En la Moncloa y en el PSOE dicen no dar crédito. Es "inaudito", aseguran, que el líder del principal partido de la oposición dé largas al presidente del Gobierno y ponga "excusas" cuando este le llama para una reunión en la Moncloa. Y en el PP, mientras, insisten en que no se fían, en que quieren todo por escrito y en que no van a caer en el "anzuelo" de hablar de una cita cuando pesan más otros asuntos como la ley de amnistía o la entrega de la alcaldía de Pamplona a Bildu. El resultado, no obstante, es diáfano: no hay todavía agendado ningún encuentro entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Es más, cada día que pasa la situación se complica y la tensión crece y crece. Justo a las puertas del primer duelo parlamentario de esta legislatura en el Congreso entre ambos, ya una vez constituido el nuevo Ejecutivo.

Fue hace una semana cuando se produjo la llamada desde la Moncloa hasta Génova. La conversación entre los directores de Gabinete del presidente, Óscar López, y del jefe del PP, Marta Varela. El primero ofreció tres fechas posibles para un encuentro entre los dos líderes: el lunes 18 de diciembre —que ya ha vencido—, el viernes 22 y el viernes 29. López, según insisten fuentes gubernamentales, le confirmó primero los tres temas prioritarios para Sánchez, los que él cree necesario abordar: la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la reforma del sistema de financiación autonómica y la modificación del artículo 49 de la Constitución para suprimir el término "disminuidos".

No ha habido comunicación entre los dos gabinetes desde la semana pasada, desde la llamada del lunes 11 del socialista Óscar López a la popular Marta Varela

Y dos, le trasladó la disposición del jefe del Ejecutivo a hablar de cualquier otro asunto que deseara Feijóo, sin cortapisas. Esa misma noche, y en una entrevista en Informativos Telecinco, Sánchez volvió a citar las materias urgentes que él quiere discutir, las que ya había adelantado a los periodistas en una conversación informal en la recepción del 6 de diciembre por el 45º aniversario de la Carta Magna, y se abrió a incluir más carpetas.

Desde entonces, desde el lunes pasado, 11 de diciembre, y como reconoció ayer mismo Borja Sémpez, el portavoz de los populares, no ha habido comunicación entre los dos gabinetes. Los conservadores insisten en que quieren tener por escrito el orden del día del encuentro, y se quejan que la Moncloa se limitó a proponer tres fechas, algo que hallan "poco profesional". "Alguien decía en broma: 'A lo mejor tenemos que convocar en Ginebra y así le interesa más al señor Sánchez', pero España no está para bromas, no está para juegos partidistas, para este navajeo a corto plazo estratégico y táctico y menos si es impulsado por el presidente del Gobierno", protestó Sémper desde la sede de su partido.

En el PP juzgan que acudir ahora a la Moncloa sería desviar el foco de aquello que creen que merece más atención: la ley de amnistía y la reunión del jueves 21 de diciembre de Sánchez en Barcelona con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la moción de censura a la alcaldesa de UPN en Pamplona y que hará regidor de nuevo a Joseba Asiron, de EH Bildu, gracias a un pacto de su formación y los socialistas navarros. Y recuerdan que está sobre la mesa un encuentro, sin fecha, entre el presidente y Carles Puigdemont fuera de España. La dirección de Feijóo rehúye la pregunta de si se negará finalmente a verse con Sánchez, pero da largas. Tampoco quiere confirmar que pretenda llevar a enero esa entrevista con el presidente, con el argumento de que "todo depende de la Moncloa".

"No es serio"

"Nosotros no rechazamos hablar y debatir sobre intereses generales de España. No le estamos pidiendo ni amnistía ni indultar a terroristas, ni lo que está pidiendo Junts, le estamos pidiendo un orden del día", se quejaba Sémper, para insistir en que "no es serio" que el PP se entere "de qué quiere hablar el presidente del Gobierno" porque se lo dice "un periodista porque le ha llegado un WhatsApp". Los temas que quiere abordar Sánchez son públicos desde hace dos semanas. En la recepción por el 45º aniversario de la Constitución, el 6 de diciembre, se lo adelantó a los periodistas en la Cámara baja en una charla informal con ellos. Pero luego los repitió al día siguiente en una entrevista en Espejo público (Antena 3). Y también en otra entrevista, el lunes 11, en Telecinco.

¿Puede haber cita en enero? No hay respuesta. "Por lo pronto", apuntan desde el círculo de máxima confianza de Sánchez, "podremos decir que Feijóo ha dicho por tres veces 'no' al presidente"

Fuentes del Ejecutivo insistían, tras las palabras de Sémper, en que Feijóo "puede plantear en esa reunión las cuestiones que estime oportunas". "En un hecho inaudito en democracia, el PP no ha respondido a la propuesta del presidente del Gobierno. ¿Por qué el Feijóo no quiere ir a esta reunión? Basta de excusas", sentenciaban desde la Moncloa.

Fuentes próximas al presidente descartan remitir por escrito el orden del día de la cita, porque sería "entrar en el juego del PP", en su "marco", y además "perder el tiempo". Recuerdan, por ejemplo, lo que sucedió el pasado verano, con el trasiego epistolar entre Ferraz y Génova a cuenta de la fijación de los debates electorales. "Ellos saben que tenemos tres temas, y se los dijimos a la directora de Gabinete de Feijóo y luego públicamente. Y dimos las fechas. Y les hemos repetido en público y en privado que hablen de lo que quieran, y sin que nos lo tengan que decir previamente. Están mareando la perdiz. Pero la presión la tienen toda ellos", subrayan.

En concreto, la petición de un orden del día por escrito la califican de "broma", porque una cita entre dos líderes no es una cumbre entre dos órganos con entidad jurídica. Para el PP, ese requerimiento no es más que una señalización de su desconfianza hacia Sánchez.

¿Y qué ocurre si no se cierra la entrevista entre los dos líderes ni para el 22 ni para el 29 de diciembre? ¿Habrá nueva oferta para enero? "No vamos a especular. Que nos digan. Estamos en la pantalla anterior", apuntan en la Moncloa. "Por lo pronto", apuntan desde el círculo de máxima confianza de Sánchez, "podremos decir que Feijóo ha dicho por tres veces no al presidente del Gobierno". "Él", continúan las mismas fuentes, "que decía que venía a hacer política para adultos, que respetaba la institucionalidad".

Sémper rehúsa avanzar de qué temas quiere hablar Feijóo, aunque desliza que ha de incluirse la independencia del Poder Judicial

Sémper no reveló, en su comparecencia en la Moncloa, cuáles son los temas que quiere poner Feijóo sobre la mesa, con el pretexto de que no quiere caer el PP en la misma falta de "seriedad" que atribuye al Gobierno, aunque sí deslizó que debe incluirse la independencia del Poder Judicial. Ningún problema, responden en el equipo de Sánchez. "Tenemos argumentos para responder a todo lo que nos plantee", sentencian.

En la cúpula popular explicaban en los últimos días que la moción de censura en Pamplona —contra la que el partido, encabezado por Feijóo, se manifestó el pasado domingo junto a UPN—, no hacía más que alejar la posibilidad de la cita con el presidente. "¿Es que a nosotros los gustaba lo que hacía [Mariano] Rajoy? ¿Estábamos de acuerdo con lo que hacía él? No, pero fuimos allí y acordamos el despliegue del 155. Porque si te llama el presidente, tú vas, como han ido todos los líderes de la oposición", replican desde el entorno de Sánchez.

Los precedentes de Casado o del propio Sánchez

El sentimiento que se percibe en la Moncloa es el de asombro y profundo cabreo con la actitud de Feijóo. Porque, remarcan, ni Pablo Casado puso objeciones para verse con Sánchez —de hecho, se quejaba de la falta de comunicación con él—, ni tampoco Sánchez se resistía a entrevistarse con Rajoy. Albert Rivera sí se negó a despachar con el presidente tras las elecciones de abril de 2019, porque entendía que no cabía ninguna negociación para la investidura del socialista, un gesto que nunca llegó a repetir Casado precisamente para subrayar el respeto a la institucionalidad por parte del PP.

En el Ejecutivo recalcan que la posición de Feijóo es "muy débil" por la presión de los "ultras" del PP y de Vox

Desde el equipo del jefe del Ejecutivo, recalcan que la posición de Feijóo es "muy débil" por la presión que recibe de los "ultras de su partido", como Isabel Díaz Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo, "que se van a echar encima de él si se reúne con el presidente", y por la competencia con Vox.

La tensión entre los dos grandes partidos aumenta. Los puentes están totalmente rotos. Y ese ambiente será el que reinará en la larga sesión del miércoles en el Congreso, en la que a la comparecencia del jefe del Ejecutivo sobre el último Consejo Europeo y sobre la presidencia española de la UE seguirá la sesión de control al Gobierno. Sánchez y Feijóo podrán intercambiarse durísimos mandobles dialécticos, pero de fondo seguirá la duda de si será posible un encuentro entre ambos. Todo apunta a que no se producirá de forma inminente, pero lo que ha demostrado este primer mes de legislatura efectiva es que el guion previsto no siempre se cumple. Y ahí está la inesperada moción en Pamplona o la entrevista con Puigdemont que no descarta Sánchez. Los patrones de antaño parecen no servir ya.