La primera gesta se ha logrado. Emmanuel Macron, desconocido para el gran público hace apenas tres años, será el presidente más joven de Francia desde 1848. El movimiento que creó el 6 de abril de 2016, En Marcha, ahora tiene ante sí el desafío de conquistar la mayoría de la Asamblea Nacional y así evitar la cohabitación. Para lograrlo puede contar con un peso pesado del Partido Socialista, el ex primer ministro Manuel Valls, que ha anunciado que se postulará a las legislativas por el partido de Macron. En Marcha, sin embargo, señala que esta candidatura no se ha presentado ante la comisión competente.

Valls, que lleva tiempo flirteando con En Marcha y ya pidió el voto para Macron en las presidenciales, dijo en la cadena RTL: "Este Partido Socialista está muerto, hay que superarlo. Se ha quedado atrás. Ahora es esencial garantizar una mayoría a Macron". Aseguró que habían quedado atrás las diferencias que les separaron cuando coincidieron en el gabinete en el que Macron era ministro de Economía (agosto de 2014-agosto de 2016).

El Partido Socialista instó a Valls a elegir entre seguir en sus filas o adherirse al movimiento de Macron. El primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadelis, animó a quienes opten por esa vía que lo hagan cuanto antes "y nos dejen trabajar". Cambadelis asegura que no representan más del 5% del Partido Socialista.

En Marcha parte de cero en la Asamblea Nacional, pero tras la conquista del Elíseo en un tiempo récord saben que lo inimaginable es posible. Macron necesita esa mayoría en las elecciones legislativas del 11 y el 18 de  junio para dotar a su quinquenato de poder y no verse obligado a una cohabitación. A Valls pronto es probable que se quieran unir más políticos relevantes de toda tendencia. Es la fuerza de la Presidencia.

Lo primero que dijo Macron ante sus seguidores el domingo es que ahora necesitaba su apoyo en las legislativas. "Vamos a tener que construir una verdadera mayoría, una mayoría fuerte, una mayoría del cambio, que es a lo que aspira el país. Esta mayoría del cambio es lo que espero de vosotros en seis semanas. Os voy a seguir necesitando", dijo Macron en la explanada del Louvre.

Este Partido Socialista está muerto. Se ha quedado atrás", dice el ex primer ministro Manuel Valls, que se ofrece al partido de Macron

El reto al que hace frente En Marcha -rebautizada como La República en Marcha- es conseguir candidatos solventes en las 577 circunscripciones en juego en las legislativas a dos vueltas, el 11 y el 18 de junio próximos, en primer lugar. El secretario general del partido de Macron, Richard Ferrand, ha confirmado que los nombres se darán a conocer el  jueves.

La mitad de los candidatos provendrá de la sociedad civil, también el 50% serán mujeres y no podrán tener antecedentes penales. Si bien pueden provenir de otros partidos, se supone que al ser elegidos deberán optar por uno u otro, salvo el caso de los centristas de MoDem, de François Bayrou.

Macron ha dejado la presidencia del  movimiento en manos de Catherine Barbaroux, de 68 años, antes delegada nacional procedente del ala izquierda y que es hija de inmigrantes españoles. Ejercerá de forma interina hasta el congreso fundador que se celebrará el 15 de julio. Hasta el momento En Marcha contaba con unos 285.000 militantes sin obligación de cotizar y se ha sufragado con donaciones privadas. Ahora empieza otra fase: la conquista del poder.

Junto a los representantes de la sociedad civil, muchos de ellos desconocidos, también habrá socialistas y republicanos atraídos por el aire fresco que supone Macron, y el atractivo de su clara victoria. Los contactos con dirigentes de los partidos tradicionales, con vistas a la formación de su gabinete, están dando lugar a suspicacias. Por ejemplo, Bruno Le Maire, que optó a las primarias de los Republicanos, ha reconocido contactos con Macron, y se ha mostrado claramente dispuesto a trabajar con el presidente electo. Los Republicanos se alzaron contra Le Maire por sus insinuaciones.

El presidente electo arrancó el lunes junto al jefe del Estado saliente, el socialista François Hollande, con las celebraciones del fin de la Segunda Guerra Mundial. El traspaso de poderes será el 14 de mayo. Probablemente su primer desplazamiento al exterior será para ver a tropas francesas, Mali por ejemplo, y poco después irá a Berlín. Hollande se ha despedido el lunes de la canciller, Angela Merkel, precisamente.

El discurso de Macron en la explanada del Louvre, a donde llegó bajo el son del Himno a la Alegría, también estuvo cargado de simbolismo. "Dado que es muy joven ha cargado de solemnidad su arranque incluso como presidente electo y así ganar mayor legitimidad. Ahora empieza lo complicado con la elección del primer ministro pero al conseguir un 66% tiene más margen de maniobra", señala Pierre Rousselin, ex director adjunto de Le Figaro.

Ahora empieza lo complicado con la elección de primer ministro pero su amplio respaldo, el 66%, le da más margen de maniobra"

Según Rousselin, el primer ministro "será una figura de la derecha como señal de apertura". Aunque no ha hecho gala de ello en la campaña, más bien al contrario, Macron ha sido dos años ministro de Economía en el gobierno socialista de Manuel Valls bajo la Presidencia de Hollande.

Sea quien sea el nuevo primer ministro o primera ministra, pues a Macron le gustaría dar una señal dirigida a las mujeres, apenas durará en el cargo si finalmente no logra controlar la Asamblea Nacional, con los diputados de la República en Marcha, o bien con alianzas.

Tras las legislativas, habría nuevo gobierno si la mayoría de la Asamblea está controlada por fuerzas opuestas al presidente, cuyo papel se vería muy limitado. En ese caso el programa de reformas que Macron quiere acometer se quedaría en el limbo, o bien habría de negociarlas caso por caso.

Después de la derrota en las presidenciales, los partidos apuestan todas sus bazas en las llamadas tercera y cuarta vuelta de junio. El Frente Nacional, que logró más de 10 millones de votos el domingo, afronta "una transformación profunda", en palabras de Marine Le Pen, que anunció incluso un cambio de nombre.

Marine quiere desembarazarse del peso que conlleva el nombre asociado a su padre. La desdiabolización ha servido para avanzar pero no lo suficiente. Sin embargo, quizá no todos estén de acuerdo con esta vía, incluso su sobrina, la diputada Marion Maréchal-Le Pen. En un momento de renovación generacional, la joven diputada en la treintena se abre paso. Las legislativas serán una prueba crucial para la formación ultraderechista que ahora cuenta solo con dos diputados en la Asamblea Nacional.

Para Los Republicanos el camino pasa por la cohabitación, que no tiene por qué ser conflictiva", según Le Figaro

En cuanto a los partidos tradicionales los Republicanos han vivido en estas presidenciales el temor de que sus fieles o se decantaran claramente por el Frente Nacional, o bien se inclinaran por Macron, cuyas políticas económicas no les son ajenas.

Como señala el editorial de Le Figaro, "el camino está trazado: rumbo a las legislativas. Objetivo: la cohabitación. Que no tiene por qué ser conflictiva, dado que hay muchos puntos de coincidencia, como la puesta en orden de las cuentas públicas, la prioridad a las empresas, o Europa...". Apunta este diario que los Republicanos deberían actuar como freno para impedir que se pongan en marcha "las ideas más locas del ala izquerda de su movimiento".

El panorama es más sombrío en el Partido Socialista y muchos hablan incluso de refundación. Parte del establishment se decantó por Macron, incluido el primer ministro y candidato a las primarias, Manuel Valls, quien acaba de hacer público que se postula a las legislativas por la formación En Marcha. "Seré candidato de la mayoría presidencial", dijo Valls, que perdió en las primarias del PS frente a Benoît Hamon.

Va a dirigir la campaña socialista el primer ministro, Bernard Cazeneuve, y esta semana empezarán a fijar las alianzas. El que fuera candidato a la Presidencia, Benoît Hamon, busca el acercamiento a la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, y hacer oposición a Macron, una tesis que puede terminar de dinamitar al PS.

Mélenchon sí dejó claro tras conocer la victoria de Macron que iba a dar la batalla por defender los derechos sociales adquiridos. De hecho, se interpreta que no pidió a favor del líder de En Marcha debido a que su objetivo es encabezar una oposición dura en la Asamblea Nacional, y también en las calles. El Frente Social, que reúne a diversas asociaciones y sindicatos, ya congregó a un millar de personas en París el lunes contra la reforma de la ley del trabajo que propone Macron.

De la tercera y cuarta vuelta de las legislativas dependerá que Emmanuel Macron sea una especie de monarca republicano con mucha pompa y poco poder, o bien se confirme como el refundador del sistema político y el artífice de las reformas que necesita la Francia del siglo XXI.