José María Aznar ha ofrecido, quizá, una de sus entrevistas más personales desde que abandonara la presidencia del Gobierno hace ya la friolera de 13 años y se divorciara de su partido rechazando la presidencia de honor que ostentó hasta poco antes de XVIII Congreso nacional del PP del pasado mes de febrero. Un rechazo motivado en buena parte, según ha explicado, para evitar las susceptibilidades internas sobre el papel que jugaba desde FAES.

La cita, en Telecinco, con Bertín Oborne, en el programa Mi casa es la tuya. No es que haya dado grandes titulares ni convulsionado el escenario político, pero ha retratado muy bien cómo analiza tiempo después algunos de los principales hitos de su trayectoria, como la participación en la Guerra de Irak, los atentados del 11-M o su relación con Mariano Rajoy, al que eligió como sucesor entre una terna que completaban Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja. Eran, sin duda, otros tiempos para los populares.

Asegura que iría "cien mil veces" a las Azores o a Patagonia "si el interés de España está en juego"

Lejos del mea culpa que han entonado con los años el ex presidente George Bush hijo o Tony Blair al confirmarse lo que ya se sospechaba por entonces, esto es, que no había armas de destrucción masiva en Irak, Aznar se reafirma en una decisión que tomó, dice, "por el interés nacional de España". Y se pregunta: "¿Es mejor no intervenir en Siria?".

De hecho, subraya sin amilanarse que "nunca ha tenido mejor foto que la de las Azores", que se la hizo junto con los aliados -"con mi vecino Portugal; con el aliado más fuerte, Estados Unidos, y con un gran país como el Reino Unido- y que, en definitiva, iría a Azores o a la Patagonia o adonde haga falta "cien veces, cien mil veces, si el interés nacional de España está en juego", no sin antes afirmar que nuestro país no intervino militarmente, "no envió ni un soldado".

Su relación con Rajoy no ha sido "especialmente intensa" y nunca han salido a cenar las parejas

Tras afirmar que el 11-M "fue el peor día de mi vida", justifica que pensó en la autoría de ETA por creer que ésta no le iba a dejar "salir del gobierno sin crearme un problema grave", pero que esperó a lo que dijeran los servicios de inteligencia, cuya conclusión primera fue que habían sido los etarras. Posteriormente, asegura, se fue informando en directo. Insiste en que había "grupos en España" que querían un cambio de Gobierno y se inventaron "mentiras" sobre la actuación del Ejecutivo en un país al que reprochó cierta "ingratitud".

Aznar asegura no tener intención de volver a la política "ni contribuir a destruir lo que ayudé a construir ni que lo destruya nadie", en alusión a la formación de otro partido político. En cuanto a su relación con Mariano Rajoy, explica al conductor del programa que nunca han tenido un trato "especialmente intenso" y que, aunque "le he hecho de todo, hasta sucesor, nunca hemos sido una pareja que salga a cenar. Ha sido otro tipo de relación". Ni uno ni otro han ocultado que nunca fueron amigos, pero si Aznar lo eligió fue por entender que era "el que reunía más ventajas que inconvenientes".

"¿Cómo no le voy a desear suerte? Otra cosa es que no me gusta todo lo que hace", dice sobre Rajoy

"Y ahí está", dice casi resignado aunque sin renegar de aquella decisión tomada un mes de agosto de 2003, para agregar que hay unas cosas de su ejecutoria como presidente del Gobierno que le gustan más y otras no tanto, pero le ve "muchas cualidades". "¿Cómo no le voy a desear suerte? Otra cosa es que no me gusta todo lo que hace y yo haría cosas distintas en una o varias ocasiones", dice.

Sin embargo, donde alcanza su mejor grado de sutileza es cuando Bertín Osborne le explica que Rajoy llevó a su programa de televisión una empanada hecha por su esposa, Elvira Fernández, a lo que Aznar se pregunta: "Entonces, Rajoy, ¿qué hizo? ¿Cortar la empanada? Eso tiene mucho mérito". Demoledor.

A reproche suena también su referencia a Manuel Fraga. Tras recordar que fue la primera persona a la que recibió en Moncloa cuando fue elegido presidente del Gobierno, ha señalado que "no voy a olvidar nunca lo que hizo por mí y la oportunidad que me dio".

Glosada su figura por, entre otros, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que destaca de él su liderazgo y su seguridad, revela Aznar que Bill Clinton le confesó que le tenía envidia por recibir los insultos del fallecido ex presidente de Venezuela Hugo Chávez.