"No estoy dispuesto a ser el presidente que lleve muertos y sangre a las calles, dijimos que no pasaríamos esta línea, dijimos que con perseverancia lo haríamos". Fue el entonces president de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien avisó a los diputados del JxS el pasado 26 de octubre de que el Estado preparaba una dura respuesta al desafío independentista "con muertes" y violencia en la calle si finalmente se proclamaba la DUI, según Nació Digital, que cita fuentes de la coalición.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, aseguró la pasada semana que el Gobierno les hizo llegar por "múltiples vías" que la respuesta a la declaración de independencia sería muy dura, "más que el pasado 1 de octubre y que esta vez no sería con pelotas de goma". En sus declaraciones no dio ningún nombre concreto del Gobierno. De hecho, miembros que acudieron a la reunión donde supuestamente tuvieron lugar esas amenazas se han desmarcado de las palabras de Rovira.

Según Nació Digital, fue Puigdemont quien hizo estas advertencias a los diputados de JxS horas antes de la rueda de prensa en la que se disponía a anunciar la convocatoria de elecciones. Sin embargo, esta opción fue descartada a última hora al no tener garantías suficientes por parte del gobierno español, según argumentó el ex president. Según el diario catalán, la actuación del gobierno provocaría escenarios de violencia de los que culparía después a la CUP.

Puigdemont no estaba dispuesto a cargar con esa responsabilidad y se mostraba decidido a convocar elecciones aunque le acusaran de "cobarde", añade el diario. Sólo un día antes, los diputados de JxS se habían reunido para decidir su posición sobre los efectos de los resultados del referéndum del 1 de octubre. La coalición acordó continuar con la declaración unilateral de independencia, mientras no se produjeran escenarios de violencia en la calle.