Lo más importante tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca es que se está diseñando un nuevo orden mundial. Aún no somos conscientes de las implicaciones que tendrá el renovado statu quo para Europa y para un modelo en las relaciones internacionales que se basa en el respeto a la soberanía de los estados y en la integridad de sus territorios.
En este "reparto de cartas" (símil utilizado por Trump), sólo hay dos grandes jugadores: EE.UU. y China. En el tablero global, Trump ha decidido poner a Rusia de su lado, para lo que tiene que no le importa sacrificar a Ucrania.
Trump ignora a Europa. Ha llegado a decir que la UE se creó para "joder a Estados Unidos". Para él, tan sólo es un mercado. Sus aliados en el Continente, desde Viktor Orbán a Santiago Abascal, son justamente los que menos creen en la unidad europea. Trump los trata como agentes infiltrados y ellos asumen gustosos su papel.
Vivimos un momento crucial para la Historia de la humanidad. Nos guste o no, esto es lo que nos ha tocado vivir. Europa, arrasada en dos guerras mundiales, ha vivido durante setenta años confiada en una sólida alianza con Estados Unidos, que le daba seguridad frente al expansionismo soviético, mientras crecía económicamente proporcionando a sus ciudadanos un nivel de vida como nunca se había alcanzado.
Pues bien, eso ya no existe.
Aunque la cumbre de Londres ha concluido con el aval al plan que patrocinan Keir Starmer y Emmanuel Macron, con el visto bueno de Zelenski, que supone la creación de una "coalición de voluntarios" que ahora debe ser trasladado a la Casa Blanca para lograr el respaldo de Trump, las cosas ya no volverán a ser como antes. Debemos prepararnos para ello, porque la otra opción, ponerse de rodillas ante el presidente de EE.UU. sólo garantizará un retraso en el plan de Putin para recuperar su zona de influencia lograda tras la Segunda Guerra Mundial. Cedemos Ucrania y ¿luego qué? Tenemos ya una amarga experiencia con el apaciguamiento ante Hitler que patrocinó Neville Chamberlain.
La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, declaró tras el humillante espectáculo que Trump y su vicepresidente J.D. Vance nos proporcionaron el viernes a costa de un digno Zelenski: "El mundo libre necesita un nuevo líder. Nos corresponde a nosotros, los europeos, asumir ese papel". Sus palabras, esperanzadoras, coinciden básicamente con el mensaje que lanzó el líder de la CDU, Friedrich Merz, nada más ganar las elecciones alemanas: "Me propongo fortalecer Europa, lograr la independencia de Estados Unidos".
La cumbre de Londres debe ser un primer paso para que Europa decida crear su propio ejército
Que no nos extrañe si la OTAN, en su actual configuración salta por los aires. Trump no supo qué contestar cuando un periodista le preguntó qué haría si las tropas de Reino Unido fueran atacadas por Rusia en el caso de que se desplegasen en Ucrania. ¿Dónde queda el compromiso de salir en defensa de los miembros de la Alianza que figura en el artículo 5 del Tratado?
Trump quiere dejar a Europa fuera de juego en la gran partida de reparto del mundo, en este revivido colonialismo. Quiere que sea un testigo mudo, una entelequia, la suma de países atemorizados que le suplican protección.
El panorama no puede ser más aterrador. Pero hay algunos destellos que deberían alumbrar el futuro de la renovada Europa que debe salir de este impasse. El primero de ellos es que la mayoría de los países que conforman la UE comparten el diagnóstico y el respaldo a Ucrania. En segundo lugar, el papel de liderazgo que han asumido Reino Unido y Francia, justamente las dos potencias nucleares de Europa. Reino Unido, recordémoslo, que ya no forma parte de la UE, pero que sabe dónde está su lugar en este momento. Incluso Giorgia Meloni, la amiga de Trump y de Musk, se ha mostrado dispuesta a "construir puentes" con Estados Unidos.
Europa, ante esta situación insólita y un tanto aterradora, es consciente de que debe actuar, si no quiere desaparecer. Sin embargo, al menos en una primera fase, no debe buscar su lugar en el mundo con un sonoro portazo a Trump. Debe intentar que el presidente de EE.UU. dé su visto bueno al plan de paz que le van a presentar Starmer y Macron, con la complicidad de Zelenski.
Por desgracia, la UE carece de un ejército propiamente dicho. Cada país tiene el suyo, pero no hay un ejército europeo. Tenemos muchas tropas, tanques y aviones, pero no un mando único. Las armas más sofisticadas tienen patente de EE.UU. Pero aún más importante, Europa carece de capacidad tecnológica para una guerra que se basa ya en la inteligencia artificial. Ni tampoco un servicio secreto integrado. Tampoco ha definido la UE cuál será el papel de Turquía en ese nuevo escenario. Y no es una cuestión baladí.
Si queremos que Europa no desaparezca en un batiburrillo de estados enfrentados unos con otros, hay que construir un ejército europeo con un mando único. Y, para ello, hay que invertir mucho dinero. Es decir, renunciar a un poco de nuestro estado de bienestar. Es en momentos como este cuando se forjan las alianzas más sólidas. No desaprovechemos la oportunidad.
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hace 2 meses
Con Trump o con el globalismo
hace 2 meses
El jubileta pepero de Casimiro, que debería estar en un viaje del Inserso en Benidorm en vez de escribiendo chorradas.
La «Uropa» de Casimiro:
– Eva Kalli, vicepresidenta del Parlamento Europeo: detenida por corrupción.
– Didier Reynders, comisario de Justicia y «mediador» de Feijoo para la renovación del CGPJ: investigado por corrupción.
– Ursula von der Brujen, presidenta de la Comisión Europea: sospechosa de plagiar su tesis, investigada por corrupción cuando fue ministra de Defensa y recriminada por el Tribunal de Estrasburgo por su opacidad en los contratos con las farmacéuticas durante el Covid.
– Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo: condenada por negligencia en el manejo de fondos públicos cuando fue ministra de Economía.
– Keith Starmer: encubridor de las violaciones de pakistaníes a niñas y represor que se dedica a encarcelar a la gente por publicar tuits.
– Emmanuel Macron: enano globalista masón con un índice de rechazo del 80%, que tiene las finanzas del país descontroladas.
Cuanto antes sea destruida esta «Uropa» con sus líderes, mejor.
hace 2 meses
¿USA va a aceptar que Alemania sea una potencia nuclear?
hace 2 meses
lo del ejercito europeo es una ensoñación. Lo que si podría hacer españa es salirse del tnp y afiliarse al club de las armas atomicas
hace 2 meses
Wishful thinking. Ls gestion de la guerra por occidente ha sido un desastre y muy bien observado por el comentario previo, los expansionistas hemo sido nosotros la otan incumpliendo todos los acuerdos previos.
hace 2 meses
Europa lleva 80 años siendo vasalla de EEUU, que garantiza su seguridad con su poder nuclear.
¿De qué vas con esa disyuntiva?
hace 2 meses
Las cartas del p*to Donald están marcadas por el put*n ruso…. Tremendo!!
hace 2 meses
Patético!
Cuánto te da el PP para hacer el ridículo y perder lectores?
hace 2 meses
El «expansionismo sovietico» no existe desde el desmantelamiento del Pacto de Varsovia y el posterior colapso de la Urss. El expansionismo constante es el de la Otan hacia y en las fronteras de Rusia durante los últimos 35 años.
En cuanto a la irrelevante Ue, lo que duele es que Trump los deja fuera del negocio en Ucrania. No los necesita. El «plan» de hoy es una cortina de humo para justificar el incremento de gasto armamentista exigido por Washington via Otan (que perruno es este Rutte, mejora bastante al noruego).
Los voluntarios con botas en tierra y aviones en el aire ¿se van a colar en Ucrania por la noche sin que los vean o algo? Trump no quiere a la Ue en sus tratos y y no apoyará nada de eso porque imposibilita un acuerdo duradero con Rusia y el fin de la guerra. La Ue, lo que debe hacer es contar la verdad por una vez y declarar «Hemos sido timados»
En verdad que es difícil no sonreir leyendo elogios a Meloni !!, que es la encargada de «construir puentes» con… los Estados Unidos!!
La Ue lo que puede es desear muy fuerte que Putin se muera o algo pero cuando despierte, Rusia seguirá ahí. Porque Rusia, aunque te niegues a ver el mapa, es tan Europa como Viena o Madrid.