Carles Puigdemont lleva más de dos meses fugado en Bruselas sin que, de momento, se haya podido dilucidar quién sufraga los costes de su estancia y la de los cuatro ex consellers que huyeron con él, dado que la aplicación del articulo 155 para cesar al Govern los dejó sin sueldo. Pero este no es el caso del grupo de altos cargos de la Generalitat que forman parte de su equipo de confianza y que en los dos últimos meses no sólo han tomado las riendas de JxCat sino que siguen formando parte del Gobierno catalán.

Se trata de Elsa Artadi, Damià Calvet, Jaume Clotet y Victor Cullell. Todos ellos con puestos técnicos (de confianza) generosamente remunerados como altos cargos de la Generalitat, que han invertido los dos últimos meses en la campaña electoral de Puigdemont y que ahora siguen moviendo los hilos de su candidatura. "Salvados" del 155 por sus cargos técnicos -mientras perdían cargo y remuneración otras personas igualmente próximas al ex president como Josep Rius o Jordi Moreso- optaron por pedir vacaciones el pasado diciembre para dedicar todos sus esfuerzos a la campaña, pero siguen a sueldo de la Generalitat.

Elsa Artadi, directora general de Coordinación Interdepartamental, con un sueldo bruto de 81.919 euros es la más conocida desde su designación como portavoz de JxCat durante la campaña -papel que ahora ha asumido otro de los candidatos, Eduard Pujol-. Tras las elecciones ha reducido su exposición pública pero sigue siendo una de las voces más escuchadas por el ex president.

Elsa Artadi con un sueldo bruto de 81.919 euros es la más conocida desde su designación como portavoz de JxCat

Salarialmente, sin embargo, Artadi es superada de calle por Damià Calvet. Como director del Incasòl cobra uno de los sueldos más altos de la administración catalana, 115.000 € brutos anuales que lo sitúan por encima de la remuneración de un conseller. Un cargo que ha compatibilizado además con el de teniente de alcalde de Urbanismo de Sant Cugat, lo que le convirtió en blanco de las críticas de la CUP en esta ciudad, de momento, sin demasiado éxito.

Otro de los habituales del nuevo sanedrín de Puigdemont es Víctor Cullell, secretario de Desarrollo del Govern y sustituto desde el pasado julio de Joan Vidal de Ciurana, quien abandonó el Govern en la crisis que también expulsó a Neus Munté, Jordi Jané, Josep Baiget y Meritxell Ruiz por sus reticencias al referéndum del 1-O. Con un sueldo bruto de 84.919 euros anuales, Cullell es reconocido entre sus compañeros como uno de los hombres que mejor conocen la administración de la Generalitat y sus entresijos.

En un equipo formado por Carles Puigdemont no podía faltar otro periodista, papel que juega Jaume Clotet, director general de Comunicación del Govern con un sueldo similar al de Artadi y responsable de la estrategia mediática de JxCat durante la campaña electoral, en la que los candidatos de la lista del president se prodigaron generosamente en los medios catalanes de corte nacionalista y en todos los medios extranjeros que así lo requirieron, pero sortearon cuidadosamente los medios de comunicación de ámbito español.

Son los jóvenes cachorros del independentismo ex convergente, que creen llegado el momento de dar el paso a la primera línea política. Un grupo que se está sumando a las presiones a Puigdemont para que acepte una presidencia honorífica que permita a otro miembro de JxCat asumir la presidencia efectiva de la Generalitat y les garantice la continuidad en sus respectivos cargos.