En el cuartel general de los populares no tienen ninguna prisa para cerrar la fecha de la reunión de su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, con Pedro Sánchez. No la tenían tras irse enterando, de forma progresiva, por los medios de comunicación, que el jefe del Ejecutivo iba a convocarle, después que pensaba hacerlo antes de fin de año y con tres prioridades temáticas sobre la mesa y más tarde, a través de una entrevista en televisión, cuáles eran los integrantes por parte del Gobierno de la mesa de trabajo. Pero lo que ha sido determinante para Génova es la presentación de la moción de censura en Pamplona para dar la alcaldía de la capital navarra a EH Bildu, ahora en manos de UPN.

La noticia, conocida este miércoles, generó un enorme estupor en el PP hasta el punto de admitir fuentes de Génova que "hay decisiones que mejoran las relaciones con la oposición y otras que las dificultan". Esta entra en la segunda categoría. Sin dudar por un segundo que la decisión forma parte de la "agenda oculta" de los pactos entre el PSOE y EH Bildu para hacer presidente del Gobierno de nuevo a Sánchez, y eso "complica mucho las relaciones".

La cesión de Pamplona "es una cuestión que afecta emocionalmente a un país" y que tiene repercusiones en la relación con el Gobierno, ya muy maltrecha, sostienen en el PP

La cesión del Ayuntamiento de Pamplona a la formación de Arnaldo Otegi "es una cuestión que afecta emocionalmente a un país, tiene repercusiones en la imagen de Sánchez y en las relaciones con el Gobierno", ya de por sí muy maltrechas. Y tras recordar cómo Bildu llenó algunas de sus listas con etarras condenados —un asunto que, sin duda, minó la campaña socialista de las locales y autonómicas del 28-M—, se preguntan las mismas fuentes consultadas "¿cómo se va a llegar a acuerdos con este señor?", en alusión al inquilino de la Moncloa.

En todo caso, tampoco rechazan de plano ese encuentro a celebrar en el Congreso. Pero mientras tanto, prefieren que Sánchez y los socialistas "se cuezan en su propia salsa" condimentada con la ley de amnistía, la posible reunión con Carles Puigdemont —que ayer jueves avanzó el secretario general de Junts, Jordi Turull, en Café d'idees de TVE— o el pacto con EH Bildu, calificado por Feijóo de "miserable".

Aducen que Sánchez "solo quiere una foto". "Y nosotros no la necesitamos". Cuestionan, por tanto, la voluntad real del presidente del Gobierno de llegar a ningún tipo de acuerdo con el primer partido de la oposición. Quizá ahora la principal incógnita resida en si dicho encuentro se producirá o no antes de fin de año. Por lo pronto, el líder del PP se suma el próximo domingo a la concentración que ha convocado UPN frente al ayuntamiento de la capital navarra en protesta por su desalojo.

Tres fechas que no han trascendido

Para el Gobierno, el PP no deja de poner "excusas". Y ahora se llama Bildu y Pamplona, dicen. Y lo atribuyen a su competencia por la derecha con Vox y a los sectores más reaccionarios del partido. "Los ultras van ganando en el PP. No tenemos ni idea de si finalmente tendrá lugar la reunión. Pero el PP sabrá. No creemos que puedan negarse a reunirse con el presidente", manifiestan desde el círculo más cercano a Sánchez.

En la Moncloa subrayan que el orden del día está claro, y que el presidente ya adelantó que aceptaba que Feijóo pusiera más temas sobre la mesa

Por el momento, en la Moncloa se aferran a que se le ofreció a Feijóo tres fechas para la cita con el jefe del Ejecutivo —dos antes de Navidad y una antes de fin de año—, cuyos días exactos no han trascendido. Este jueves, fuentes del Gobierno apremiaban al PP a que eligiera una de ellas porque ya habían pasado tres días desde la llamada y no tenían más noticia. Recalcaban que los tres temas "de Estado" puestos sobre la mesa por Sánchez estaban claros —renovación del Consejo General del Poder Judicial, reforma de la financiación autonómica y modificación del artículo 49 de la Constitución—, pero que, como él mismo dijo en Informativos Telecinco el pasado lunes, estaba dispuesto a admitir más temas sobre los que quisiera hablar Feijóo.

En la Moncloa, aún no se quieren situar en la hipótesis de que el PP no dé una contestación pronto y deje pasar las tres fechas ofrecidas. "Les hemos dado a elegir y el presidente ha bloqueado esos tres días, les hemos dicho que si quieren incluir más temas, no hay problema. El orden del día es público y lo hemos reiterado. El presidente ya ha dicho de qué quiere hablar. Esto es una reunión, no un consejo de administración", apuntan fuentes del Ejecutivo. Los colaboradores de Sánchez no entienden por qué el PP insiste tanto en que haya un orden del día por escrito cuando, por su parte, están claros qué tres temas quiere abordar.

Sánchez, como había hecho la víspera su partido, justificó desde Bruselas, a su llegada al Consejo Europeo, la moción de censura con Bildu que hará alcalde al abertzale Joseba Asiron. Se ha decidido por "responsabilidad" y para dar "estabilidad" a la ciudad, tras encadenar varios años sin presupuestos. Los últimos aprobados fueron los de 2021, y porque se los apoyó el PSN a UPN.

Sánchez busca encapsular el pacto en Navarra como una cuestión local y recuerda que en Ceuta el PP rechazó la oferta del PSOE de entrar en su Gobierno de la ciudad

"En Pamplona, lo que sufrimos es desde hace cinco años una parálisis, un bloqueo, la no aprobación de presupuestos municipales. Por tanto, creo que aquellos que reprochan esta moción de censura lo que tienen que hacer es hacérselo mirar, porque si esta moción de censura se produce es por la incapacidad de UPN, de la derecha navarra, de tejer complicidades, de construir puentes con otras formaciones políticas para hacer avanzar a Pamplona". "El problema", dijo, está en la alcaldesa de los regionalistas, Cristina Ibarrola, por lo que su partido ha movido ficha para "desbloquear" la situación, informa Europa Press.

El presidente utilizó como argumento para su defensa que el PSOE de Ceuta ofreció al Gobierno del PP en la ciudad autónoma, presidido por Juan Jesús Vivas, entrar en su Ejecutivo para darle "un apoyo más estable" y los conservadores lo rechazaron. Es decir, que la realidad cotidiana de los ciudadanos "varía" de unos lugares a otros, siguió Sánchez, y por tanto la responsabilidad del PSOE es siempre la misma, "dar estabilidad". Ferraz daba otro ejemplo con el que pretendía demostrar el doble rasero de los populares: el miércoles se aprobaron los presupuestos de Andosilla, una localidad navarra de 2.800 habitantes, con los votos a favor de UPN, PP y Bildu, los tres grupos que forman parte del equipo de gobierno del consistorio, mientras que el PSN-PSOE votó en contra.