El centro derecha ganaría en votos pero perdería en escaños. Ese es el consenso de las encuestas que, de forma masiva, nos han inundado estos días. La división en tres grupos (Partido Popular, Ciudadanos y Vox) perjudica al bloque conservador en las provincias con menos escaños, en las que el principal beneficiado sería el PSOE. El hundimiento de Podemos también beneficia a los socialistas. El PSOE podría obtener 45 escaños más de los que logró en 2o16. El pasado otoño el asesor más cercano y principal de Pedro Sánchez me confesó que con 20 o 30 escaños más de los que tenían se darían por satisfechos.

Todo fluye a gran velocidad y hasta los propios responsables de las empresas demoscópicas advierten de que la fotografía puede cambiar mucho en las próximas semanas. El número de indecisos es todavía muy alto y sigue habiendo voto oculto en la derecha. Por tanto, hay que ser prudentes a la hora de extraer conclusiones.

Hay, sin embargo, algunos aspectos que conviene destacar porque constituyen una tendencia que se consolida en las últimas semanas.

1º El PSOE se configura claramente como el partido vencedor de las elecciones, más por errores de sus competidores que por méritos propios.

2º Podemos pierde unos 6 puntos respecto a las elecciones de 2016 y un millón de sus votos (según el sondeo de El Confidencial) pasarían directamente al PSOE.

3º Vox sigue en ascenso y podría obtener algo más del 12% de los votos, lo que equivaldría a 20 ó 30 escaños.

4º El PP sufre una caída histórica y pasaría de 137 escaños a poco más de 90 en la mejor de las hipótesis (algunos sondeos rebajan la cifra hasta poco más de 70 escaños).

Ciudadanos es el partido sobre el que no existe consenso demoscópico. Mientras la encuesta de GAD3 para ABC sitúa su estimación de voto entre 37 y 38 escaños (en 2016 obtuvo 32), el de IMOP Insights para El Confidencial le otorga 52 asientos en el Congreso.

El resultado del partido de Albert Rivera va a ser la clave de las elecciones del 28-A. Si Ciudadanos consigue rondar los 55 escaños, como estimaba el sondeo de 40dB para El País, no sólo podría darse la hipótesis de una victoria del centro derecha, sino que PSOE y Ciudadanos sumarían una ajustada mayoría absoluta. Esa es la opción que más gusta en Moncloa, ya que evitaría a Pedro Sánchez reeditar la mayoría de la moción de censura, con unos independentistas cada vez más irredentos (ERC irá en coalición con Bildu).

Aunque el centro derecha superaría en votos a la izquierda, Sánchez tiene todas las de ganar el 28-A por la división de los conservadores

Al PSOE le interesa que Ciudadanos no siga desangrándose. Aunque parezca mentira, en la mayoría de las encuestas de mayo de 2018 (antes de la moción de censura) el partido naranja aparecía como ganador con una estimación del 29% de los votos. Ahora, diez meses después, pelea por mantenerse en el 14%.

Rivera ha marcado la línea roja de no pactar con Sánchez y todos los días le recuerda que se ha puesto en manos de los independentistas. El líder de Ciudadanos sabe que su lucha frontal contra el independentismo (sobre todo catalán) ha sido una de sus fuentes principales de votos. Pero ahora, haciendo bandera de ese argumento les ha salido un competidor difícil de batir: Vox.

Ciudadanos (que ha apostado por los grandes fichajes, como el de Marcos de Quinto) tiene que tomar una decisión de forma inmediata: centrar su campaña en el eje nacional, en el que entra competencia con Pablo Casado y Santiago Abascal; o bien ir hacia un discurso ideológico, centrando su campaña en el eje derecha/izquierda.

¿Es posible un pacto de conveniencia? No parece probable, aunque Bannon lo consiguió en Italia

Hasta ahora, tanto PP como Ciudadanos (a Vox esto le interesa menos) han hecho poca pedagogía económica. Mientras que Rajoy abusó en su discurso de los logros conseguidos tras el desastre del gobierno de Rodríguez Zapatero, que llevó a España al borde del rescate, Casado y Rivera mantienen la agenda económica en un segundo plano. Ese es un error estratégico incomprensible.

Mientras tanto, desde el PP y desde algunos editoriales confían en que se produzca un pacto de conveniencia para que la derecha, al menos, conserve la mayoría en el Senado, clave para las políticas a aplicar en Cataluña. Tampoco Vox parece dispuesto a retirarse de algunas provincias para que gane el PP. Más bien todo lo contrario.

Sólo un milagro podría hacer posible un bloque compacto del centro derecha de aquí al 28-A. Un milagro o Steve Bannon, el ex asesor de Trump que ayer en El País comenzaba su entrevista arrogándose la propuesta de la unión entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. Algo "revolucionario", afirma satisfecho. Dentro de quince días llegará a España.