Primero hablará Pedro Sánchez, que tiene garantizados los votos para lograr su investidura. Lo ha conseguido a base de amnistiar a Carles Puigdemont y a sus colaboradores más próximos y también a Oriol Junqueras y a Marta Rovira y a todos los que intervinieron de una u otra manera en la declaración de independencia de 2017 pero el plazo se extiende desde hoy hacia atrás hasta 2012.

Hablará de la amnistía y dirá que el "interés general" aconsejaban esta medida, que, sin embargo, no ha sido consultada ni en un referéndum específico ni en el programa electoral que el candidato a presidente llevaba consigo cuando perdió las elecciones. Pero no dirá -aunque ya lo ha dicho de alguna manera- que este es el pago, altísimo, que le cuestan al país los siete votos que Puigdemont tiene en el Congreso de los Diputados. Eso no lo dirá pero eso significa la expresión "hacer de la necesidad, virtud" con que acompañó su intervención ante el comité federal del pasado mes de octubre y añadió por si fuera muy endeble el argumento, que lo hacía "en el nombre de España, en el interés de España y en defensa de la convivencia entre los españoles".

Naturalmente este no será el único asunto sobre el que versará su intervención, que no tiene límite de tiempo. Este será un asunto nuclear pero no será el único. El resto de su tiempo lo dedicará a glosar la legislatura que viene en términos de grandes medidas sociales, de subida de los salarios, de mejora de la calidad de vida laboral y probablemente también de incremento de los impuestos aunque eso se disfrazará convenientemente de reproches a las grandes empresas con beneficios "caídos del cielo" y a las grandes fortunas.

Por la tarde será el turno de Alberto Núñez Feijóo, de Santiago Abascal, de Yolanda Díaz y quizá les dé tiempo a intervenir a los representantes de ERC y de Junts, los grandes beneficiados de esta ley de amnistía que sólo beneficia a los independentistas.

Núñez Feijóo atacará esa ley de amnistía por tierra, mar y aire. Lo tiene fácil porque es el argumento que ha manejado en las concentraciones masivas de este domingo pasado en las que todas las capitales de provincia se llenaron de personas que protestaban contra una ley para la que no se ha consultado a la ciudadanía.

No le va a dar tiempo a más porque tiene la duración de su intervención tasada: son 30 minutos que, con la generosidad de la presidenta podrían alargarse cinco minutos o 10 minutos más. Pero eso ya depende de lo estricta que se ponga Francina Armengol.

España es hoy un clamor en contra de la amnistía y de las cesiones efectuadas por Sánchez a los independentistas a cambio de perpetuarse en el poder

Feijóo presumiblemente insistirá en lo dicho a lo ancho y lo largo del país: el documento que leyeron el domingo pasado todos los presidentes del PP regional, muchos de ellos presidentes autonómicos. En definitiva "que no se van a resignar ante esto, que España no se rinde y el presidente Feijóo les dirá a muchos millones de españoles, que pueden contar con el PP, que no bajará la cabeza ante la gravedad de lo que está pasando".

España es hoy un clamor en contra de la amnistía y de las cesiones efectuadas por Sánchez a los independentistas a cambio de perpetuarse en el poder. Así lo han manifestado en las calles y así lo han expresado con contundencia decenas de asociaciones y entidades, les recordará Feijóo.

Realmente Núñez Feijóo lo tiene fácil porque sólo tiene que limitarse a repetir lo que ya viene diciendo desde hace tiempo, ahora con más fundamento porque tiene delante no solamente la ley de amnistía sino los acuerdos firmados entre el PSOE y Junts en Bruselas y los rubricados por Félix Bolaños y Oriol Junqueras en Barcelona.

Santiago Abascal, que ha presentado ya una querella ante el Tribunal Supremo contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont por los supuestos delitos de cohecho, encubrimiento o colaboración con el terrorismo, usurpación de funciones del Poder Judicial y negociaciones prohibidas a funcionarios públicos, lo tiene más fácil aún.

En su escrito, Vox pide, como medida cautelar, que el Supremo suspenda inmediatamente la sesión de investidura prevista para mañana y lo comunique a las Cortes y al Rey.

Fuentes judiciales señalan que la Sala Penal se pronunciará, previsiblemente, antes de la hora prevista para el inicio del pleno, este miércoles a las 12.00. Pero no es esperable que el Tribunal Supremo intervenga en la suspensión de la sesión de investidura.

Luego vendrá el turno de Sumar y es de suponer que lo va a consumir la propia Yolanda Díaz, que se mostrará agradecida a Pedro Sánchez por incluirla en el futuro Gobierno-aunque no sea ése el momento para anunciarlo- y verterá más miel sobre el candidato.

Luego llegará el turno de los agraciados con la ley de amnistía y veremos qué actitud adoptan: si agradecen la aprobación de la ley -cuando se apruebe- si amenazan al ya inminente presidente del Gobierno con tenerlo controlado durante toda la legislatura o si optan por mantener una disposición neutra.

No dará tiempo a más en el día de hoy.