Iñigo Errejón ya camina sin ataduras hacia las elecciones de Madrid de este domingo. El ex número dos de Podemos dejó en enero el partido que contribuyó a fundar hace cinco años para lanzarse a la política autonómica con Más Madrid de la mano de la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena. En cuatro meses han desplegado una campaña con escasos recursos económicos y sin visibilidad por decisión de la Junta Electoral, pero el candidato a la Comunidad parece aliviado. Su derrota en Vistalegre 2 hace dos años llevó a un acuerdo para que fuera el cabeza de lista de Podemos en la región, pero las tensiones con el aparato y el intento de Pablo Iglesias por atar su proyecto en corto le llevaron a soltar amarras con el partido que vio nacer.

Sin las cortapisas antes impuestas, Errejón se rebela contra la política tradicional y se propone un objetivo: "Deshacer la política de bloques". El ex diputado nacional no tiene complejo en admitir su intención de pactar con todos, también con las fuerzas de la derecha. "Hay que ser mucho más valiente hoy para tender puentes que para volarlos". "Yo he sido criticado por ello, pero creo que siempre me sentaría a hablar con todo el mundo". El líder de Más Madrid, que fracasó en su intento de llevar la transversalidad a Podemos, no duda ahora en aplicarla. Con la firme intención de seducir al votante de Ciudadanos desencantado, acaricia la posibilidad de llegar a la Puerta del Sol para poner su teoría por primera vez en práctica: "Si eres capaz de gobernar sin sectarismos, eres un buen gobernante".

Pregunta.- Ha diseñado muchas campañas, ¿en qué se diferencia esta de las anteriores?

Respuesta.- Me había encargado de la sala de máquinas, no había sido candidato todavía, pero me está gustando, tiene más de contacto directo y de asunción de responsabilidades. De diferente diría que tiene dos cosas: una es que mucha gente en las generales votó a la contra, para que no ganaran las otras. El resultado fue la victoria del bloque progresista no por un voto a favor de partidos sino por un voto por miedo o rechazo a un bloque de derechas que se había radicalizado mucho por la irrupción de Vox, y que había llevado a formaciones que se definían como liberales a ser compañeros de viaje de formaciones de la extrema derecha. Esto llevó a mucha gente a un Gobierno a la contra.

Nosotros nos hemos esforzado por hacer una campaña en positivo y centrarla en Madrid. Esta campaña al principio fue tachada de naíf, de ingenua, y yo creo que hay más españoles con ganas de encontrar las cosas que unen, más que de la política de trincheras. Y eso está despertando un tipo de ganas y de ilusión, también porque es nuestra primera campaña de Manuela y yo juntos, para un Gobierno justo y decente después de 25 años del PP en Madrid, que cuando llegaron no existía ni Google. Espero que en 5 días podamos entrar en el siglo XXI.

P.- ¿Más Madrid ha recuperado el espíritu del primer Podemos?

R.- El espíritu de las grandes cosas, y todas las grandes cosas, como en esa primavera del 2014 (elecciones europeas) o en la primavera de 2015 entrando en los ayuntamientos, se hace con capacidad de innovar y de atraer a personas que vienen de sectores muy diferentes; con capacidad de mestizar, de incluir y hacer una propuesta para todos, que no sea agresiva contra nadie sino que tenga la capacidad de incluir a gente muy diferente.

Pretendemos deshacer la dinámica de bloques; me fijo mucho en Carmena, que ha gobernado sin sectarismos"

Una de las cosas que más me preocupa hoy en la política es que de repente se ha convertido en una política estática de bloques en la que nadie escucha al de al lado. Nosotros hemos sido capaces de poner en la mesa cosas, ideas pero también un afecto por las ganas, que persuaden a gente que a lo mejor ha votado en sentido contrario, en el 'bloque' contrario. Pretendemos deshacer la dinámica de bloques, siempre he dicho que me fijo mucho en el ejemplo de Manuela Carmena, que ha gobernado para todos, sin sectarismos. Incluso el que votó para Esperanza Aguirre, el voto más distante, tiene que reconocer que Carmena ha puesto orden en la ciudad y ha tenido voluntad de gobernar para todos.

P.- Habla de gobernar para todos, si llega al Gobierno ¿llegaría a pactos concretos con PP, Cs y Vox?

R.- Para la formación de Gobierno temo que no va a ser posible...

P.- Más allá de la formación de Gobierno, donde ya ha dicho que pactará con PSOE y Podemos, ¿llegaría a pactos puntuales con el resto de fuerzas?

R.- Cuando aterrizas, hay cosas que hay que hacer con todo el que esté dispuesto. Yo he sido criticado por ello, pero creo que siempre me sentaría a hablar con todo el mundo. Hay gente con la que me separan inmensísimas diferencias, pero no entiendo la soberbia de quien se cree que uno tiene todas las piezas del puzle. Los electores te pueden dar las piezas mayoritarias pero no las tienes todas, y el resto de piezas se reconstruyen con el resto de actores. Hay actores con los que no me puedo poner..., por ejemplo, en materia de lucha de violencia contra las mujeres, con Vox no tengo nada que hablar, no tendría inconveniente en sentarme, pero tenemos posiciones opuestas.

A priori, no cierro las puertas a nadie, pero tengo convicciones claras de hacia dónde hay que ir"

No comparto la actitud de Ciudadanos de pactar con aquellos que quieren llevar a la Casa de Campo el Orgullo Gay, porque eso es lo contrario de una región moderna y europea, pero yo me puedo sentar con todo el mundo. A priori no tengo las puertas cerradas a nadie, lo que yo tengo son convicciones claras de hacia dónde hay que ir, y claramente hay que revertir los 25 años de desastre de corrupción y deuda del PP y Madrid. Por desgracia, Cs y Vox han decidido acompañar la herencia de este Partido Popular en descomposición. El hecho de que hayan elegido a Díaz Ayuso como candidata es la prueba de que es un partido que está esperando a que alguien apague la luz y cierre la puerta.

P.- ¿Más Madrid rascará voto del caladero de Cs tras su pacto andaluz?

R.- Hay mucha gente que ha votado con una voluntad liberal o modernizadora y que comparte con nosotros al menos dos cosas: tenemos en común que nos gusta más la España de hoy que la de hace 50 años. Yo no quiero retroceder y hay gente que ha podido votar con voluntad regeneradora que comparte eso conmigo. En segundo lugar, no es ningún secreto que en la Comunidad de Madrid los contratos de la Administración pública, las ayudas, no han sido siempre para el mejor sino que han ido para los amigos del Gobierno, y eso tiene que terminar. Para recuperar la meritocracia hay que acabar con una estructura que el PP ha construido en un cuarto de siglo en la región, que no ha dirigido los recursos donde más hacía falta, sino donde tenía más favores que devolver. Eso ha sido un lastre para la economía de la región y estoy seguro de que hay mucha gente con inspiración liberal que sabe que para que nuestra región despegue hay que soltar lastre: el de los sobrecostes, el de la corrupción, el del masivo endeudamiento.

P.- ¿Cómo piensa seducir a los votantes de Ciudadanos?

R.- Yo creo que ya no hay votantes de partido como tal, los votantes ya no les pertenecen tanto a los partidos, pero creo que sí hay gente que comparte con nosotros efectivamente que España está mejor. Puede haber gente que ha votado a Ciudadanos a la que no le gusta ver al partido al que ha votado de la mano de Vox, que dice que hay que mandar a las mujeres a la cocina. Hay mucha gente moderna y europea que no quiere votar con la nariz tapada.

P.-  ¿Le ayuda haberse quitado la etiqueta de la izquierda?

Hay muchos madrileños que vienen de haber votado cosas muy diferentes y que están cansados de división"

R.- Yo soy una persona que, por biografía familiar y convicciones, soy profundamente de izquierdas. Pero siempre repito una cosa muy importante que repetía el presidente de Uruguay Pepe Mujica: lo importante no es adónde quieres llegar, sino el 'mientras tanto'. ¿Eres capaz de mejorar la vida de la gente sin sectarismos y sin importar lo que haya votado? Si eres capaz, eres un buen gobernante, y si no eres capaz da igual la etiqueta que te pongas. Lo fundamental no es el horizonte que tengas, es el mientras tanto. Tú quieres caminar hacia allá, perfecto, es precioso, pero mientras llegas ¿eres capaz de garantizar que mejora la vida de la gente? Si eres capaz eres útil y si no, no. Y siempre he aspirado a hacer política útil. Por eso, el 'mientras tanto' de Pepe Mujica lo llevo siempre en la cabeza.

P.- ¿La opción de Más Madrid recoge el voto de personas que nunca votarían a Podemos?

R.- Ya parece estar pasando. Las encuestas revelan una cosa, que por otra parte ya habíamos dicho, que en política dos más dos no siempre son cuatro, que cuando ensanchas le puedes ganar a más gente. Yo no he tenido prejuicios en proponer cosas en esta campaña. En España pasa una cosa, que si una propuesta parece que viene del otro lado, pues no la escuchas. Yo escuché en Francia decir a políticos decir que había que prohibir el móvil en las escuelas, y yo lo recogí porque me parecía bien. Y alguna gente me criticó y me decían 'pero si eso viene de políticos conservadores'; bien, pero es que si es una buena idea, me parece bien. Aspiro a que se pueda hacer a la inversa, que haya ideas que yo diga 'mira, esto me parece bien'.

Reconozco que me motiva mucho más gobernar bien que las discusiones de política de partido"

Esta mañana le estaba dando vueltas a que en España deberíamos adaptarnos al horario laboral europeo y tener un plan en la Comunidad de Madrid para favorecer la conciliación, que la gente pueda formar una familia, para favorecer menos uso energético porque vivimos más acompasados con las horas solares. Deberíamos favorecer que la gente pueda salir de trabajar a las seis de la tarde, un poco más adecuado a nuestro entorno europeo. No sé quién lo diría el primero, pero reivindico una política que pueda escuchar las mejores ideas haciendo como si fuera un ejercicio: coge la idea, y tápalo todo, y si te parece bien la puedes incorporar a un proyecto de comunidad que cuente con todos. Hay muchos madrileños que están expresando en las encuestas una voluntad de voto por Más Madrid que vienen de haber votado cosas muy diferentes, y que están muy cansados del permanente clima de división y enfrentamiento y quieren reconstruir.

P.- Habla de división. En el futuro ¿es posible una reintegración con Podemos o están en las políticas de trincheras?

R.- No estoy ahora en la política de trincheras, y la de tiempo que se gana. Se gana tiempo, salud y energía y ganas. Tengo por delante un proyecto que me hace muchísima más ilusión, que es gobernar la Comunidad de Madrid. De la Comunidad, cuando viajas fuera de Madrid, lo que la gente conoce es a Esperanza Aguirre aparcando en la Gran Vía, un máster falso, un ático con dinero en el altillo, bolsas de dinero en Colombia, el desfalco del Canal de Isabel II... Queremos que Madrid se reconozca por retener talento aquí, por ser líderes en producir energía no contaminante y no dependiente de fuentes fósiles. Quiero que se nos conozca por cosas buenas a los madrileños. Reconozco que me motiva mucho más y tengo muchas más ganas de gobernar bien que de las discusiones de política de partido.

P.-  ¿Por qué deberían votar a Más Madrid y no a Podemos o PSOE?

R.- Todas las cosas importantes en la vida se hacen con corazón y cabeza; si no lo haces con cabeza no llegas a ningún lado, pero si no lo haces con corazón, no llegas a ningún lado que merezca la pena. Somos la fuerza que le está poniendo corazón y cabeza, muy firme en las convicciones y al mismo tiempo con el pragmatismo necesario para hacerlo realidad, que no sea solo discurso. Lo que yo digo está avalado por práctica de Gobierno, estamos capacitados para gobernar. Además, estoy muy orgulloso porque he podido incorporar un científico investigador contra el cáncer, psiquiatras, una ambientóloga, sindicalistas, maestros, empresarios... He podido integrar una lista que se parece a la sociedad madrileña, que no es de cuotas de partidos.

He podido integrar una lista que se parece a la sociedad madrileña, que no es de cuotas de partidos"

Y en tercer lugar, creo que somos una candidatura verde. Eso nos distingue porque hemos asumido una cosa que los jóvenes han dicho ya: que no hay más planeta. Hoy estamos produciendo y consumiendo a un ritmo que nos exigiría tener un planeta y medio. Eso es un problema pero también una oportunidad, en la rehabilitación energética de las viviendas, en el big data para el transporte eléctrico, en la producción de la energía limpia... Hay inmensas posibilidades para que Madrid sea puntera. Para mí la crisis ecológica no es un apartado de programa, es una oportunidad.

P.-  El funcionamiento del Metro ha sido una de sus principales quejas estos meses, ¿qué proponen?

R.- Una de las razones que nos impulsaron a Manuela y a mí a dar el paso juntos no era una razón partidista, sino de poner a colaborar a las administraciones, porque Madrid es ciudad pero tiene una inmensa área metropolitana; mientras Carmena emprendía Madrid Central, la Comunidad de Madrid tenía el Metro absolutamente colapsado porque no invertía. Hay que volcarse en el Metro, la única política del PP es decir que donde cabían 4 madrileños por metro cuadrado, ahora caben 6, y contratar empujadores para que se cierren las puertas. Hay que desamiantar 40 vagones de metro, que es peligroso para la salud y ha costado vidas, hay que comprar 150 trenes más y contratar a 1.800 trabajadores, y yo quiero que el Ayuntamiento vuelva al accionariado del Metro.

Es absurdo que con el móvil podamos ver la cuenta del banco o pedir comida pero no pagar el billete de Metro"

La segunda propuesta es que hay que integrar toda la red de transportes en una sola malla de transporte, con aparcamientos disuasorios que te permitan dejar el coche y conectar con la red de transporte público, y luego que esté todo integrado aquí [coge el teléfono móvil]. Es absurdo que hoy, que con el móvil podemos ver la cuenta corriente o pedir comida, no podamos pagar el billete intermodal de todos los sistemas de transporte. Esto nos permitiría hacer una tercera cosa: con big data y geolocalización tener información de cómo se transportan los madrileños, cuáles son las prioridades, dónde hay más demanda, y por lo tanto adelantarnos. Es absurdo que no lo tengamos y eso solo responde a que el Consorcio regional no se ha comportado como una agencia de transporte, ha sido solo una caja de dinero. Necesitamos planificar una malla integrada que integre Renfe, bici, moto eléctrica, taxi... Es bastante de sentido común.

P.-  ¿Rescindiría los contratos privados de la Administración, como ha propuesto Podemos?

R.- No sé lo que me voy a encontrar y no sé cómo son esos contratos, así que hay que ser prudentes porque los contratos no se rescinden cuando uno quiere. Manuela se encontró contratos de limpieza que no permitían que la ciudad estuviera todo lo limpia que tiene que estar, y los puede rescindir en la siguiente legislatura. Eso fue una herencia envenenada que le dejó el Ayuntamiento de Ana Botella. No sé qué me voy a encontrar. Sí manifiesto una voluntad política: yo quiero que la sanidad sea 100% pública, también los servicios privatizados de mantenimiento, limpieza... Quien quiera, es perfectamente libre de pagarse sanidad privada.

Si una donación de Amancio Ortega ayuda a salvar vidas, bienvenida sea", dice Errejón

La Cámara de Cuentas dice en un informe que la Comunidad ya sabía que cuando derivaba un enfermo a la sanidad privada costaba hasta seis veces más; el PP no lo hizo ni por rentabilidad, sino por una suerte de fanatismo ilógico. Me dio envidia cuando vi al Gobierno valenciano recuperar el hospital de Alzira, privatizado, para el conjunto de los valencianos. En algunas cosas hay que ser conservador, la sanidad pública es una buena idea y quiero volver a ella.

P.-  Volviendo a la Sanidad, ¿usted aceptaría una donación de equipos contra el cáncer por parte de Amancio Ortega?

R.- Sí. Los servicios públicos y el estado de bienestar no pueden depender del ánimo o la filantropía de los millonarios. Nos hemos inventado una cosa más útil: las normas y los impuestos. Si además de eso alguien quiere hacer una donación, si es una que ayuda a salvar vidas, bienvenida sea. Siempre que vaya acompañada de la contribución fiscal para sostener el Estado de Bienestar, no veo que haya contradicción.

P.-  En la Comunidad has mencionado alguna vez que es una "oportunidad histórica" para el cambio. ¿A nivel nacional ha pasado esa oportunidad para la nueva izquierda? ¿Se ha cerrado la crisis constituyente?

R.- Demasiada gente votó a la contra en las últimas elecciones. Eso significa que los grandes retos de nuestro país estuvieron ausentes de la campaña. Nuestros padres hicieron un gran acuerdo, pero ese acuerdo se ha roto y nosotros tenemos que reconstruir. Las cuestiones sobre las que hay que hacerlo -pensiones y seguridad social, igualdad de oportunidades, economía digital...- todavía no se afrontan. Hoy [por ayer] se constituye el Congreso, y las cosas de las que se van a hablar hoy son las anécdotas. Que entiendo que generen interés, pero los grandes retos de España siguen pendientes. La necesidad de fuerzas políticas que asuman la valentía de decir 'yo quiero dibujar el escenario para la próxima generación' siguen estando encima de la mesa. Lo quiero decir en primera persona generacional: eso nos toca a nosotros.

No podemos pedir a la generación que conquistó la libertad y la democracia que nos saque las castañas del fuego"

No podemos seguir pidiéndole a la generación que conquistó la libertad y la democracia que nos saque las castañas del fuego. Estoy muy agradecido pero nos toca a nuestra generación otra vez reconstruir un país que está muy tenso por las costuras y que tiene como principal problema la desigualdad, que ha quebrado la confianza social. Eso exigen fuerzas políticas valientes, sin miedo a equivocarse, a proponer cosas de futuro. Estuve mucho tiempo en política nacional. Bueno, fue muy poquito pero se me hizo muy intenso. Ahora estoy en la autonómica. Mi contribución a ese esfuerzo por recontruir la convivencia y el contrato social en España es empezar haciéndolo por el centro de España, por Madrid.

P.-  ¿Esa política de trincheras a la que se refería antes ha llevado a Podemos a fracasar en su objetivo?

R.- Hay debates en los últimos años que no habrían existido sin Podemos, pero yo he planteado una alternativa diferente en Madrid, que me hubiera gustado que incluyera a más gente, pero que es diferente por esa voluntad de reconstruir. Eso exige un coraje que a veces no está recompensado. Hay que ser mucho más valiente hoy para tender puentes que para volarlos, pero es que lo útil para nuestra generación es reconstruirlo, es lo que la gente está esperando. Y creo humildemente que eso se está reflejando en una campaña que nos hemos echado nosotros al hombro, en la ciudad y en la Comunidad. Si hoy hay una oportunidad de gobierno progresista en la Comunidad de Madrid es gracias a que nos hemos atrevido, porque hace un mes ninguna encuesta la daba.

Si hay una oportunidad de gobierno progresista en la Comunidad es gracias a que nos hemos atrevido"

En el CIS ganaron los partidos de las derechas y hoy las encuestas dan que puede haber un gobierno diferente. ¿Por qué? Porque nos hemos atrevido a poner sobre la mesa cosas que cualquiera puede compartir sin importar lo que haya votado y sin ofender necesariamente. Hay gente que puede haber votado otra cosa en las generales y que digan: 'Es evidente que no puede haber una diferencia de 10 años en esperanza de vida si naces en Boadilla o en Parla'. Las grandes cuestiones que necesitamos para reconstruir la Comunidad son transversales, y eso la gente lo agradece.

P.-  ¿Hace falta más transversalidad en el Congreso de los Diputados?

R.- Hace falta bajar el diapasón, bajar el volumen un poco. La gente no lo sabe, pero en el Congreso de los Diputados las cosas más importantes ocurren cuando todo el mundo deja de sobreactuar. A veces en el hemiciclo estamos muy atentos a los gestos, los gritos, los insultos, y luego las grandes cosas salen cuando bajamos un poco. Eso no significa que estemos de acuerdo en todo, la democracia no es estar de acuerdo en todo, la democracia es el derecho a que las ideas se confronten sólo con ideas. Pero cuando bajamos un poco el volumen somos capaces de llegar a entendimientos que hacen falta. No es más que llevar a la política lo que ya tenemos fuera: todos tenemos un familiar que piensa y vota absolutamente diferente y con el que nos entendemos y echamos unas risas. Todos tenemos un compañero de trabajo que vota en las antípodas y nos podemos entender. Pero luego, cuando esto llega a las instituciones no se puede. Qué cosa más absurda es eso.

P.-  ¿Hay espacio para una fuerza estatal de Más país?

R.- Yo estoy centrado en la Comunidad. Tengo un solo objetivo que es gobernar la Comunidad y hacerlo bien, y que sea un ejemplo de que las cosas se pueden hacer de otra forma. El trabajo con Carmena este tiempo me ha enseñado que hay discurso, propuesta, que genera titulares, pero hay un trabajo de día a día que genera una credibilidad insustituible. Si en Madrid demostramos que las cosas se pueden hacer de otra forma, será la mejor contribución al país.