Las referencias, de uno u otro modo, a presos de ETA en los programas de fiestas estivales es una constante en multitud de municipios vascos y navarros. Que muchos de esos programas se editen con la financiación o subvención parcial del ayuntamiento de turno no es una excepción. Pero que un consistorio reclame la devolución de los fondos por ello sí lo es. Es lo que ha sucedido en Vitoria esta mañana cuando la Junta de Gobierno ha acordado sancionar a la asociación de vecinos del barrio de Judimendi por incluir en el programa de sus fiestas de San Juan el perfil de tres presos de la banda terrorista, vecinos del barrio, en los que se ensalzaba su trayectoria de lucha sin en ningún caso hacer referencia a su pertenencia a ETA.

Ahora, el Ayuntamiento de la capital alavesa, gobernado por PNV y PSE, ha multado a la citada asociación con la devolución de una parte de la subvención concedida para llevar adelante su actividad. En concreto se les sanciona a reintegrar la partida dedicada a sufragar la revista -1.243 euros-  en la que se publicaba el artículo referido a Diago Ugarte, -condenado por el asesinato del exconsejero de Educación vasco, Fernando Buesa, y su escolta Jorge Díez el 22 de febrero de 2000-, Roberto Lebrero y Xabi Agirre, a los que se había previsto un acto de homenaje en el programa de fiestas previsto.  Se considera que tal contenido era ofensivo para las víctimas del terrorismo y que incumplía el objetivo al que estaba destinada la ayuda municipal.

La asociación deberá devolver la subvención municipal por no destinarla al fin para la que había sido concedida

Tras la polémica suscitada, la asociación retiró este contenido y pidió disculpas a través de un comunicado. Ahora el consistorio, además de destacar esta reacción, concluye que el resto de actividades que llevó a cabo fueron adecuadas, por lo que no se le hace reclamación del resto de las ayudas otorgadas.

El revuelo y rechazo suscitado tanto entre las asociaciones de víctimas, como en partidos, la Ertzaintza y la delegación de Gobierno y sobre todo el anuncio del Ayuntamiento de Vitoria de llevar el caso a la Fiscalía hicieron que finalmente el pasacalles anunciado para recordar a los tres presos se suspendiera.

Sin referencias a ETA

Días antes el barrio de Judimendi había amanecido con numerosos carteles e imágenes de los tres presos de ETA. Así, en el caso de Diego Ugarte, quien además de por el atentado contra Buesa y Díez también cumple condena por la colocación de un coche bomba dirigido contra el diputado general de Alava, el popular, Ramón Rabanera, en los perfiles que se hicieron públicos se recordaba que siempre ha mostrado un firme “compromiso por la lucha”. Se apuntaba que se tituló en filología inglesa, formación con la que llegó a dar clases de inglés en la misma ikastola en la que cursaban sus estudios el entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe. En el breve perfil presentado por la Asociación de vecinos se señalaba a continuación, sin explicar por qué, “tuvo que escapar y alejarse de nosotros”. De igual modo, sin mayor detalle, se apunta que tres años después, y tras la comisión del atentado, fue detenido en Bélgica en el año 2003 y desde entonces permanece en prisión. Actualmente cumple condena en la cárcel de Granada “a 761 kilómetros de casa”.

Respecto a los otros dos terroristas, de los que al igual que de Ugarte se instaba a los vecinos a “contar su historia” a los vecinos, “no queremos una fotografía de ellos sino que estén en Judimendi”, se apuntaba, también se obviaba su pertenencia a ETA y las causas de sus condenas. De Xabier Agirre se subrayaba su “compromiso” con “multitud de luchas”. Se añadía que en 2006 fue detenido -por actos de kale borroka- y tras cumplir seis meses de condena “se vio obligado a huir”. Volvió a ser arrestado en Bélgica en 2011. Actualmente está preso en la cárcel de Ocaña “a 460 kilómetros de casa”.

Por último, sobre Roberto Lebrero se obviaba recordar que fue condenado por la colocación de una bomba en la discoteca ‘Universal’ de Lakuntza (Navarra), que quedó destruida y para lo cual maniataron al guarda, el 28 de septiembre de 2001. Se detallaba que tras cursar Magisterio se vio “forzado” a dejar sus estudios y “con sólo 22 años se vio obligado a huir”. Fue detenido en 2001.