El presidente de la Generalitat, Quim Torra, presentará hoy con todos los honores el Consejo Asesor para el impulso del Fórum Cívico y Social para el Debate Constituyente. En otras palabras, la asamblea extraparlamentaria que JxCat y ERC se comprometieron a crear a cambio del apoyo de la CUP a la investidura de Torra. Ahora, una vez perdida la mayoría parlamentaria, con la CUP en rebeldía y la Asamblea (ANC) exigiendo al Govern que publique en el Diario Oficial la proclamación de la república, Torra y Carles Puigdemont necesitan desmentir la imagen de "gobierno autonomista" y han optado para ello por desempolvar los dos artefactos ideados en su momento para mantener vivo el proceso independentista: el Consejo de la República, que ayer sentó sus bases en Bruselas, y la Asamblea Constituyente, que hoy se oficializará en el Palau de la Generalitat.

Para dar lustre a la iniciativa, con la que se debe poner en marcha el Fórum que fijará las bases de la futura república, Torra ha recurrido a un auténtico pata negra del independentismo: Lluís Llach. El cantautor, que en la pasada legislatura fue diputado por JxSi y presidió una comisión parlamentaria sobre el proceso constituyente, es considerado como una voz "transversal" del independentismo, al que la CUP le será más difícil rechazar.

Llach ha participado ya en diversas reuniones preparatorias del consejo asesor, tanto en el Palau de la Generalitat como en la cárcel de Lledoners -donde Oriol Junqueras da el visto bueno a cualquier paso importante del Govern-. El propio Torra anunció que el Consejo Asesor se pondría en marcha a partir del 15 de octubre en la comparecencia de principios de septiembre en la que presentó su Plan de Gobierno y destacó la creación de este ente como una muestra del compromiso del Govern con la proclamación de la independencia.

Lluís Llach ha participado en diversas reuniones preparatorias en el Palau y en Lledoners para poner las bases del consejo asesor del Fórum

Un compromiso que el Govern y los partidos que le dan apoyo necesitan demostrar ante su electorado, tras los últimos reveses sufridos en un mes de octubre que debía propulsar de nuevo a JxCat y ERC con el recuerdo del referéndum y la proclamación de la independencia el último año. Las acusaciones lanzadas por la ANC y los CDR, que en las últimas semanas reiteran el lema "desobedeced o dimitid" contra los miembros del Govern, contrastan con un discurso gubernamental centrado en reclamar beneficios para los presos independentistas a cambio de su apoyo a los presupuestos del Gobierno Sánchez. El objetivo no son los presos, es la independencia, advertía Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, en el primer aniversario de los Jordis en prisión.

En este contexto, el Consejo Político de la CUP de este fin de semana ha añadido presión a JxCat y ERC. La dirección antisistema acordó desmarcarse definitivamente de los dos grandes partidos independentistas en el Parlament. La diputada de la CUP en el Parlament, Natàlia Sánchez reconoció ayer, además, que se plantean no participar en alguno de los puntos del pleno de la Cámara que se celebrará entre el miércoles y el jueves, para evidenciar la soledad de los partidos que dan apoyo al Govern.

La CUP abandona el Parlament

En declaraciones al diario Ara, Sánchez explicó que participarán en la sesión de control al Govern y también presentan una moción sobre el impacto del turismo, pero "quizás" dejan los escaños vacíos en algún punto del orden del día. Será la primera consecuencia del consejo celebrado el sábado, que implicará además que "probablemente habrá días de comisiones y debates parlamentarios concretos en los que la CUP no estará".

La posición de la CUP preocupa también al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, quien respondió a Sánchez defendiendo la necesidad de "mantener las mayorías políticas y parlamentarias del independentismo". Torrent instó a la CUP a "centrar sus esfuerzos" en buscar estrategias conjuntas. Torrent y Torra son conscientes de que se agotan los plazos para presentar un proyecto de presupuestos autonómicos si el Govern aspira a mantenerse hasta la sentencia del Tribunal Supremo sobre los líderes del 1-O, y en este contexto necesitan tejer alianzas.

Tanto JxCat como ERC son conscientes de que, tras renunciar a los votos de Puigdemont, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull los cuatro votos de la CUP no son necesarios para alcanzar la mayoría y necesitarán implicar a los Comunes de Ada Colau en cualquier acuerdo. Pero la alianza con CatEC es más cómoda para Esquerra que para los pugidemontistas y tampoco tienen garantías de que la formación apruebe los presupuestos, puesto que los diputados que proceden de la antigua ICV no ocultan sus reticencias a convertirse en muleta parlamentaria de Quim Torra.