Es un hecho que la respuesta más reveladora proviene de la pregunta más osada y la más osada de la última semana es la que le hizo Aimar Bretos en Hora 25 de la SER al candidato de Bildu, Pello Otxandiano (les dejo aquí el link).

Bretos es un gran entrevistador, como lo es Carlos Alsina o como lo es Carlos Herrera. Que sí, que puede sonar facilón porque colaboro con Herrera, pero en una entrevista, cuando desde control nos llega en un tono amable y conciso (todo al mismo tiempo), el “¿queréis hacer una pregunta?”, uno sólo puede sentir ganas de sobreponerse y mantener el tipo.

Porque, en realidad, lo que salta es la autoexplicativa: “¿Pero qué puedo preguntar yo después de lo que ha hecho Carlos?”, que, en modo vértigo, es algo así como “si le fastidio la entrevista, casi mejor me meto en una cueva ya en adelante”.

Capítulo aparte, por ser ya atemporal, estaba Jesús Quintero, quien tenía todo el tiempo del mundo, jugueteaba con el entrevistado, le hacía creer que cualquier respuesta valía, que cualquier respuesta era una mina de sabiduría y que, cuando más confiado estaba el entrevistado, le hacía una pregunta peligrosa. Comprometida.

El entrevistado, a esas alturas, ya estaba crecido y convencido de que cualquier respuesta iba a valer porque ya había probado su nivel: “los números irracionales, ¿verdad? La vida es complicada y debería enseñarnos lo que significa no ser resultado de un cociente”… o algo así. Ya imaginan.

Entonces, Quintero callaba. El entrevistado sentía cada segundo de vacío como un golpe en la cara. Intentaba salir del paso. Quintero no hablaba ni cambiaba el gesto. No se mostraba amable como hacía apenas 15 segundos (!!!) y, entonces, el entrevistado sentía como su cuerpo se precipitaba en el abismo del silencio. Ahí sí cantaba. Cantaba su primer recuerdo y, de paso, todo “Cosi Fan Tutte”: desde La mia Dorabella… hasta … e del mondo in mezzo ai turbini, bella calma proverà.

Nostalgias aparte, volvamos a Euskadi 2024. Otxandiano va a la SER, lo que implica que Bildu quiere pescar en bancos del PSOE. Se ve una izquierda fuerte, sólida, moderna. Se nota que alguien le ha pasado a alguien lo subrayado de “Rules For Radicals” de Alisnky: “Al Sistema se le derrota desde dentro”. En fin.

El caso es que Bretos lleva 11 minutos de entrevista a un Pello Otxandiano que parece imitar a la barista del primer episodio de la segunda temporada de “Loudermilk”. Tono de sobrado, cercano al hastío, transmitiendo pura rutina, voz nasal, arrastrando las vocales… y, entonces, Bretos pregunta “¿ETA fue un grupo terrorista?”

El PNV sabe que tiene votos a disposición y va a por ellos mientras que Eneko Andueza (PSE) las ve venir porque su jefe (Pedro Sánchez) es inquietantemente predecible

Ahí todo cambia. De su indeterminación, de no condenar el terrorismo, de intentar hacer parecer a ETA mucho más lejos de lo que la memoria y el calendario dicen que está, se acabó. En ese momento el PNV sabe que tiene votos a disposición y va a por ellos mientras que Eneko Andueza (PSE) las ve venir porque su jefe (Pedro Sánchez) es inquietantemente predecible.

Otxandiano, intuyo, sólo podía pensar en dos cosas: no decepcionar a sus mayores y no perder voto joven para el que ETA no es más que un eco lejano. Pero Otxandiano sabe que con eso sólo no se gana y la prensa sabe que si mañana cambia de opinión, mal… pero si no cambia, peor.

Jueves. TeleBilbao. Joseba Solozabal. “Bildu nace en un contexto post-ETA”, “Soy un tanto ingenuo” (la autodeclaración de ingenuidad es una paradoja si se enuncia en presente) “estaba cansado”, “cada vez que hay elecciones aparece ETA en campaña”… y “un ejercicio honesto de construcción de una memoria plural”.

Esta es mi parte favorita por la gran demostración de inconsecuencia, que no por el argumento. La “construcción de una memoria plural” en boca del candidato de Bildu sólo se refiere a la reinterpretación de una realidad cimentada sobre asesinatos, basada en haberle robado la vida a inocentes por mero odio e irracionalidad justificados tras una lucha política.

De hecho, cuando dice “plural” es porque espera el apoyo de ciertos actores, con lo que entiendo que aceptar la propuesta de Otxandiano debería llevar al votante vasco a hacerse una pregunta: ¿mi conciencia y mi candidato defienden esa memoria plural o, llegado el caso, podrían apoyarla?

Ésa es la pregunta más osada y, entiendo, que la respuesta habrá de ser la más reveladora.