El juzgado de guardia de guardia en funciones de Sevilla ha ordenado prisión provisional para tres de los ocho detenidos por los incidentes acaecidos en la madrugada del pasado viernes durante las procesiones centrales de la Semana Santa de Sevilla. Se trata de los tres que portaban barras metálicas, a los que se les imputa un presunto delito de desórdenes públicos agravados, tipificados en los artículos 557 y 557 bis 3 del códifo penal. Los otros cinco han quedado en libertad con cargos.

Uno de los detenidos por los disturbios ocasionados durante la 'Madrugá', de nacionalidad senegalesa, ha sido puesto en libertad y se ha confirmado que gritó en plena calle varias veces la frase "Alá es grande".

Así lo ha comunicado en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Ricardo Gil-Toresano, que ha señalado que este hombre ha sido puesto en libertad con cargos y ha descartado que tenga relación con ningún grupo islamista.

Algunos detenidos gritaron consignas a favor de ETA en las calles para crear el pánico

Gil-Toresano ha confirmado también que algunos detenidos gritaron consignas a favor de ETA en las calles para crear el pánico en varias zonas y se está investigando si hay relación entre ellos. Además del ciudadano senegalés, del que no han trascendido datos, los otros siete detenidos son todos naturales de Sevilla, con 47, 46, 45, 19, 19, 22 y 21 años de edad.

Asimismo, el delegado de Seguridad del Ayuntamiento hispalense, Juan Carlos Cabrera, ha informado de que la persona ingresada en la UCI con heridas graves ya ha pasado a observación al haber mejorado su estado y, aunque no ha confirmado su identidad, ha indicado que tiene más de 60 años de edad y fue arrollada cuando estaba en su silla de la carrera oficial.

Según Cabrera, todo indica que el disturbio "se inició en una primera pelea, con la intención de efectuar carreras para que cundiera la histeria", y ha mostrado su repulsa por estos actos vandálicos" protagonizados por "gamberros", "golfos", "calaña humana", "sinvergüenzas que no merecen pisar esta ciudad".

Cronológicamente, Gil-Toresano ha informado de que la primera detención se produjo a las 3:30, concretamente la del ciudadano senegalés, que tiene antecedentes penales por delitos comunes, y a las 4,20 horas fueron detenidos tres vecinos de Sevilla en la calle Marqués de Paradas, a los que se imputan delitos de desórdenes públicos.

La investigación estudiará las redes sociales de los detenidos para ver su movimiento en los días previos

Se cree que estos tres detenidos fueron "vociferando consignas relacionadas con ETA" desde la calle Alfonso XII a Marqués de Paradas, y a las 6:00 fueron detenidos dos más jóvenes, de 19 años, en la plaza de El Salvador, a los que se imputan delitos por desórdenes públicos y contra el sentimiento religioso.

Las últimas dos detenciones se llevaron a cabo en la calle Argote de Molina, cuando estaba muy cerca la hermandad de La Macarena y gritaron varias veces "Alá es grande", "pero ni tienen que ver con islamistas ni con ningún otro grupo conocido", ha asegurado.

Juan Carlos Cabrera ha señalado que lo que se sabe hasta ahora "no indica que haya que apostar por algo organizado, pero tampoco se puede descartar", y ha avanzado que evaluarán lo que ocurrió no sólo en las redes sociales sino también las cámaras de los locales y las televisiones, y las declaraciones de los detenidos.

Además, la investigación estudiará las redes sociales de los detenidos para ver su movimiento en los días previos a la Semana Santa o bien si hay relación entre los que fueron detenidos en distintas zonas de la ciudad. Ha admitido que "la Madrugá está tocada", pero ha advertido de que "no van a conseguir jamás terminar con este día tan grande".

La comunidad Mezquita Ishbilia condena el "ataque"

 La comunidad islámica Mezquita Ishbilia ha condenado este viernes los disturbios que han tenido lugar en la Madrugá y el "ataque perpetrado a la Semana Santa", de la que fueron testigos algunos de sus miembros.

En un comunicado ha asegurado que "no se pueden consentir acción alguna contra ningún colectivo y menos aún que se combata a la Iglesia católica utilizando nombres o frases para confundir y hacer recaer la responsabilidad en otros", en alusión a que uno de los ocho detenidos es un senegelés que gritó varias veces la frase "Alá es grande". Ha expresado su rechazo a dichos actos por "injustificados y mezquinos y por las consecuencias, que podrían haber sido más graves de no darse la templanza por parte de las hermandades y del público y de la intervención de las fuerzas de seguridad".

Ha achacado el "ataque perpetrado a la Semana Santa" a la "obra descoordinada de un grupo de gamberros, o, como más bien parece, una acción coordinada, con la despreciable intención de dañar tan importante festividad religiosa y lúdica y, de esta manera, perjudicar el prestigio y el nombre universal de la ciudad". "No estamos en ninguna guerra de religión", ha zanjado esta comunidad islámica, que ha añadido que "las religiones no existen para hacerse la guerra".

El recuerdo del año 2000

Los sucesos ocurridos han recordado a los registrados en la "Madrugá" del año 2000, cuando hubo numerosas avalanchas que causaron decenas de heridos leves y la interrupción momentánea del recorrido de las procesiones más populares de la ciudad.

Esos sucesos se investigaron judicialmente pero la causa se archivó porque no se encontraron culpables, mientras que el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), atribuyó los incidentes a grupos de "niños pijos" que, con gritos de falsas alarmas, decidieron de forma coordinada y simultánea asustar a los ciudadanos con carreras.