En los últimos meses las encuestas publicadas sobre los grandes eventos, están reproduciendo en todas las partes del mundo, graves errores en sus resultados finales. Sea en el referéndum del Brexit, que predijo que ganarían los partidarios de que el Reino Unido permaneciera en la Unión Europea, o bien las encuestas que erraron en afirmar que la candidata demócrata Hillary Clinton pasaría a la historia al convertirse la primera presidenta de Estados Unidos y ganó de forma inesperada Trump, fallaron cuando predijeron que la mayoría de los colombianos respaldaría el acuerdo de paz negociado entre el Gobierno y los guerrilleros de las FARC, no acertaron cuando afirmaban que David Cameron no sería reelegido primer ministro británico y se equivocaron en las últimas elecciones generales en España, cuando publicaron el sorpasso de Podemos sobre el PSOE.

En Catalunya las encuestas que estamos viendo estos días reproducirán, según mi parecer, los mismos errores y en este caso no sólo por el altísimo voto oculto que en la Catalunya del proces obliga a los constitucionalistas a esconder sus simpatías, sino también de que hay un amplio número de indecisos, que siguen dudando a cual de los partidos de los distintos bloques pueden votar.

El principal problema en Catalunya es la dificultad de medir las emociones

El principal problema en Catalunya es la dificultad de medir las emociones y a través de las encuestas se hace casi imposible utilizar el modelo clásico de medición de intención de voto que busca identificar la decisión racional que la gente toma en un momento en que el procés ha borrado desde hace años la toma de una decisión racional en las elecciones.

A pesar de los errores que puedan dar las encuestas, todas las mediciones sobre intención de voto muestran una situación de difícil gobernabilidad en la Catalunya del 155 y de división y enconamiento en la sociedad catalana, y mi vaticinio es que vamos a la repetición de elecciones en el próximo mes de abril.

Catalunya seguirá dando inestabilidad al proyecto de recuperación social, política y económica de España, y es que esto será largo, muy largo.