El lehendakari Iñigo Ukullu ha asegurado hoy que el actual estad del modelo autonómico en España demuestra que el “café para todos ha quebrado”. Ha abogado por la necesidad de abordar un nuevo proceso de recomposición autonómica del Estado en el que se respeten “las singularidades” y que se base en una estructura de “bilateralidad efectiva” que impida que en el cumplimiento de un acuerdo una parte se imponga a la otra. En este sentido, ha defendido el sistema del Concierto Económico vasco que se acuerda en una comisión mixta integrada por representantes del Ejecutivo central y del vasco y en el que ni el Estado ni el País Vasco pueden tomar decisiones sin el beneplácito de la otra parte. El lehendakari ha apostado por trasladar ese concepto del concierto económico en calve de “concierto político”.

Para Urkullu, de este modo se podría abordar la reforma del modelo autonómico y territorial con un sistema “de garantías”: “El estado debe adentrarse necesariamente en la quiebra de lo que es el modelo de Estado del ‘café para todos’ para diseñar un modelo de Estado moderno y de futuro”. En su opinión, el esquema que se debería defender no sólo se tendría que sustentar en una “bilateralidad efectiva” sino también en un modelo de “cosoberanías”, no sólo en España sino incluso en el ámbito de la Unión Europea.

Ha alertado del riesgo que desde algunos llamamientos a la reforma de la Constitución en realidad se pretende avanzar hacia una mayor “recentralización” y que sean incluso algunas comunidades autónomas las que los alienten por ser para ellas “insufrible e ingobernable” el mantenimiento de determinadas competencias “y planteen devolverlas al Estado”. “Como consecuencia de Cataluña estamos viviendo en el fragor de la recentralización”.

Judicialización de la política

Urkullu se ha preguntado, durante un acto organizado por el Grupo Noticias en Bilbao, por qué en España se puede hablar “sin tapujos” de la pluriculturalidad o incluso de la plurireligiosidad” pero en cambio no de la “plurinacionalidad del Estado”.

Preguntado por la decisión del Tribunal Supremo de mantener en prisión a Oriol Junqueras, el conseller Forn y los ‘Jordis’, el lehendakari ha lamentado la situación generada y ha denunciado lo que considera que es una campaña electoral caracterizada por la “judicialización de la política”. Ha subrayado que sin durante los plenos del 6 y 7 de septiembre “se hubieran gestionado de otro modo hoy no estaríamos así”. Tampoco si el pasado 26 de septiembre Puigdemont “hubiera convocado elecciones”, ha señalado: "Si entendemos que la política tiene que ser una vía para ofrecer solución a los problemas de la ciudadanía lo peor que podemos hacer es la permanente judicialización de la vida política, incluso transgrediendo la voluntad de diálogo que se pueda plantear por parte de quienes piensen de manera diferente", ha zanjado.

Asimismo, ha considerado que tampoco se hubiera llegado a la actual situación si desde el "pecado original que tiene el PP" tras recoger firmas contra el Estatut, todo ello no se hubiera derivado al Tribunal Constitucional.

Por último, se ha referido a la posibilidad de colaborar con el nacionalismo catalán de cara a una reforma del modelo d Estado y ha asegurado que hasta el momento las posibilidades de trabajar de modo conjunto “no ha sido posible” pero que confía en que tras las elecciones del 21-D Quizá entonces podamos hacerlo”.