"Ni un paso atrás". Este ha sido uno de los lemas más coreados en la asamblea que los taxistas de Barcelona han celebrado hoy en el Paseo de Gracia al tiempo que sus representantes se reunían en el Ministerio de Fomento con el secretario de Estado de Transportes. Unos 2.700 taxis colapsan en estos momentos el centro de Barcelona para reivindicar una regulación más restrictiva de las licencias de VTC que ponga coto a compañías como Uber y Cabify. Y están dispuestos a mantener la movilización hasta el viernes, cuando se reúne el Consejo de Ministros, del que esperan una respuesta a sus reclamaciones.

"Ya no nos asustan" corean con concentrados, mientras sus portavoces se felicitan porque "ya no somos los radicales de Barcelona, somos las familias del taxi de toda España". Los taxistas de Barcelona se sienten ganadores de la primera batalla con la proliferación de las protestas. Su reivindicación se ha extendido por todo el país, "hay movilizaciones por toda España", celebran, y no van a dejar pasar la oportunidad generada por esta movilización.

Ya no somos los radicales de Barcelona, somos las familias del taxi de toda España"

La movilización seguirá hasta que haga falta, asegura Luz González, de Elite Taxi, pendiente de las reunión celebrada hoy en Fomento y del encuentro del miércoles, cuando se reúne la Comisión de Transporte. Aunque el sentimiento generalizado es que las noticias importantes de verdad no llegarán hasta el viernes. Y hasta ese día se declaran dispuestos a mantener la movilización en Barcelona.

En defensa del sector

En el manifiesto leído durante la asamblea, los taxistas rechazan las acusaciones de ser un sector monopolístico y especulativo. "El taxista es un trabajador que invierte en un puesto de trabajo, una licencia que no es una propiedad sino una concesión municipal". Y advierten que si desaparece el sector del taxi, los beneficios del transporte "se fugarán a paraísos fiscales".

Denuncian además que Uber y Cabify utilizan "tarifas dinámicas" que han ofrecido "ejemplos por todo el mundo donde se han aprovechado de las peores desgracias, como atentados o desastres naturales". El ejemplo más repetido, el de los atentados de París. "Mientras nuestros compañeros taxistas evacuaban gratiuitamente a miles de personas, Uber cobró precios abusivos a las personas que requerían sus servicios".

Por contra, los taxistas se reivindican como un colectivo solidario, que se ha movilizado en campañas de lucha contra el cáncer infantil y prestó su ayuda a los afectados por el atentado de Barcelona del pasado agosto.