El cambio de voto impuesto por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en torno al tratado de libre comercio con Canadá supone la desautorización hacia los eurodiputados socialistas, que votaron a favor de un acuerdo que califican de "bueno" no sólo económicamente sino, sobre todo, desde el punto de vista político y geoestratégico. Este tipo de Tratados siempre resultan polémicos y controvertidos, muy criticados especialmente por los grupos antiglobalización, de modo que "lo debatimos a fondo durante mucho, mucho tiempo", narra un europarlamentario del PSOE a El Independiente, que admite que la modificación impuesta por la nueva dirección de Ferraz "muy bien no nos deja", lo que ha indignado a no pocos integrantes del grupo en la Eurocámara.

No todos los socialistas europeos apoyaron este acuerdo. No lo hicieron los franceses a quien Hamon, del ala izquierda del partido, obligó al "no", ni tampoco los austriacos. También se sumaron a la posición en contra algún socialista holandés y polaco. La indignación proviene de un cambio de orientación que ahora les va a costar explicar y que les deja en clara evidencia. Quizá Sánchez les haga pagar así el escaso entusiasmo que mostraron prácticamente todos por su candidatura en las primarias, puesto que se inclinaron de forma mayoritaria por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Margarita Robles pidió a Sánchez Amor que votara "sí" al Tratado en comisión "pero que no lo defendiera"

Este fue el caso de Elena Valenciano -que se significó mucho en el Comité Federal del 1 de octubre, que se saldó con la dimisión de Sánchez- , pero también de José Blanco, de Ramón Jáuregui -que venía ejerciendo de portavoz durante la etapa de la gestora-, de Juan Fernando López Aguilar, de Inmaculada Rodríguez Piñeiro y de Enrique Guerrero, por reseñar los nombres más conocidos. Realmente, la única sanchista de pura cepa en el Grupo Parlamentario de la Eurocámara es la actual portavoz, Iratxe García, que también votó a favor cuando el Tratado pasó por el Parlamento Europeo.

Tampoco ha quedado muy bien parado el portavoz del PSOE en la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, Ignacio Sánchez Amor, quien el pasado martes votaba a favor del acuerdo con Canadá para enterarse ese mismo día por la tarde, a través de un tuit de la presidenta socialista, Cristina Narbona, de que se abstendrían. Lo cierto es que Sánchez Amor se barruntaba un cambio de criterio al respecto. El congreso del PSOE, que terminó de encumbrar a Sánchez, fue muy crítico con los tratados de libre comercio. Además, el secretario general de UGT, José María Álvarez, y representantes de organizaciones ecologistas pidieron su retirada.

Narbona, por libre

Con esos antecedentes, Sánchez Amor habló con la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, y con Iratxe García. Puesto que oficialmente no había nueva toma de posición, Robles le dijo a su compañero de Grupo "que mantuviera el `sí´pero que no lo defendiera", han explicado fuentes parlamentarias a este medio. El socialista tomó la palabra para rebatir las acusaciones de Podemos de connivencia con el PP. Es la posterior campaña en las redes sociales contra el PSOE la que provoca el tuit de Narbona, para muchos, "actuando por libre y dando su opinión".