Leía estos días que Keith Richards piensa en retirarse. El músico padece artritis en las dos manos y esa enfermedad hace casi imposible su actividad. ¿Cómo podría un guitarrista ganarse la vida en los escenarios si sintiera dolor cada vez que agarra el instrumento? Sería difícil de concebir, tanto, como el impensable ejercicio del periodismo si uno admira a ojos cerrados a un partido. ¡Qué cosa sería esa!

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Así que cabe la opción de los Rolling Stones no vuelvan a salir de gira. La vida suele dar pistas sobre cuál es el momento más adecuado para echarse a un lado. La vejez es sinónimo de esplendor intelectual en algunos casos, pero no en todos. Hay señales que no conviene pasar por alto a este respecto a riesgo de echar por tierra la buena fama obtenida. Es una lástima que los Stones españoles no atiendan a lo que les cuenta el pájaro azul que, posado en su hombro, les pide que paren.

He escuchado varias veces a Víctor Manuel durante las últimas semanas. A sus 78 primaveras, con todo pagado y seguramente un buen colchón. ¿Quién le mandará?

El otro día, le preguntaban en un programa de RTVE sobre lo que haría con el 21% de los españoles que considera que con Franco se vivía mejor, a lo que respondió: "Me gustaría llevarles por el túnel del tiempo y ponerles en la época y exponerle por ejemplo a lo que uno hacía cuando tenía ocho años: cantar el Cara al sol y hacer el saludo fascista en el patio del colegio". Calculo que se refiere a 1955, época dura y poco halagüeña, con la sombra del nacional-catolicismo omnipresente. Once años después, en 1966, el propio cantautor componía una Oda a Franco.

Se falla de joven, como se yerra de viejo. Seguramente los chavales atontados que, hoy, anhelan aquellos años, sin haberlos vivido, se corregirán con el tiempo y pensarán que fue una tontería cantar las alabanzas de Paco y su tropa.

Auxilio al PSOE

El paso del tiempo ayuda muchas veces a enderezarse. Otras veces, no, y castiga con artritis, con calvicie o con ciertas manías que, lejos de curarse, aumentan con los años. Hay quien siempre sale al auxilio de los gobiernos del PSOE en momentos de debilidad. Sobre todo, cuando a los socialistas les conviene resucitar al muerto, que bien muerto está, pero al que no le dejan morir del todo para agotamiento de todos aquellos a los que nos importa un pimiento. En este caso, son unas cuantas viejas glorias del artisteo y derivados las que no renuncian a dejarnos en paz.

Admiro profundamente a personajes como Alexandre Herculano, digno, recto y honrado; y quien, a los 56 años, se retiró al Valle de los Lobos, se casó con su querida Mariana Herminia de Meira, y dedicó su última década a la agricultura y a la reflexión sosegada, consciente de su finitud y de que había ofrecido al mundo todo o mejor que pudo dar hasta entonces.

Quienes optan por lo contrario resultan muy cargantes. Las eternas giras de despedida de Miguel Ríos, José Manuel Martín Pallín o Felipe González --otros miembros de 'sus satánicas majestades' a la española-- son especialmente ingratas con ellos mismos.

Entiendo que atienden a los periodistas por vanidad o por la convicción de que todavía tienen algo que aportar, pero es que, reitero, no siempre sucede así. La sabiduría que no existe a veces se esfuma. A veces, se pierden ciertas facultades, pero no la picardía, como es habitual en ese selecto grupo de españoles conocidos como 'los barones', quienes en su día encabezaron alguna marca en un partido y que de vez en cuando aparecen, como Juan Carlos Rodríguez Ibarra este lunes.

Propuso el expresidente extremeño a su partido que se abstuviera en la futura investidura de María Guardiola Perón para evitar que Vox disponga de protagonismo en este proceso. Desde que Sánchez es el jefe del partido, se ha producido un fenómeno muy curioso entre los socialistas del 'antiguo PSOE': proponen fórmulas de apaciguamiento con la centroderecha que ellos mismos rechazaban cuando ocupaban puestos de honor en su partido. Ahí no llamaban a la unidad de las fuerzas moderadas. Ahí ponían a circular el vídeo del bulldog. Dado que los ciudadanos y los contertulios también envejecen, alguno no se acordaba de eso el pasado martes, cuando atendía a esas palabras e incluso las aplaudía. Quizás por eso nuestros Rolling Stones de 65 y más no cejan en su empeño.

Arrepentidos los quiere Dios

Hay que decir que Víctor Manuel, en su día, se arrepintió y terminó por sufrir las consecuencias de aquellos censores repugnantes. No sucedió igual en otros muchos casos, de activistas antifranquistas a posteriori, comenzado por Pedro. Lo que sucede es que ese antifranquismo ahora es rancio y caduco. Es un arma propagandística utilizada para quienes todavía quieren vivir de ello... y algunos hace mucho tiempo que dejaron de tener las facultades suficientes como para tocar esa guitarra.

Un ejemplo de valentía fue el inmenso Charly García. En 1982, en plena dictadura argentina, tras haber disuelto el grupo que había formado en su 'exilio' en Brasil (Seru Giran), se plantó en el estadio del Ferrocarril Oeste y presentó la canción Los dinosaurios, extraordinaria y metafórica, en la que trasladaba un mensaje a quienes tiranizaban su país: después de haber hecho desaparecer a tanta gente, los próximos seréis vosotros. Se la cantó a la cara. Frente a frente.

Qué mejor mensaje que el de esa canción: "Los dinosaurios deben desaparecer". Los del régimen y los que sirven a su favor cuando ya no sirven para mucho.

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