A sus 41 años, el senador Iván Duque se ve como el representante de una nueva generación de políticos bien preparados y dispuestos a una renovación profunda, cuyo enemigo más acérrimo es el populismo en sus diversas formas y pelajes. Duque, delfín del ex presidente Álvaro Uribe y aspirante por el Centro Democrático a la Presidencia de Colombia, reconoce el riesgo de que Colombia sea otra Venezuela si avanza y vence el populismo.

En declaraciones a El Independiente, durante su estancia en Madrid, Duque señala que “ese riesgo (de venezuelización de Colombia) siempre está ahí, aunque no se trate de una réplica exacta”.

“Hay que evitar el ascenso del populismo como en Venezuela. Es pan para hoy y hambre para mañana. Trata de exacerbar odios de clase, de cabalgar sobre la protesta social. El modelo que proponemos a Colombia se basa en la legalidad, que es el matrimonio de seguridad y justicia, y en el emprendimiento que nos conducirá a una sociedad con equidad. Si hacemos esto, con una óptica de economía de mercado, contendremos el populismo”, explica Duque.

Duque cree que hay dos tipos de riesgo frente al debilitamiento institucional: uno acelerado y otro lento. "Defendemos un país donde la legalidad permita combatir cualquier forma de criminalidad sin impunidad, queremos un modelo donde la economía crezca sobre la base de bajar la tributación y crear empleo formal, la base social de equidad no puede basarse en exacerbar odios, sino en políticas públicas de educación y cultura", aclara.

Reconoce que lo que pasa en Venezuela repercute en Colombia: “Es un país hermano con quien tenemos muchos lazos. El gobierno de Chávez y el de Maduro han sido cómplices del terrorismo en Colombia. Hoy son sus principales socios en el narcotráfico. Además, en Venezuela hay ahora una dictadura que comete toda suerte de delitos contra su población”.

Como presidente de Colombia, ofreceré asilo a todos los perseguidos políticos del régimen de Venezuela"

Si llega a la Presidencia tras las elecciones del 27 de mayo, Duque abrirá las puertas a la oposición a Maduro. “Colombia es un país respetuoso con el derecho de asilo históricamente. Como presidente de la República, ofreceré asilo a todos los perseguidos políticos del régimen de Venezuela”, remarca contundentemente en conversación con El Independiente.

En su intervención en Nueva Economía Forum, Duque aseguraba: “No voy a ser cómplice de una dictadura que está acabando con Venezuela”. También ha explicado cómo, si es presidente, se va a sumar a la denuncia que han presentado 76 senadores colombianos ante la Corte Penal Internacional, con el fin de acelerar los trámites. Hasta ahora no se ha sumado ningún jefe de Estado y sería necesario.

Está convencido de que el fin del régimen de Nicolás Maduro depende en gran parte de la comunidad internacional. “Tenemos que hacer un gran esfuerzo  para denunciar las atrocidades de esa dictadura. Espero que la Corte Penal Internacional también intervenga, no sólo frente al gobierno, y abra una investigación a Nicolás Maduro. Y espero que la presión internacional conduzca a que cese esa horrible noche de la dictadura en Venezuela”, explica.

No se trata de la destrucción integral del acuerdo con las FARC sino de hacer reformas en lo que amenaza la legalidad"

Sobre el acuerdo de paz con las FARC, que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha puesto en marcha pese al rechazo en referéndum de la población, nos aclara que “no se trata de la destrucción integral del acuerdo pero sí de hacerle las reformas estructurales en lo que amenaza la legalidad. Ni trizas ni risas con el acuerdo suelo decir”.

Según Duque, Colombia no está dividida sobre la paz. “El presidente de la República pretendió dividir a la población entre amigos y enemigos de la paz. En Colombia no hay enemigos de la paz. Los únicos enemigos son los que con la violencia han amenazado al pueblo colombiano. Para que la paz pueda prosperar tiene que ser sobre la base de una justicia efectiva y sin margen para la impunidad a quienes han cometido los peores crímenes de nuestra historia”, afirma el senador de Centro Democrático.

Sobre el riesgo de que aumente el número de insurrectos, Duque tiene claro que “los 2.000 disidentes del FARC surgieron después del proceso. Es fruto de un acuerdo que se hizo mal en término de entrega de armas y de dinero para reparaciones. Además, se han dado incentivos para que el narcotráfico sea una forma de financiar la violencia”.

Ve a España como un modelo para Colombia, aunque no se quiere equiparar con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien elogia “por su sensatez y frescura”, aunque también reconoce su admiración por el ex presidente del gobierno José María Aznar. No quiere hacer juicios de valor sobre política española, ni dar detalles sobre el desafío en Cataluña, aunque defiende claramente “la unidad de España” como un valor fundamental para la Unión Europea y para el mundo.

Sobre Podemos, se limita a decir que los españoles “deben analizar las propuestas políticas que hay para saber cuáles se basan en el fortalecimiento de la economía de mercado, la defensa de las libertades, y la promoción del empresariado y cuáles suponen una amenaza a estos principios”.

Somos una generación que quiere transformar nuestra sociedad generando un bienestar sostenible, alejado del populismo"

Duque se identifica con una serie de líderes jóvenes que hay en el mundo, como el presidente francés, Emmanuel Macron. “Queremos transformar nuestras sociedades desde una óptica de mercado generando bienestar, un bienestar sostenible, no como el populismo”. Será su generación la que impedirá “que el populismo gane en Colombia”.

De Uribe, aunque afirma que hay diferencias de estilo, subraya que es “un orgullo para Colombia” y confía en seguir trabajando con él en el próximo gobierno. Confiado en que su programa ayudará a que su país despegue, afirma: “Voy a ser presidente de Colombia con ayuda de Dios y el apoyo de los colombianos. Trabajando con humildad y motivando a los colombianos a pensar en un país distinto”.