La semana que dejamos atrás ha dejado para la pequeña o gran historia de la presenta legislatura el primer borrón en la hoja de servicios parlamentaria de la nueva dirección del Partido Popular, el primer grupo de la oposición. El gobierno de Pedro Sánchez se veía en la obligación de solventar el trámite parlamentario de convalidación del Real Decreto Ley de Medidas y lo hacía en una posición delicadísima por la posición de ERC, que había anunciado su voto en contra tras el escándalo del presunto espionaje por parte del CNI, a través del ya famoso ‘Pegasus’, a dirigentes y personajes relevantes del mundo independentista. Así las cosas, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se veía obligado a hacer malabarismos para suplir esos 13 votos en contra buscando apoyos a todas las bandas posibles. Una de ellas, la que hubiera resultado más lógica, pasaba por la abstención del PP. Pero el partido de Alberto Núñez Feijóo optó por oponerse, al igual que Ciudadanos. Las justificaciones del Partido Popular han sido claras y directas, acusando el gobierno de no haber querido escuchar sus propuestas, condiciones para apoyar el decreto.

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