Hay citas trascendentales en las que el mundo, Iberoamérica incluida, se juega su futuro y bienestar. Es el caso de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, la ‘COP 27’, que se llevará a cabo del 6 al 18 de noviembre en Egipto. La emergencia climática es de tal magnitud que esta reunión se antoja crucial. También lo es para nuestra región. Es una cita a la que los países iberoamericanos deben trasladar un mensaje muy claro al resto del mundo: en materia medioambiental el futuro del planeta no se puede diseñar sin contar con Iberoamérica. Ese futuro de la Humanidad no será sostenible sin nuestra región, que representa el 40% de la diversidad de la Tierra y cuenta con el pulmón del planeta, la Amazonia.

Iberoamérica es clave para el planeta y principal víctima de su actual deterioro. Víctima porque los países iberoamericanos representan en conjunto menos de 10% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero y, sin embargo, soportan el peso de las emisiones contaminantes y la región es ya una de las más afectadas por los impactos del cambio climático (sequías, huracanes…).

Sobre todo, aportando los recursos naturales estratégicos para que la IV Revolución Industrial sea sustentable y sostenible

Solución porque puede contribuir a la sostenibilidad futura del planeta de dos maneras. Reduciendo sus propias emisiones que se concentran en el sector energético, la agricultura y el cambio de uso del suelo. Y, sobre todo, aportando los recursos naturales estratégicos para que la IV Revolución Industrial sea sustentable y sostenible. La economía mundial del siglo XXI (inclusiva, sostenible y basada en energías renovables) no se puede construir sin Iberoamérica.

Europeos y estadounidenses apuestan por construir una nueva matriz productiva respetuosa con el medio ambiente basada en los recursos naturales que permitan lograr este objetivo. Recursos que son abundantes en Iberoamérica: por ejemplo, el agua para la agricultura sostenible (el 33% del agua dulce del mundo está en la región). Otro elemento es el litio (la región posee el 85% de las reservas mundiales) y, más a futuro, el hidrógeno verde. En cuanto a las energías renovables (hidráulica, eólica o solar) tiene todas las condiciones para convertirse en hub global en esa área.

La región puede y debe tener un rol protagonista y de liderazgo internacional en esta ‘COP27’ no solo dando a conocer sus necesidades sino mostrando al mundo los avances en términos ambientales. América Latina, que aporta un alto porcentaje del comercio de productos agroalimentarios del mundo y es garante de la seguridad alimentaria global, también ha demostrado capacidad de ser un centro de soluciones innovadoras para luchar contra el cambio climático, muchas de las cuales pueden ser replicadas en otras zonas.

Valiosos avances

En la región se están haciendo avances valiosos para que la producción de alimentos sea más sostenible en lo ambiental, lo económico y lo social. Iberoamérica es pionera en desarrollar la agricultura regenerativa o la agrosilvicultura, que integra los árboles en los sistemas agrícolas y puede potenciar la productividad, así como aumentar la biodiversidad. En España, el aumento de los costes de logística y el incremento del uso de tecnología en la agricultura hacen que cada vez más atractiva y competitiva en este sector.

Los empresarios iberoamericanos están asumiendo su responsabilidad en la construcción de modelos de desarrollo más sostenibles

La ‘COP27’ es también un escenario desde el que impulsar la colaboración público-privada. El Estado tiene un rol crucial en acelerar las inversiones para el desarrollo de fuentes de energía renovables, pero el sector privado juega un papel realmente clave al alinear sus objetivos y esfuerzos con los compromisos de los países. Los estados latinoamericanos deben poner en marcha políticas públicas y llevar la voz de la región a foros internacionales como la ‘COP27’. Y los empresarios iberoamericanos están asumiendo su responsabilidad en la construcción de modelos de desarrollo más sostenibles. Como presidenta de CEAPI, soy testigo de ese cambio de rumbo hacia la sostenibilidad al que ya se han sumergido los empresarios de la región, y que ha convertido a las compañías en actores fundamentales para alcanzar las metas en materia medioambiental.

La supervivencia y el éxito de las compañías pasa por ser más competitivas y productivas y, a la vez y en la misma medida, apostar por un desarrollo sostenible medioambiental y socialmente. Una transformación apoyada en tres grandes pilares: la legítima búsqueda del éxito empresarial, el respeto y cuidado del entorno natural y una vocación de trabajar para la mejora social. Lograr esa simbiosis crea un círculo virtuoso: la implicación en construir valor invirtiendo en esa mejora del contexto social y medioambiental en el que la empresa se desarrolla contribuye a su éxito como negocio.

La cita a orillas del Mar Rojo se alza como una ventana de oportunidad mundial para frenar el cambio climático. Y para que Iberoamérica, unida como región, plantee nuevos debates en el escenario internacional. El objetivo clave es que América Latina empiece a trabajar conjuntamente no solo a escala interestatal sino coordinada entre los sectores sociales (comunidades, empresariado y organizaciones sociales) para salvar el planeta.

El VI Congreso Iberoamericano de CEAPI será otro gran momento para que los líderes del sector privado iberoamericano pongan en común soluciones e iniciativas ante la lucha contra el cambio climático. Tendrá lugar el 31 de mayo y 1 de junio de 2023 y también abordará esta nueva fase sostenible medioambiental y social de las relaciones empresariales a ambos lados del océano en las que España puede y debe jugar un papel estratégico.

Núria Vilanova es presidenta del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI)