Seis meses después de su defenestración Pedro Sánchez ha vuelto al lugar del crimen, esta vez para saborear la victoria. Arropado por centenares de militantes que han accedido a la sede socialista, el ganador de las primarias del PSOE ha lanzado un mensaje dirigido a los votantes progresistas que dejaron de votarles. El nuevo secretario general ha reivindicado el carácter "de izquierdas" de su partido y ha fijado como objetivo "construir el nuevo PSOE para regenerar España": "A partir de mañana, un PSOE unido y rumbo a la Moncloa", ha clamado.

"¡Aquí está el PSOE, aquí está la izquierda!". Sánchez se dirigía así a "los millones de socialistas que se sienten socialistas pero no nos votaron en las pasadas elecciones de 2016" y se comprometía a ejercer una "oposición útil en defensa de la mayoría social hastiada de la corrupción del PP".

"El PSOE va a hacer lo indecible por acabar con la corrupción", ha adelantado el nuevo líder socialista, en un mensaje que destila su intención de pelear por recuperar el liderazgo de la izquierda y ser la primera fuerza de oposición al Gobierno de Mariano Rajoy. "Vamos a cumplir con el mandato de las urnas, a hacer del PSOE la fuerza de izquierda de este país".

El líder socialista ha llamado a la unidad y se ha referido directamente a sus contrincantes para agradecerles su trabajo; unas palabras que han rebelado a su militancia, que manifestaba la ruptura profunda del partido con un sonoro "no". Sánchez, ante esto, ha puesto en valor el trabajo de Susana Díaz y de Patxi López, que "han trabajado por hacer una organización más diversa", y se ha comprometido por conseguir la unidad socialista: "Me comprometo a ser el secretario general de todos los afiliados del PSOE".

Un poco más tarde, Pedro Sánchez se ha dirigido desde un balcón de la sede socialista a los militantes que esperaban agitados a las puertas. "Aquí está la izquierda que puede derrotar a la derecha", ha gritado Sánchez, efervescente: "A lo que tiene miedo el PP es un PSOE unido". "Hoy empieza todo, ¡a ganar!".