En las últimas horas, una sucesión de hechos, algunos de ellos muy graves, han venido a alterar la ya bastante anormal y convulsa campaña electoral madrileña. Pretendo a lo largo del siguiente artículo, además de hacer un llamamiento a la calma a todos cuantos deberían ser un ejemplo de responsabilidad y templanza ante la ciudadanía, demostrar que no todo vale en la estrategia y la mercadotecnia preelectoral. Los excesos, en la propaganda y en el lenguaje, pueden acabar llegando a provocar situaciones que esperemos no tener que llegar algún día a lamentar.

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