Como si en España no existieran problemas de otra naturaleza, y desde luego más sangrantes y urgentes, asisto atónito al espectáculo orquestado por unos y otros con motivo del regreso a España, siquiera por unos días, del ciudadano Juan Carlos de Borbón, exjefe del Estado entre 1975 y 2014 y residente en Abu Dabi desde agosto de 2020.

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