Manuel Castells es la cuota catalana, la cuota de Colau, la cuota del profesor con lamparón de la tostada, la cuota de Punset y la cuota de Tricicle, todo a la vez. Castells no es un ministro, sino un profesor de Harry Potter filoindepe, abuhardillado, de calcetín al revés, gorro de dormir y palomar de libros, lechuzas y peines que le atacan. Castells es un intelectual que va por la universidad como un osito con corbata, a motorcito de pajarita, con un chucuchú entre el balbuceo y el ronquido, que es a lo que le suena a él la intelectualidad, a chapoteo pensante o durmiente en la bañera o en la clase. Después de estar desaparecido como un arqueólogo de sus escarmenamientos, algunos todavía pretendían que les organizara el curso pandémico en la universidad. Castells ha respondido como los buenos profesores, o sea, que cada uno se apañe como pueda, y luego ha seguido hablando para dentro una cosa como entregriega.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El llanto de Begoña Gómez por la cancelación de ‘su otro’ máster
- 2 Triunfo histórico para pueblo saharaui; derrota para Marruecos
- 3 El 'software' de Begoña Gómez buscaba atraer a grandes empresas
- 4 El caso de los hermanos Menéndez, reabierto por un excompañero de Ricky Martin
- 5 Interior y Defensa 'condenan' al guardia civil Barchín al retiro
- 6 Andrés Trapiello: "Me molesta mucho que intenten reescribir la historia"
- 7 Begoña y Pilar Alegría sin plumas (y Sánchez sin fachosfera)
- 8 Villalba usó otros guardias para esconder el dinero del 'caso Koldo'
- 9 Carrefour pierde cuota y se complica la compra de la vasca BM