Opinión

El PP se asoma en Madrid al abismo

El PP se asoma en Madrid al abismo

Pablo Casado, en un acto electoral. EFE

Madrid es la plaza que va a otorgar a un partido en concreto, el PP, la posibilidad de evitar o de caer de bruces en el fracaso, entendido éste en su consideración electoral más amplia. Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento, juntos o por separado, van a constituir la piedra de toque que dé paso al drama colectivo dentro de ese partido o, por el contrario, que el desastre no logre abrirse paso y por lo tanto evite arrasar a toda su actual cúpula dirigente.

En el resto de formaciones se juega una partida también muy importante en Madrid pero  no con la misma dimensión absoluta, integral, con que se juega desde el PP esta última mano de la larga partida electoral. Por lo tanto, vamos a ocuparnos de lo que el sondeo de DYM para El Independiente/Prensa Ibérica apunta para el partido que lleva décadas ocupando el poder en la Comunidad y, con la excepción de la última legislatura, también en el Ayuntamiento de la capital.

Lo primero que hay que decir es que el  PP pierde las elecciones y las pierde a manos de su denostada Manuela Carmena en el caso del Ayuntamiento y de Ángel Gabilondo, del PSOE, en el caso de la Comunidad. Éste es un hecho incontestable que quizá, pero sólo quizá, pueda ser dulcificado e incluso llegar a ser olvidado si uno de sus respectivos candidatos, Isabel Díaz Ayuso o José Luis Martínez-Almeida, o incluso los dos, lograran alcanzar el poder.

Madrid es la plaza que va a otorgar al PP la posibilidad de evitar o de caer de bruces en el fracaso

Pero antes de meternos en cálculos de posibles pactos post electorales, conviene examinar la dimensión de la pérdida de apoyos sufrida por el partido en esta convocatoria electoral. En la Comunidad, los populares sufren un monumental batacazo porque pasan de 48 diputados a 26 o 27. Y esa pérdida de escaños  no se le puede adjudicar en exclusiva a la existencia de Vox porque los sondeos le dan al partido verde 15 escaños, así que quedan siete más que desaparecen y que requieren una explicación distinta.

A esto hay que añadir que según el sondeo de DYM  hay casi un 12% de quienes votaron al partido de Abascal en las generales que han decidido volver a apoyar a su partido de siempre, es decir, al PP. No pueden los dirigentes populares buscar el consuelo adjudicándole a Vox, más que en una determinada medida, la responsabilidad de su pérdida de apoyos. Han de ampliar el examen de sus malos resultados porque de otro modo se estarían engañando y ésa es la mejor manera de no salir del error y de la derrota continuada.

Los populares tienen sin embargo un consuelo no pequeño: que Ciudadanos sigue sin lograr sobrepasarles, cosa que sí hicieron en la Comunidad de Madrid en las elecciones generales, cuando se colocaron como segunda fuerza tras el PSOE, el gran vencedor de esos comicios. En esta ocasión, y siempre según los sondeos, el Partido Popular consigue mantenerse como número 2 en la tabla aunque seguido muy de cerca por el partido naranja, a tres o cuatro escaños de distancia.

Y esa primogenitura será siempre una garantía para el PP habida cuenta de que el objetivo principal, casi único, de Albert Rivera es ahora mismo el de arrebatarle a Pablo Casado el bastón de mando del líder de la oposición. Si no lo consiguió en las elecciones generales, bien podría argumentar que ya lo había conseguido en Madrid, la plaza más importante de toda España y no sólo por su carácter simbólico sino por que se trata de la primera potencia económica de España. Pero los sondeos no le dan esa satisfacción al líder de Cs. Otra cosa serán los resultados.

La misma situación, pero aún más ajustada, se produce en el Ayuntamiento. El PP obtuvo 21 escaños en las elecciones municipales de 2015. En aquella ocasión, en la que Vox obtuvo unos escuálidos 9.800 votos, los populares perdieron el poder porque les faltó un escaño, sumando a Ciudadanos, para la mayoría absoluta. Ahora José Luis Martínez- Almeida sacará según el sondeo de DYM entre 12 y 13, y eso teniendo en cuenta que casi el 22% de los electores que apoyaron a Vox en las últimas generales ya se han pasado con su voto a la candidatura de Almeida. Malos resultados sin paliativos aunque el partido verde pueda ser utilizado como atenuante.

La distancia entre formaciones es tan estrecha que lo que suceda en la última semana de campaña puede ser determinante en un sentido o en otro

Por lo que se refiere al partido de Albert Rivera, DYM le adjudica entre 10 y 11 y a Vox 5. Es decir, que ni sumando a las otras dos formaciones, Vox incluida -lo cual constituiría de entrada un problema de primer orden para los naranjas- el candidato del PP alcanza la mayoría necesaria para arrebatar a Manuela Carmena el bastón del edil.  Y no es que Carmena haya incrementado sus apoyos. De hecho, los reduce en unas décimas y se mantiene en los mimos concejales que ya tenía o incluso puede perder uno. La ventaja de la actual alcaldesa se la proporcionan los demás.

En el caso del Ayuntamiento las previsiones sobre el candidato socialista son lamentables: Pepu Hernández ocupa en los sondeos, con 10 escaños, el cuarto puesto, sólo por delante de Vox. Y a pesar de todo, el PSOE mejora  sus resultados porque se ve que, siguiendo la ola del éxito conseguido en las generales, logra subir más de dos puntos de apoyo e incrementa su presencia en un concejal más: pasa de 9 a 10. Es evidente que Madrid no es plaza buena para el Partido Socialista. Y no parece que lo vaya a ser en el futuro. Los tiempos de Enrique Tierno Galván no volverán,

De todas maneras, la distancia entre formaciones es tan estrecha que lo que suceda en la última semana de campaña puede ser determinante en un sentido o en otro. Pero, de todos los partidos que concurren en estas elecciones sólo hay uno que se esté jugando la vida porque se encuentra ya asomado al abismo. Y ese partido es el PP.

Salir de la versión móvil