseables que no actúan en nombre de ninguna raza o religión, sino de un odio enfermizo.

Casi a la vuelta del verano, las formaciones políticas debemos hacer un frente común ante el desvarío que pretenden algunos partidos en Cataluña. Partidos que apelan a las urnas cuando son ellos los primeros que rompen toda regla democrática, pretendiendo imponer sus criterios a golpe de cese o de decreto, o con un referéndum ilegal en una deriva independentista alocada que no refleja el sentir colectivo de la ciudadanía de Cataluña. El PP ha gestionado muy mal en los últimos años la crisis política que se vive en Cataluña. Ha preferido construir un enemigo –al igual que han hecho los independentistas—que buscar puentes de diálogo o tratar de escuchar una voz, numerosa y nada desdeñable, que no se encuentra cómoda dentro de las reglas del juego. A pesar de sus errores, el PP sabe –y así se lo ha hecho llegar Pedro Sánchez—que el PSOE estará a su lado ante este injustificado intento unilateral de ruptura. Como siempre hemos hecho, demostraremos nuestra responsabilidad y sentido de Estado y actuaremos sin fisuras con el Gobierno para estar frente a quien incumple las normas de convivencia.

Actuaremos sin fisuras con el Gobierno para estar frente a quien incumple las normas de convivencia

Este es el primer y preocupante reto de un otoño en el que, por desgracia, espero poco del Gobierno. Seguimos teniendo un presidente que se empeña en deslegitimarse a sí mismo como tal, riéndose y despreciando una vez sí y otra también al Parlamento. Por tanto sigue burlándose de los españoles con sus comparecencias en las que no explica nada y se limita a atacar a la oposición. Rajoy sigue sin explicar la corrupción sistémica de su partido, se va por los cerros de Úbeda y demuestra con sus omisiones que tiene una actitud impropia de un servidor público y mucho menos de un presidente del Gobierno. Como decía, esperaba poco de Rajoy y este Gobierno, pero su ensimismamiento y su desprecio continuo al parlamentarismo es irritante.

Dicen los grandes números que vamos saliendo de la crisis económica. Es una gran noticia, pero ésta no será completa hasta que los ciudadanos lo perciban. Y por el momento, no es así. Es urgente que se suban los salarios para que se incentive el consumo y acabar con los dramas personales de muchos miles de familias que todavía siguen teniendo graves problemas para cubrir sus necesidades básicas. Frente a un Gobierno que prioriza los rescates a autopistas que no van a ningún lado y que encargaron a empresarios amigos, el PSOE trabajará sin descanso para rescatar a las personas.

Esto será una constante durante el próximo curso, ante un Gobierno insensible y, de momento, ausente. Porque, ¿dónde están ministros como la de Medio Ambiente, ante la mayor sequía de los últimos 15 años y con un verano azotado por los incendios? ¿Dónde están ministros como el de Exteriores, en un momento en el que ejercer el liderazgo internacional es imprescindible? ¿Y el de Hacienda? ¿Buscando los próximos culpables de su ineficacia? Podríamos seguir enumerando casos de uno de los Gobiernos más inconsistentes e ineficaces de la Historia.

Por suerte, y tras un año duro, el PSOE ha salido muy fortalecido de su crisis interna y ha revalidado un notable liderazgo en Pedro Sánchez, quien está cada día más cerca de ser el presidente del Gobierno que los españoles necesitan. Además de ese liderazgo, hay un equipo sólido y cohesionado que tiene muy claro que la prioridad es atender las necesidades ciudadanas, y para ello estamos trabajando todos los días, convencidos de que vamos por la senda correcta, aunque esta sea larga y llena de obstáculos.