Política

Rajoy no da más plazos y aprobará el sábado aplicar el 155 en Cataluña

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al inicio de la reunión extraordinaria del consell nacional del PDCat.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al inicio de la reunión extraordinaria del consell nacional del PDCat. EFE

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, mantiene su oferta de diálogo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para abordar el conflicto político en Cataluña, pero como se preveía no ha respondido a la principal pregunta que le formula el Ejecutivo central para decidir si aplica o no el 155: si llegó a declarar la independencia desde el Parlament. Tampoco recoge el guante lanzado ayer por el Gobierno para que convoque elecciones como salida a la crisis e insiste, por contra, en acusar al Gobierno de "represión" por el encarcelamiento de los líderes de la ANC y Ómnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

En un comunicado, posteriormente leído por el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, el Gobierno considera "una negativa" la respuesta de Puigdemont a atender el requerimiento que se le hizo para que aclarara si había declarado la independencia. Llegado este punto, se ha convocado formalmente para este sábado Consejo de Ministros extraordinario para aprobar las medidas del 155 con las que intervenir la comunidad  "a fin de proteger el interés general de los españoles, entre ellos los ciudadanos de Cataluña, y restaurar el orden constitucional". El Gobierno se encuentra reunido en este momento con el PSOE para determinar las medidas a tomar ante la crisis catalana.

Moncloa denuncia asimismo "la actitud mantenida por los responsables de la Generalitat de buscar, deliberada y sistemáticamente, el enfrentamiento institucional a pesar del daño que está causando a  la convivencia y la estructura económica de Cataluña".  Y a pesar de que no habrá Consejo hasta este sábado, asegura el Ejecutivo que pondrá todos los medios a su alcance para restaurar "cuanto antes"  la  legalidad y el orden constitucional.

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En la misiva del presidente de la Generalitat, Puigdemont indica que el día 1 de octubre los ciudadanos decidieron la independencia en un referéndum y en el pleno del Parlament del día 10 valoró los resultados y los efectos de la consulta dejando "en suspenso los efectos del mandato popular". Puigdemont defiende los resultados del referéndum ilegal y el sí a la independencia "con un resultado superior al que ha permitido al Reino Unido iniciar el Brexit" pero olvida señalar que en el caso del referéndum británico la participación fue del 72,2% del censo electoral, mientras en Cataluña, dando por válidos los resultados ofrecidos por la Generalitat, no habría participado el 50% del censo.

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El president se refiere también al referéndum de aprobación del Estatut para poner en valor el resultado del 1-O y destaca que ese día la independencia cosechó más apoyos (2 millones de votos) que el Estaut, apoyado por 1,8 millones de catalanes en 2006, cuando tanto PP como ERC defendieron el no al texto. La clave de ese escaso apoyo está en la baja participación que tampoco llegó a la mitad del censo catalán.

Reactivar la declaración el sábado

El escenario apuntado ahora en ámbitos nacionalistas es el de un pleno extraordinario convocado de urgencia para el sábado si el Gobierno anuncia hoy la puesta en marcha de la aplicación del artículo 155. En ese pleno, la mayoría independentista impondría la aprobación de la declaración de independencia antes de que se hiciera efectiva la suspensión de la autonomía, que necesariamente debe ser aprobada por el Senado. "Si el Gobierno persiste en impedir el diálogo y continuar la represión, el Parlament podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar l adeclaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre", concluye Puigdemont.

Puigdemont ya adelantó a sus consellers el pasado miércoles que no se movería sobre los dos aspectos nucleares: aclarar si declaró la independencia y renunciar a declararla próximamente. Con su misiva, el presidente catalán intenta volver a poner la pelota sobre el tejado del Gobierno y trasladar a Mariano Rajoy toda la responsabilidad de poner en marcha la suspensión de la autonomía.

El Govern confía en que si mantiene la oferta de diálogo sin renunciar a la independencia y el Gobierno central le aplica el 155, la comunidad internacional valorará cuál de los dos actores en conflicto quiere dialogar y "quién dinamita puentes". Tras la detención de los líderes independentistas el lunes, el discurso de la CUP y las entidades nacionalistas se ha vuelto a imponer a los temores expresados en privado por amplios sectores del PDCat y ERC, que abogaban por la convocatoria de elecciones solicitada tanto desde el Gobierno como desde los partidos de la oposición en Cataluña.

El Consell Nacional del PDCat, el partido del presidente, le pidió este miércoles a Puigdemont "levantar la suspensión" de la declaración de independencia si el Estado rechaza la oferta de diálogo y aplica el artículo 155 suspendiendo la autonomía de Catalunya. Así, ya son todos los partidos independentistas del arco parlamentario: el PDCat, ERC, la CUP y Demòcrates los que ya han pedido al presidente catalán que declare la independencia si ve que no hay ninguna posibilidad de dialogar con el Estado.

Ante estas peticiones, el presidente difícilmente podría negarse a ello, ya que son estos los partidos que sustentan al Govern en el Parlament y que le dan los votos para poder aprobar los planes del Ejecutivo.

No a las elecciones

Este martes El independiente adelantó que el Gobierno central está dispuesto a no aplicar el 155 si Puigdemont renuncia a la declaración unilateral de independencia y accede a convocar unas elecciones anticipadas. La única condición del Ejecutivo sería que esas elecciones se convocaran al amparo de la Loreg, -legislación que rige todas las convocatorias autonómicas, dado que el Parlament nunca ha aprobado una ley electoral catalana por falta de consenso- lo que se podría interpretar como una vuelta al marco legal y estatutario por parte de la legalidad.

Pero esa propuesta es rechazada por los independentistas, que apuntan a las elecciones constituyentes como los únicos comicios aceptables tras el referéndum del 1 de octubre. Se trata, en palabras del portavoz de ERC, Sergi Sabrià, de un "escenario perdedor" porque supondría a su juicio diluir los resultados del 1-O, en el que participaron más de dos millones de personas y ganó el 'sí' a la independencia por un 90%.

La oposición

El resto de partidos del Parlament rechazan los planes de Puigdemont con diferentes acentos: SíQueEsPot, por ejemplo, no apoya en ningún caso una declaración de independencia, pero le exige al Gobierno que se abra a dialogar y renuncie al 155. El partido de Ada Colau ha evitado hasta ahora apoyar al bloque constitucionalista, pero difícilmente podrá mantener esta postura si se proclama la independencia y e Gobierno pone en marcha la suspensión de la autonomía.

El PP y Cs sí avalarían la aplicación de la suspensión de la autonomía, mientras que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha animado a Puigdemont a decir que no declaró la independencia y evitar el 155, asegurándole que en ninguna caso esto sería "una derrota" para él. El líder socialista catalán no ha pedido la aplicación del 155 como sus homólogos de C's y PP, pero ha dejado claro que si finalmente se aplica será responsabilidad del Generalitat, por su negativa a reconocer que no hubo declaración efectiva de la independencia.

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