La extinta Convergencia quiere romper con sus mayores e intentar salvar la cuentas electorales de una formación que cotiza a la baja después de haber sido hegemónica en Cataluña durante varias décadas. La nueva dirigencia del PDECat está dispuesta a que el líder de ERC, Oriol Junqueras, encabece la candidatura a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones catalanas con tal de que se reedite la coalición Junts pel Sí, según ha podido saber El Independiente de fuentes convergentes.

De este modo, disfrazarían el más que probable descalabro de sus siglas y, ya de paso, apartarían a una generación política de la que desean distanciarse. Ya cuentan con la inhabilitación de Artur Mas y la de Francesç Homs por desobedecer la sentencia del Tribunal Constitucional que impedía la consulta del 9-N, lo que les expulsa de la pugna electoral que puede producirse, con toda probabilidad, a finales de este año.

La corrupción pesa mucho en el deseo rupturista del nuevo sector del PDECat

En cuanto al actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, él se ha apartado de esa carrera, aunque la ausencia de una candidatura clara ha hecho que algunos ojos de la vieja generación convergente se vuelvan hacia él. No es el caso de ese nuevo sector, representado por la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, para el que Puigdemont, presidente por accidente, resulta "imprevisible". Para la nueva hornada también pesan, y mucho, todas las sombras de corrupción que gravitan en torno a las cuentas de la ya desaparecida CDC, del pago de comisiones y de redes clientelares que se van desvelando en las distintas causas abiertas en los tribunales como la del "caso Palau".

Con un Oriol Junqueras cada vez más fuerte, al que todas las encuestas con intención de voto sitúan como presidente de la fuerza política más votada, es casi imposible reeditar la coalición Junts pel Sí en las mismas condiciones que en 2015. Entonces, arrastrando los pies, los republicanos aceptaron ir bajo las mismas siglas en una lista encabezada por Artur Mas, al que los antisistema de la CUP forzaron a abandonar a cambio de su voto en la investidura.

Todos los sondeos sitúan a ERC como el nuevo partido hegemónico en Cataluña

Otra cosa es que la disposición del PDECat choque con los cálculos del líder republicano si estos pasan, precisamente, por terminar de borrar la memoria de esa Convergencia hegemónica, incontestable, e ir a una fórmula de coalición postelectoral de izquierdas, con el concurso de los "comunes", esto es, la formación de Ada Colau, y del PSC de Miquel Iceta. Eso no significa que Junqueras abandonase el ideario independentista que ERC siempre ha defendido, sino que lo retrasara.

En cambio, si el horizonte de Junqueras no es otro que culminar esa independencia, para la que no hay una mayoría contrastada entre los catalanes, podría sentirse tentado a aceptar la propuesta del PDECat en caso de que se impusiera el sector renovador del partido. Los antiguos convergentes están inmersos en un dilema por el que se juegan su supervivencia política, además de estar todavía controlados por dirigentes que, como Mas o Puigdemont, quieren pasar a la historia como los que trajeron esa hipotética república catalana, aún a costa de terminar de dinamitar al partido.

La antigua Convergencia podría llegar a ser la quinta fuerza política

De momento, lo que hay sobre la mesa es un ofrecimiento de diálogo sobre las condiciones de la consulta que Puigdemont y Junqueras explicaron en una carta abierta en el El País. El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, advirtió ayer que "aunque pueda parecer estrafalario que insistamos en negociar pese a la negativa constante del Gobierno, no lo es, porque el mundo debe saber que si hay que convocar ese referéndum tenemos los instrumentos para hacerlo de forma unilateral". En todo caso, siempre queda una bala en la recámara: volver a convocar elecciones.

Un sondeo de El Periódico de Cataluña del mes de diciembre daba la delantera a ERC, que se movía en una horquilla de entre 48 y 50 escaños frente a los 15 y 17 de los ex convergentes, por detrás del PSC (19-21), de Ciudadanos (17-18) y hasta de En Comú-Podem (15-16), esto es, una posible quinta posición, toda una humillación para los que dirigieron,durante décadas, la política en Cataluña. Otra, más reciente, de La vanguardia, publicada este enero, "salvaba" al PDECat, al auparle como segunda fuerza política con 27 escaños, pero siempre por detrás de ERC, con 37.