Hay un objetivo que persiguen los de Yolanda Díaz: demostrar que son la izquierda de verdad, esa pequeña izquierda que por circunstancias territoriales no ha tenido la oportunidad de alzarse con la victoria en términos nacionales, como si fueran un partido comunista cualquiera.

Pero lo que son es una izquierdita territorial, que de todo tiene que haber junto a la izquierda auténtica, que ya no sé dónde se encuentra porque del PSOE no quedan ni las raspas y de la vieja izquierda, esto es, del Partido Comunista no quedan ni las sombras. Apenas quedan gentes que se sienten de izquierdas, que estén apegadas a un PSOE irreconocible y que de alguna manera habrá que reconstruir. Pero ahí siguen inasequibles al desaliento, esperando el momento en que aparezca una izquierda de verdad vigorosa y tan necesaria para el equilibrio político y social.

No hay más izquierda que esta izquierdita territorial que se ha unido en torno a Yolanda Díaz y que en el fondo no supone nada

Quizá sea esa Nueva Izquierda Española que tiene aparente vigor y ciertos visos de sobrevivir la que vea culminada su andadura con bien, pero, por lo pronto, no hay más izquierda que esta izquierdita territorial que se ha unido en torno a Yolanda Díaz y que en el fondo no supone nada, o no lo supone como fuerza relevante.

La única que tiene fuerza relevante -y porque es miembro del Partido Comunista, con su disciplina y su savoir-faire- es ella, la líder, a la que no tose nadie y que sabe cómo achantar a los empresarios sin que hagan un ruido.

Pero, oiga, que la auténtica izquierda puede haberse quedado en Podemos y que se puede llevar una gran sorpresa la izquierdita congregada en torno a ella.

Porque pudiera ser que Podemos se alce con el Santo y la Limosna y se queden los otros a vestir santos y nunca mejor dicho. Porque Podemos, lo mismo que Sumar, en las elecciones gallegas podrían quedarse sin lograr un solo escaño.

Este es el tenor de las tripas del sondeo de José Félix Tezanos, que es el único disponible por el momento.