Los cambios han sido puntuales y muy medidos. En los siete meses que suma el Gobierno de Pedro Sánchez el viraje en la política penitenciaria hacia los presos de ETA ha sido más simbólico que real. Por el momento apenas una docena de presos de ETA han sido acercados a prisiones próximas al Euskadi, la inmensa mayoría del colectivo de reclusos de la banda no ha percibido cambio alguno desde que Fernando Grande Marlaska es ministro del Interior. En las prisiones españolas aún cumplen condena 232 etarras y la inmensa mayoría lo hace en el régimen más severo, el primer grado y sin visos de que por el momento la situación pueda cambiar.

El Ministerio del Interior continúa aduciendo razones de “peligrosidad y/o inadaptación penitenciaria” recogidas en el reglamento carcelario para aplicar a la inmensa mayoría de los reclusos de ETA el primer grado, el más severo, y que se considera un régimen excepcional. Actualmente sólo tres de los reclusos gozan de este tercer grado que representa la “semilibertad”. El 85% de ellos cumplen condena en primer grado (196 reclusos) a los que se suman 27 que disfrutan de un régimen en segundo grado en el que disfrutan de menos restricciones.

Las peticiones de los reclusos para pasar de primer a segundo grado penitenciario han sido rechazadas sistemáticamente

El colectivo de presos de la banda ha asumido desde hace ms de un año su disposición a asumir la legislación penitenciaria. Ello se ha traducido no sólo en un mejor comportamiento y actitud en las prisiones en algunos casos, donde han comenzado a solicitar tareas que les permitan reducir pena, sino en peticione colectivas solicitando un cambio de grado. El pasado verano alrededor de 80 solicitudes para pasar de primer a segundo grado fueron rechazadas por las juntas de tratamiento de las cárceles. Las razones que aún se esgrimen para mantener este régimen carcelario severo al conjunto de presos de ETA responde a que no se percibe un desmarque real de los que ha supuesto la banda y su historia y tampoco se constata un arrepentimiento de los delitos cometidos.

Dispersos en 43 cárceles

Precisamente el próximo sábado día 12 el colectivo de apoyo a los presos de ETA, Sare, ha convocado una manifestación en Bilbao para reivindicar un cambio en la política carcelaria de dispersión y de régimen penitenciario que se está aplicando a los etarras encarcelados. Los diversos movimientos de apoyo a los presos de ETA existentes en Euskadi y Navarra han intensificado en los últimos meses las campañas de apoyo al colectivo de reclusos. En algunos casos lo han hecho con iniciativas polémicas que han suscitado un amplio rechazo entre las víctimas, como es el caso de Pamplona. El pasado día 28 y 28 Sare instaló una reproducción de una celda en el centro de la capital navarra para escenificar la vida de los etarras en prisión. Una instalación que provocó la indignación de las asociaciones de víctimas navarras que se manifestaron frente a ella y en la que se vivieron momentos de tensión.

Respecto a la dispersión de los reclusos por el momento el cambio de la política penitenciaria iniciado el pasado verano por Interior que supuso el acercamiento de los primeros presos de ETA a centros penitenciarios próximos al País Vasco, apenas lo ha percibido el resto de etarras. El total de presos de ETa se encuentra disperso por 43 cárceles españolas. Los grupos de reclusos más numerosos continúan cumpliendo condena en algunas de las cárceles más alejadas de Euskadi. Así, Valencia, en el centro penitenciario Antoni Asunción, es la que en la actualidad tiene ingresados más etarras, un total de 16. Tras ella se encuentra la cárcel de Albolote, en Granda y la de Murcia II, con 13 y 12 presos cada una de ellas.

De los 232 etarras en la cárcel sólo una docena cumple su condena en prisiones del País Vasco

Actualmente apenas una docena de presos de ETA se encuentran ingresados en alguna cárcel del País Vasco. El centro penitenciario de Basauri (Vizcaya) tiene cinco presos de la banda, otro cinco en la cárcel de Zaballa (Alava) y dos más en San Sebastián.

29 mujeres

El perfil de los reclusos es el de un varón de 47 años de media y que ha nacido bien en Guipúzcoa o en Vizcaya. El preso de ETA que más años acumula en prisión suma 23 años privado de libertad. Del total de 232 reclusos sólo 29 son mujeres.

Los cambios aplicados en la política penitenciaria dirigida a los presos de ETA serán progresivos y personalizados, según recuerda Interior. Por el momento todos los presos que se han beneficiado de traslados a cárceles próximas a Euskadi responden a reclusos que o bien han cumplido gran parte de su condena o se encuentran gravemente enfermos o se han desmarcado de modo indubitado de ETA.

En esta materia el Gobierno de Pedro Sánchez también trabaja en la actualidad para ceder la gestión de las prisiones al País Vasco. El Ejecutivo ha reconocido que entre la lista de competencias que negocia con el Gobierno Urkullu para incluir en un calendario de cesiones figura la gestión de las instituciones penitenciarias ubicadas en el País Vasco.