¿Es que no hay nadie más en los grandes partidos para que haya que elegir a, no digo los peores, pero sí a los más mediocres del panorama parlamentario? Porque eso pasa en el PSOE, en el PP, en Sumar y en otros muchos partidos.

Empecemos por el PSOE ya que es desde hace días el que forma Gobierno. ¿No tienen a otro más espabilado, alguien que no reduzca a pura vulgaridad cualquier cosa que se preste a ser formulada por él? Porque Patxi López es de una calidad infinitesimal y todo lo que toca lo convierte en algo rústico, pedestre, simple, trivial. Es así y así se comportó cuando fue elegido presidente del Congreso de los Diputados el 13 de enero de 2016 reinando José Luis Rodríguez Zapatero. Fue entonces cuando trató de tutear a Pablo Iglesias, llamándole Pablo a secas lo que fue respondido por el mencionado con un Patxi que inmediatamente dio la sensación de que se abarataba peligrosamente la vida parlamentaria.

Ya fuera de la presidencia -afortunadamente no duró mucho, tan sólo de enero a julio- fue sustituido por Ana Pastor, del PP, pero nos ha seguido entreteniendo con sus intervenciones chulescas como cuando dijo a los jueces "no me entren por ahí" con motivo de la aplicación de la ley del solo sí es sí como si los jueces fueran unos compañeros de taberna del propio Patxi López.

Y así sucesivamente, este señor no tiene la altura necesaria para ejercer la portavocía del partido que está en el Gobierno y si alguien lo considera así, realmente está muy equivocado.

Y ya que estamos en el Gobierno, vayamos ahora con la portavoz de Sumar, Marta Lois de currículum más bien escaso pero cuya característica más notable es la de que no sabe hablar. No se le entiende lo que dice y no son de extrañar los movimientos internos dentro del conglomerado que dicen que por qué no pasaporta Yolanda Díaz a la señora Lois a Galicia y se nombra otro portavoz que esté a la altura, por ejemplo Íñigo Errejón. Ella, sin embargo, parece estar a gusto en Madrid y así se lo explicó al periodista de la Cadena SER que la entrevistaba este fin de semana.

Miguel Tellado no es un portavoz para grandes debates de altura. Además, las críticas a Núñez Feijóo por seguir rodeándose de gallegos no le hace ningún bien

Y, finalmente, el recién nombrado por el PP portavoz del partido para hacer oposición al Gobierno, Miguel Tellado. Este señor estaba muy bien en Galicia, que era su sitio. Pero esto es la capital de España, aquí se juegan todos los juegos y se chocan todas las mareas que padece el país y no es sitio para pequeñeces ni para maniobras de corto alcance.

Miguel Tellado no es un portavoz para grandes debates de altura. Además, las críticas a Núñez Feijóo por seguir rodeándose de gallegos no le hace ningún bien, parece como si no se le hubiera quitado aún la pátina de la galleguidad que en Galicia puede ser muy necesaria pero en Madrid sobra un poco.

De hecho no faltan barones territoriales que defienden que Feijóo se abra a otros individuos más allá de los gallegos que se ha traído desde la Xunta. Y son varios, no sólo es Tellado. Ya metió a un gran número de ellos en la plancha de diputados por Madrid, pero ahora habría convenido que por ejemplo, Carmen Fúnez no se limitara a ocupar la vicesecretaria de Organización sino que hubiera ascendido al cargo de portavoz. Fúnez es castellano-manchega y es una gran conocedora de los entresijos del Congreso, cosa que no es Miguel Tellado.

Le han nombrado para hacer una oposición dura, fuerte. Pero también tiene que ser una oposición inteligente y no estoy segura de que Miguel Tellado la vaya a desempeñar con la sutileza que se requiere ese tipo de oposición.

¿De verdad no encuentran a gente mejor, gente que tenga la altura suficiente y que de vez en cuando acceda a bajar al barro para levantar inmediatamente el vuelo y planear por otros derroteros? Es una pena, la verdad.