30.000 muertos y vas en moto. Y en moto va Simón, o sacan a Simón, que es lo importante, no porque llegue cada día al ministerio en su moto de aviador o de soldado alemán tirado de la moto por Steve McQueen, sino porque lo pongan en una moto a salir del virus como de un pueblo que ha incendiado, como el fondo explosivo de un terminator que se aleja en moto, imperturbable, sólo con una ceja desconchada de metal y la chupa humeante. Al final de la película Simón se va en moto, dejando Cadillacs y caballos en llamas, y muertos en el abrevadero, y quizá una campesina tonta enamorada, con su estofado paleto en el porche y una maleta llena de paja esperando la gran ciudad. No es la moto, sino hacer de esto una película que se puede rematar así, con un señor que se va en moto, levantando polvo sobre el pasado y estrenando botas de serpiente después de agrestes pasiones, borracheras y carnicerías.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Así subirán las pensiones contributivas en 2025
- 2 La Justicia zanja la guerra de seguridad en Nuevos Ministerios
- 3 Las lluvias sobre el Sáhara crean piscinas naturales en el desierto
- 4 Harari: "Israel e Irán están creando regímenes totalitarios con IA"
- 5 Marlaska condena a deportación a familia saharaui tras aborto
- 6 Buscas manipulados o un hackeo sin precedentes: las hipótesis del letal atentado contra Hizbulá
- 7 Así funciona un "busca" como el usado en el ataque en el Líbano
- 8 Sánchez se retrata yendo al cine con Begoña: “Salgo emocionado”
- 9 Rocío Jurado: "la voz del siglo XX" eclipsada por la crónica rosa