El ex ministro Màxim Huerta ahora se hace llamar Máximo, se ha puesto la O que se le cayó al obrerismo del PSOE, partido que ahora ya no tiene obreros como no tiene España. El PSOE se ha ido mellando de letras con malos dentistas barberos y malas mordidas en el oro y en la piedra, y ahora sólo le queda la P como un diente del Cuñao, único, suficiente, enigmático y alegórico, como un pico africano. Para que no se vea esa boca negra y empequeñecida de ardilla vieja, por cascar nueces en el poder, Sánchez pone mucho por delante su sonrisa fosfórica. Quizá el PSOE ya no tiene ni la P, o ya es la P de Pedro, el hombre marca, el hombre partido, el hombre universal, ya más un signo zodiacal que un político, con su pose de Sagitario. Yo creo que podrían dejar el nombre del partido en un símbolo, como hizo Prince, algo entre daga o lámpara arábiga y percha de las camisas de Sánchez.

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