El primer barómetro de 2017 elaborado por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat muestra de manera inequívoca que el independentismo pierde fuerza en Cataluña a ritmo lento pero sostenido, aunque sigue siendo la opción preferida para un 37,3% de sus habitantes. Sin embargo, pese a que el resto de opciones no alcancen ese porcentaje, son mayoría quienes prefieren para Cataluña una fórmula que no implique su salida de España: entre quienes plantean que sea "una región", "una comunidad autónoma" o "un Estado dentro de una España federal" suman el 57,2% de la muestra.

El posicionamiento independentista baja un 1,2% respecto a marzo del año pasado, cuando se situaba en el 38,5%, aunque su desplome es más evidente si se amplía la serie histórica. Esta opción, que alcanzó su máximo en noviembre de 2013 con un 48,5% de apoyos, justo un año antes del referéndum del 9-N, hoy ha caído más de 10 puntos. Los mismos que ha subido desde aquel momento la opción que plantea la continuidad de Cataluña como comunidad autónoma: del 18,6% al 28,5%. La opción autonómica ha vuelto a superar a la federal (21,7%), con la que se suele disputar la segunda plaza desde la irrupción del soberanismo a principios de 2012.

Poco más del 18% de los votantes de Podemos consideran la independencia la mejor opción para Cataluña

Las diferencias son obviamente apreciables si se aplica el filtro de la simpatía a partidos políticos. De ésto se desprende que los votantes de Junts pel Sí (82,8%) son más independentistas que los de las CUP (78,6%), y que un 18,2% de los votantes de Podemos consideran que lo mejor para Cataluña es un Estado propio y separado de España.

La opción autonómica triunfa más entre los simpatizantes populares (64,9%) que entre los de Ciudadanos (60,2%), y es también opción mayoritaria para los votantes socialistas, que la apoyan en un 52,1% pese a reclamar la bandera del federalismo. En ese campo, sin embargo, el PSC palidece frente a Catalunya Si Que es Pot, que le supera en más de un 20% en el apoyo a este modelo de organización territorial.

Donde sí hay una voz clara, aunque la tendencia es igualmente bajista, es en el sentimiento de que Cataluña posee un nivel "insuficiente" de autonomía. El 63,3% de los catalanes lo piensan, un porcentaje considerable aunque menor del 68,1% que se manifestaban así hace justo un año. Quienes piensan que el nivel de autonomía es "suficiente" suben del 23,1 al 25,5, como también lo hacen quienes piensan que es "demasiado", del 4,3 al 5,8.

Problema de movilización

El unionismo tiene, sin embargo, un problema de movilización. Pese a que es la opción mayoritaria sumando sus tres modelos y pese a que ante la pregunta directa sobre la independencia el No se impondría por 4,2 puntos de diferencia, su deseo de acudir a las urnas es más bien bajo. El 20,7% del electorado catalán "no iría a votar" en un referéndum como el del 9 de noviembre de 2014 "convocado y organizado por la Generalitat y sin el acuerdo del Gobierno español".

Más del 40% de los votantes de C's y más del 33% de los del PSC no votarían en una consulta no acordada

La bolsa de abstencionistas es clara: el 40,8% de los votantes de Ciudadanos no participaría en una consulta de este tipo, como no lo harían el 33,6% de los del PSC, el 29,8% de los del PP y el 18,2% de los de CsQP. Esto, en cualquier caso, no es un problema para los electorados de CUP y Junts pel Sí, que sólo dejarían en casa a menos de un 3% de sus votantes.

La consecuencia de esto es inevitable: pese a que el unionismo ganaría el referéndum con el 48,5% de las papeletas si estuviera obligado a participar, la desmovilización en una situación de voto real desplomaría ese apoyo hasta un raquítico 22,2% que dejaría en bandeja la victoria soberanista. En términos generales, además, el 50,3% de los encuestados se posicionan a favor de un referéndum sobre la independencia "tanto si lo quiere como si no el Gobierno español".