Aquel día en el que esperábamos el nombramiento de los ministros de Sánchez uno a uno, con redoble. Era un Gobierno como de circo, en el buen sentido, entre aguerrido, chispeante, caracterizado e infantil. De verdad salía un ministro con bigote de forzudo, si tenía hacer de forzudo; o con lágrima de payaso serio, si tenía que ser seriamente risueño; o con león dócilmente encadenado como un reloj de bolsillo, si era un ministro con león. Y Sánchez con su planta de jefe de pista, con hombreras y botonera de maestrante o de ascensorista. Un Gobierno de estantería, con un oficio de ministros de Lladró si Lladró hiciera ministros. Aquel día, cuando cada ministro parecía un ángel de Charlie. Los esperábamos como en una Navidad de ministros, traídos por un presidente Papá Noel, un poco por necesidad, un poco por capricho, un poco por sorpresa. Aquellos nombramientos como de Óscar, tras tanto aparatik y tanto funcionario dormido sobre su tintero, derramado a suspiros. Los esperábamos como a novias sucesivas. Ahora pasa lo mismo, pero con sus dimisiones.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La Promesa: avance del episodio del lunes 28 de abril
- 2 Pardo de Vera escoge a la exabogada del Estado del 'procés' y su mano derecha en Adif para defenderse en el 'caso Koldo'
- 3 Así es Arantxa Aranguren: El último fichaje de La Promesa
- 4 Los nuevos radares que multan cinco veces más: dónde están
- 5 Estos son los posibles sucesores del Papa Francisco
- 6 Eugenia vuelve a La Promesa: RTVE adelanta los acontecimientos
- 7 El Gobierno aprueba la nueva ayuda de 200 euros para la crianza
- 8 Los trucos escenográficos del Vaticano y la Plaza de San Pedro
- 9 Clothoff: la IA que miles de españoles usan para desnudar mujeres