Habrá que ver cómo se comportan los miembros de Vox en el recién pactado acuerdo de gobierno de la comunidad valenciana. Y no creo que saquen los pies del tiesto porque su partido se juega mucho con ello. 

Lo primero que se juega es lo que ya han visto en Madrid comunidad autónoma y Madrid capital: en los dos sitios donde habían tenido un hueco en las elecciones anteriores, han desaparecido y no tienen representación parlamentaria ni concejalías en el Ayuntamiento. Éste fue el castigo que los madrileños asestaron a Vox por impedir la buena marcha de la gestión de las dos administraciones.

Aprendido esto, espero que sus aspaventeros planteamientos se hayan suavizado un tanto y no sean tan superlativos. Porque la consecuencia de que aprieten demasiado las tuercas a Carlos Mazón será siempre la retirada de los apoyos y esta vez para siempre. Es decir, estarán sembrando el regreso de los políticos de izquierda que tanto detestan.

Dicho esto, la reacción de las señoras Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, y de la señora Pilar Alegría resultan ridículas. Para empezar, ningún miembro de Vox ha matado a nadie, cosa que no se puede decir de uno de sus socios de Gobierno, Bildu. Para seguir, hubo un notable dirigente del PSE Jesús Eguiguren, que, estando acusado de maltratar y golpear a su mujer, ocupó durante muchos años puestos de responsabilidad en el Partido Socialista sin que nadie le recordara su pasado. 

Y para terminar, el PSOE ha pactado el Gobierno nada menos que con Podemos que hasta a la ultraizquierda le ha parecido tan divisivo que no han aceptado, ni a la ministra de Igualdad, Irene Montero, autora de una ley nefasta para las mujeres que ha permitido la excarcelación anticipada de cientos de violadores y la reducción de penas de más de mil de ellos, ni al portavoz del grupo,Pablo Echenique.

Aquí cada uno tiene su historia y, por lo menos, Alberto Núñez Feijóo se ha deshecho  de un señor, llamado Carlos Flores Juberías, que pagó su condena hace 23 años junto con una multa de 6.000 euros por maltratar a su mujer,  cosa que no han hecho los socialistas con los miembros de ERC, que desprecian la Constitución, contra la que actúan permanentemente, y no digamos ya con los miembros de Bildu que llevan a asesinos en las listas y a los que no son  asesinos han sido condenados por su relación con la banda terrorista. 

Y por cierto, ¿no dicen que los asesinos que han cumplido sus penas ya están limpios de toda responsabilidad? Cuanto más un señor que hace 23 años se limitó a amenazar a su mujer con perseguirla para machacarla, cosa que seguramente no habrá hecho porque bastante tiene con los antecedentes penales que obran en su expediente.

Es decir, que aquí todavía hay clases.

El pacto de Mazón con los representantes de Vox era obligado porque de otro modo las izquierdas se harían de nuevo con el gobierno valenciano

Dejando eso a un lado y abordando la cuestión desde la perspectiva exclusivamente política, el pacto de Mazón con los representantes de Vox era obligado porque de otro modo las izquierdas se harían de nuevo con el gobierno valenciano. Y ya se sabía que la Comunidad de Valencia era una de las comunidades en disputa y quizá la más representativa de lo que darían de sí estas elecciones: era ésta la Comunidad talismán que permitiría establecer quién había ganado los comicios. 

Era obligado el pacto entre el PP y Vox, aunque no vaya a ser lo frecuente. Por eso es tan ridícula la reacción de las socialistas Rodríguez y de Alegría aunque la presión de Nuñez Feijóo haya apartado a Fuentes Juberías del gobierno de la comunidad valenciana. Si encabeza o no encabeza la lista por Valencia es cosa de Vox en la que el PP no tiene nada que decir.

Pero hay otros muchos lugares, Aragón, Murcia, Extremadura, en los que no se va a contar más que con la abstención de Vox. “No todo está en manos de los de Santiago Abascal” y hay muchos ayuntamientos que podrán liberarse del pacto de coalición porque sean la lista más votada.

Queda pendiente normalizar a la derecha radical que representa Vox, pero en ningún caso las plañideras pueden venir del Partido Socialista porque su historia reciente está tan, tan manchada que hace imposible otra cosa que un proceso de limpieza profunda antes de poder articular una sola palabra de condena preventiva.

El papel de Vox en la gobernabilidad de España empieza ahora en las comunidades en las que la representación alcanzada les permita entrar. Entonces veremos.