Tras cruzar una frontera, probablemente se acerque la siguiente. Y la siguiente estación, tras facilitar a EH Bildu la alcaldía de Pamplona —opción que hasta ahora siempre negó el PSOE—, puede ser una reunión de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont. Jordi Turull, secretario general de Junts, anunciaba este jueves que ese encuentro se producirá para abordar la negociación entre los dos partidos. Tanto Ferraz como el propio presidente del Gobierno insistieron en que no hay ninguna cita con el exjefe del Govern en agenda, pero evitaron descartar que se fuera a producir.

Turull, desde luego, fue taxativo este jueves en Café d'idees, en La 2 de TVE y Ràdio 4. Puigdemont, aseguró, mantendrá una reunión, y próximamente, con Sánchez, sin presencia del mediador, para "normalizar la relación y negociación" entre ambos, informa EFE. "Nos hemos emplazado a encontrar la fecha y el lugar para que se vean. Lo importante es que se encuentren y hablen, en un encuentro como debe ser, sin fotografías ni logos de partido", apuntó.

Se trata de "normalizar una relación y una negociación entre dos presidentes que, desde 2017, fruto de la represión, no ha sido posible", afirma Turull

Los dos, Sánchez y Puigdemont, sí coincidieron ayer físicamente en el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, donde el jefe del Ejecutivo comparecía para hacer balance de la presidencia española del Consejo de la UE. El expresident advirtió incluso de las "consecuencias nunca agradables" que puede haber, y que no concretó, si se dejan pasar oportunidades "por miedo o por incapacidad". Según Turull, no mantuvieron ningún encuentro por razones de agenda. Pero dentro de poco pueden despachar juntos, pues se trata de "normalizar una relación y una negociación entre dos presidentes que, desde 2017, fruto de la represión, no ha sido posible", informa EFE.

Lo que tienen que despachar ambos, señaló, es la negociación sobre "el conflicto político", y tiene lógica que los dos se vean, razonó, pues "hay dos personas que la lideran". El dirigente de Junts aprovechó para sacar pecho de la posición mantenida por su partido durante estos años, pues ha propiciado que se esté hablando "de los términos del conflicto político" y este se esté "internacionalizando", auténtico empeño de los posconvergentes y razón por la que impusieron que a la mesa se siente un verificador extranjero. Las dos partes decidieron, en su reunión en Suiza, que fuera el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez.

Agenda pública y transparente

Fuentes del PSOE consultadas por este periódico no descartan la reunión de Sánchez y Puigdemont: "Lo que pase en el futuro se verá, pero ahora mismo no hay nada en agenda a corto o a medio plazo". No especifica Ferraz qué entiende por "corto" o "medio plazo". En la misma línea se pronunció el propio presidente en Bruselas, a su llegada al Consejo Europeo: "Veo mi agenda y en ella lo que tengo es una reunión con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, el día 21, como consecuencia de la visita que vamos a hacer al supercomputador de Barcelona", sostuvo. El jefe del Ejecutivo insistió en que su agenda es pública y transparente y no hay en ella ninguna cita con Puigdemont.

El dirigente separatista asegura que Santos Cerdán estaba al corriente de que se anunciaría la reunión

Sánchez evitaba confirmar el encuentro, pero tampoco lo negaba tajantemente. Una respuesta que se acomoda al difícil equilibrio que tiene que hacer él mismo y su partido a la hora de abordar su relación con Junts, cuyos siete votos fueron cruciales para procurarle la investidura. El presidente quiere ahorrarse gestos que puedan desairar a Puigdemont, de ahí que nunca haya afirmaciones categóricas. Y, al tiempo, tiene que cuidar sus relaciones con ERC. Con Oriol Junqueras ya conversó telefónicamente antes del 12-O y entonces dejó ver que la relación con los republicanos es más intensa y viene de más atrás. Este jueves, con su respuesta, el presidente, al indicar que lo que tiene ya cerrado es ese despacho con Aragonès, también quería lanzar ese guiño a ERC. Sin desatender a Junts, claro, que a través de su secretario general dejaba claro que el expresident quiere una reunión formal, como la que tuvo con Santos Cerdán el 30 de octubre, y no un mero saludo protocolario, como el que podía haberse dado ayer en la Eurocámara. El reparto de juego a Junts y ERC es quizá uno de los frentes más delicados que tiene que gestionar el PSOE en esta legislatura.

Turull se reafirmó en sus declaraciones después de que también la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, señalara en una entrevista en Antena 3 que no le constaba que estuviera agendada ninguna cita entre Sánchez y Puigdemont. El dirigente de Junts aseguró en RAC1 que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, el hombre que pilota las negociaciones con los posconvergentes, estaba al corriente de que se anunciaría esa reunión. Turull no atribuyó las palabras de Alegría a "mala fe": "La portavoz quizá no estaba al corriente".

El equilibrio con Junts y ERC es uno de los frentes más difíciles de gestionar para el PSOE

Pero el encuentro tendrá lugar, insistió, y será "fuera del Estado español", dado que, hasta que se apruebe la ley de amnistía, el expresident sigue siendo un prófugo de la Justicia española. El secretario general mantuvo que esa entrevista podría haberse producido en Estrasburgo, pero no fue posible por la "agenda" de Sánchez. "No queríamos el paripé de una foto, queremos una reunión como debe ser, tranquila", explicitó Turull.

Para los posconvergentes, es fundamental el formato que se ha llegado a acordar, pues la mesa de diálogo entre gobiernos, como la planteó inicialmente el PSOE (y que es la que opera con ERC desde la pasada legislatura), "estaba destinada a dormir el conflicto político". "Lo que da risa o lástima es que haya una mesa que no sirve para nada", criticó, en una nueva pulla a los republicanos. A ellos también les dijo que Junts descarta volver a entrar en el Govern, del que se marcharon hace más de un año, y menos "con la legislatura acabando".