Los guiños que Mariano Rajoy lanzó en su discurso de investidura a Ciudadanos eran necesarios pero insuficientes. El partido de Albert Rivera se mostró satisfecho por las alusiones del presidente en funciones a las 150 reformas pactadas, pero advierten de que el día después de la formación de Gobierno ya estarán reclamando que los acuerdos se lleven a cabo. No quieren que los compromisos queden en papel mojado y ya ha fijado una meta en tiempo y forma.

Lo primero que esperan del PP como muestra de sus buenas intenciones es la revisión de la amnistía fiscal de 2012 para recuperar el dinero que no se recaudó entonces. Esta propuesta está incluida en los acuerdos con los populares y es de las que Ciudadanos ha defendido con más ahínco, aunque tiene un agravante: deberá llevarse a cabo antes de un mes.

En la aminstía fiscal de 2012, las arcas del Estado recaudaron un 3% de las fortunas afloradas, frente al 10% que se estableció en un primer momento. Ciudadanos reclama ahora que los amnistiados paguen ese 7% de diferencia, tasado por la formación naranja en 2.800 millones de euros, que implicarían la mitad del ajuste que España debe hacer para cumplir el objetivo de déficit público establecido por Bruselas.

Sin embargo, el tiempo corre en su contra. El 30 de noviembre es la fecha en que prescribe la amnistía; es decir, a partir de entonces Hacienda no podrá fijar una deuda derivada de los datos del registro de amnistía (en la Declaración Tributaria Especial o DTE) ni liquidar las cantidades pendientes, al cumplirse cuatro años desde la declaración.

Fuentes de la dirección de Ciudadanos señalan a El Independiente que el primer gesto que esperan una vez investido presidente Mariano Rajoy será un paso en esta dirección que tendría que ir encaminado, por lo pronto, a aplazar la fecha de derogación de la amnistía para que Hacienda pudiera actuar más allá del 30 noviembre y contar así con más margen de tiempo en el que abordar el cómo y cuándo recaudar los impuestos entonces no recaudados por las Arcas del Estado.

Los pasos que dé el PP en este punto serán para la formación naranja un indicador clave de cómo se desarrollará la legislatura, y es en estas primeras cuatro semanas cuando Ciudadanos espera símbolos definitivos para tomar el pulso a las intenciones de Gobierno y comprobar si las buenas intenciones que Rajoy mostró en su discurso de investidura tienen visos de traducirse en realidad.

Tres semanas para acordar los Presupuestos

El segundo gesto que esperan del futuro Gobierno es la negociación de los Presupuestos, una exigencia también recogida en el texto firmado entre PP y Ciudadanos a finales de agosto y que presenta el mismo escollo: los plazos. Tal como adelantaba El Independiente, la Comisión Europea ha remitido una carta al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, en el que fija entres semanas la fecha máxima para entregar el borrador de los Presupuestos. Bruselas insiste en que el Gobierno tiene que explicar “lo antes posible” cómo va a reducir ese desfase de medio punto porcentual del PIB para lograr el objetivo de déficit (5.500 millones) y quiere que lo plasme en un borrador de Presupuestos creíble.

Desde Ciudadanos esperan que la semana siguiente a la formación de Gobierno se conforme una mesa de negociación entre ambas formaciones que, en el caso del partido de Albert Rivera, estará compuesta en gran medida por el equipo que negoció las 150 reformas y no sólo por miembros del área económica, puesto que consideran que las decisiones tomadas respecto a los presupuestos tienen un fuerte componente político.

Estas reuniones tendrían que producirse antes de 21 días para abordar algunas de las partidas más importantes, como pensiones, techo de déficit y partida de gastos e ingresos, pero es previsible que la negociación entre las formaciones continúe más allá de esa fecha porque se espera que los Presupuestos definitivos se tramiten a lo largo de diciembre para que puedan ser aprobados en la Cámara.