Memoria, verdad, reconocimiento del dolor de las víctimas. Me gustaría reflexionar en voz alta sobre unas palabras tan hermosas. Pero no cegado por el resplandor de su pureza, sino a propósito de dos leyes, de carne y hueso, recientemente aprobadas. Me gustaría compartir con ustedes mi apelación a la conciencia humana universal, que realizo desde varias perspectivas.

Para seguir leyendo Regístrate GRATIS