Ahmed Alnaouq, un palestino originario de Gaza y residente en Reino Unido, perdió la semana pasada a 23 familiares en uno de los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza. Entre ellos, sus padres Nasri y Basema y todos sus hermanos. Éste es el mensaje que le envió uno de sus primos que trató de socorrer a sus seres queridos.

Me desperté a las 5:40 de la mañana porque oí el llanto de mis hermanas, corrí lo más rápido que pude al piso de abajo, pregunté qué había pasado tres o cuatro veces hasta que mi hermana por fin me lo dijo. Un ataque aéreo israelí tenía como objetivo la casa de mi tío. Me quedé en shock durante un minuto, no podía hablar. Lloré porque sabía lo que eso significaba.

No recibimos ninguna noticia de inmediato porque era muy peligroso salir a esa hora. Estaba oscuro y sólo se oían los bombardeos y las ambulancias. Subí a cambiarme de ropa y miré fuera, no había nadie en la calle. Esperé y esperé hasta que empezó a salir el sol.

La casa estaba completamente destruida. Desapareció bajo un montón de rocas y arena.

Mis hermanos también querían ir, pero no podía esperarles. Salí de mi casa y mientras caminaba por la calle rezaba por encontrar a alguien vivo. Los bombardeos israelíes no dejan a nadie atrás en esta guerra. Finalmente llegué a la calle de mi tío y pude ver algunos de los escombros desde lejos. Corrí hasta llegar a la casa.

Y entonces me quedó claro como el agua que nadie sobrevivió. La casa estaba completamente destruida. Desapareció bajo un montón de rocas y arena. Empecé a buscar supervivientes junto con algunos vecinos. Y oí la voz de un joven gritando. ¡Hay alguien aquí! Fui a ver y sólo había una mano saliendo de la arena, Sabía quién estaba enterrado debajo. Conozco su mano que se parece a la de mi padre. Empezamos a remover lo que pudimos hasta que conseguimos sacarlo. ¡Mi tío es un mártir!

Tenía la mitad de la cara cubierta de sangre, pero puedo jurar que no parecía sentir ningún dolor. No creo que sintiera nada. Probablemente estaba durmiendo. Lo mataron junto con 21 de sus hijos, hijas y nietos. Dejó esta vida sabiendo que tiene un hijo que ahora está a salvo fuera de Gaza, un hijo que llevará su memoria y su nombre no sólo en Palestina sino también en el resto del mundo: mi primo Ahmed Ahmed Alnaouq.

Le escribo esto para hacerle saber que estuvimos a su lado. Sé lo duro que es para ti estar lejos cuando algo así le ocurre a tu familia. Tenéis que ser fuertes. Sé fuerte por el resto de tu familia y por la memoria de los que hemos perdido.