El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha rechazado este domingo que la unidad del Estado sea sagrada, ya que considera que debería poder modificarse según la voluntad de los ciudadanos, y ha criticado que sea un "tabú" discutirla.

Lo ha dicho en un debate sobre la autodeterminación organizado por el Festival de Cine y Fórum Internacional de los Derechos Humanos (FIFDH) celebrado en Ginebra junto a la ex presidenta de la Confederación Suiza Micheline Calmy-Rey, el periodista Xavier Vidal Folch y el profesor del Instituto de Estudios Globales de la Universidad de Ginebra, Nicolas Levrat.

"No hay una unidad sagrada. No hay una idea religiosa de la unidad de la patria, como nos dicen a los independentistas catalanes. La unidad es una cosa sobre la cual no se puede hablar, es como un tabú y te puede llevar a la prisión si discutes esta idea. Y esto es peligroso", ha alertado.

Asimismo, ha defendido que la unidad de una posible República catalana independiente también debería ser "mutable y revisable", y que no es una idea sagrada. El diputado de JxCat ha asegurado que le gustaría que este debate se pudiera celebrar en Madrid o Barcelona "bajo condiciones plenamente democráticas", pero que, según él, no puede hablar libremente en el Estado porque sería detenido.

Se considera presidente

Ha asegurado que el proceso independentista no es una cuestión de banderas y ha explicado que no retiró la bandera española tras la declaración de independencia del 27 de octubre para "no ofender" un símbolo que cree que es importante para muchos catalanes. "No lo hice para no ofender lo que es un símbolo identitario, aunque sea en una Cataluña independiente", ha destacado.

Puigdemont ha afirmado que se sigue considerando presidente de la Generalitat porque el Parlament nunca le ha llegado a destituir, sino que fue destituido por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y que lo dejará de ser cuando la Cámara invista a un nuevo presidente.

También ha reclamado al Estado que respete los resultados de las elecciones del 21 de diciembre, libere a los presos soberanistas y permita la vuelta de los políticos en el extranjero: "Esto sería una muestra de normalidad".

Asimismo, ha recriminado que las decisiones judiciales condicionen la investidura de diputados electos por la ciudadanía, ha reiterado que Jordi Sànchez tiene derecho a ser candidato a la Presidencia y ha acusado al Gobierno de no ofrecer vías de diálogo ni proponer un proyecto para Cataluña.

No ve suficiente el estatut

Después de que Vidal-Folch reivindicara la transición de la dictadura a la democracia, Puigdemont ha criticado que "Franco está enterrado pero su recuerdo aún se celebra con un monumento nacional dedicado a él", en referencia al Valle de los Caídos.

También ha lamentado que el Estatut da "un poco de autonomía" a Cataluña pero no lo ve suficiente y lo ha ejemplificado con las leyes sociales que aprobó el Parlament en la última legislatura y que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional.

Presencia de Anna Gabriel

El debate se ha celebrado después de la emisión del documental de producción francesa Cataluña: España al borde de una crisis de nervios, que pretende entender los orígenes del movimiento independentista y lo que está en juego en España, con entrevistas con partidarios y detractores de la independencia de Cataluña, entre el referéndum independentista del 1 de octubre y las elecciones autonómicas del 21 de diciembre.

Al acto ha asistido la ex diputada de la CUP en el Parlament Anna Gabriel, que reside en Ginebra tras rechazar ir a declarar ante el Tribunal Supremo y con la que Puigdemont se reunirá el lunes en la ciudad suiza.