A lo largo de 2015 el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, trató de hacerse con el control de los servicios de inteligencia de Policía, Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas (CIFAS), argumentando la conveniencia para la seguridad nacional de que la coordinación de todos esos servicios quedase bajo su mando.

En las dos ocasiones en las que lo intentó su propuesta fue rechazada por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que atendió las quejas que le hicieron llegar tanto desde el Ministerio del Interior, como desde el Ministerio de Defensa. Sanz Roldán no sólo propuso en conversaciones con altos cargos de los citados ministerios la creación de ese gigante de la inteligencia, sino que en una de las ocasiones -en febrero de 2015- lo planteó de manera decidida y llegó a presentar un borrador de decreto que hizo llegar a Interior.

El director del CNI basaba su planteamiento en el desarrollo de una figura que ya aparece en la Ley Reguladora del Centro Nacional de Inteligencia (aprobada el 6 de mayo de 2002): la Autoridad Nacional de Inteligencia. Las funciones de esa figura quedaron por definir durante la etapa del anterior director general, Jorge Dezcallar (que ocupó el cargo entre 2002 y 2004). El propio Dezcallar lo argumenta de esta forma en su libro Valió la pena: "Se trata de un asunto que se retrasó por la diferencia de puntos de vista al respecto con el Ministerio del Interior, que entendía que podía afectar negativamente a sus competencias".

La propuesta de Sanz Roldán consistía en que él, como director del CNI, asumiera el papel que le correspondería a la Autoridad Nacional de Inteligencia, y que englobaría todas las funciones del Centro, además de los servicios de inteligencia de Policía (Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado); Guardia Civil (Servicio de Información de la Guardia Civil), y Fuerzas Armadas (Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas).

El director del CNI quiso asumir el papel de Autoridad Nacional de Inteligencia para poner bajo su control a los servicios de Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas. Fernández Díaz tuvo que pedir apoyo a Rajoy para frenarle en seco

Sólo hay un precedente similar en la reciente historia de España: cuando el secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera (ocupó el cargo entre 1986 y 1994) propuso unificar los servicios de inteligencia para combatir el terrorismo de ETA. Lo que pretendía era poner a todos esos servicios bajo su mando en el Ministerio del Interior. El entonces presidente del gobierno, Felipe González, se opuso a la idea utilizando un argumento muy simple: eso significaba dar demasiado poder a una sola persona.

En el caso de Sanz Roldán no sólo jugó en su contra ese mismo argumento, sino que, además, su proyecto significaba a la postre dar superpoderes a su jefa directa, Soraya Sáenz de Santamaría. Desde 2011 el CNI ya no depende del Ministerio de Defensa, sino del Ministerio de Presidencia.

La Policía y la Guardia Civil, así como jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), se han opuesto tradicionalmente y de forma contundente a la unificación de los servicios de inteligencia bajo un mismo mando porque consideran que con ello se perdería operatividad. Están de acuerdo en que tiene que haber una mejor coordinación, pero no en la unificación bajo un mando único, cosa que no ocurre en ningún país de nuestro entorno."Una fórmula podría ser que hubiera mandos únicos según el tipo de delito o amenaza: terrorismo debería depender de Interior;  los riesgos procedentes del exterior, del CNI, del que ya dependen el Centro Criptológico Nacional, etc. ", afirma un alto mando de la seguridad del Estado.

Por supuesto, en el caso de Sanz Roldán entraron en consideración también cuestiones políticas, dada la división que existe en el gobierno entre partidarios y detractores de la vicepresidenta del gobierno.

Sanz Roldán fue renovado en su cargo en 2014 y se sentía fuerte. Había sido protagonista en primera persona de la operación de abdicación del Rey Juan Carlos en su hijo Felipe; suya fue la estrategia para que el Monarca rompiera su relación con Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

El director del CNI llegó a presionar hasta tal punto que una ocasión (en febrero de 2015) el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que se encontraba en viaje oficial fuera de España, tuvo que llamar al presidente del gobierno para frenar en seco el plan de Sanz Roldán.

A finales de 2015, el jefe de los servicios secretos volvió a la carga con su propuesta, pero Rajoy aparcó el asunto porque ya se habían convocado las elecciones generales para el 20 de diciembre y no le pareció conveniente abrir ese debate en plena campaña electoral.

Desde entonces, Sanz Roldán no ha vuelto a plantear el tema. El director del CNI, que fue Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) entre 2004 y 2008, fue nombrado secretario de Estado y responsable de los servicios de inteligencia en 2009 durante el mandato de Rodríguez Zapatero. El gobierno de Rajoy le reconoció sus servicios y le renovó en el cargo en 2014. Su mandato concluye en 2019.