Ernest Maragall, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona y ganador de las elecciones del pasado 26M, ha anunciado hoy la congelación de las negociaciones con los comunes de Ada Colau hasta que decidan si quieren gobernar en coalición con los republicanos o con el apoyo del socialista Jaume Collboni y los votos para la investidura de Manuel Valls. Al tiempo que lanzaba este ultimátum, Maragall ha ofrecido a Colau una suerte de "vice alcaldía" de nueva creación dentro del gobierno de coalición en la ciudad.

"Mientras los comunes no definan su decisión o sigan su flirteo con el PSC y el señor Valls, parece oportuno abrir un paréntesis en las conversaciones entre Esquerra y los Comunes" ha apuntado Maragall tras lamentar el flirteo de Colau con los socialistas y su insistencia en un gobierno tripartito en la ciudad, integrado por ERC, Barcelona en Comú (BeC) y el PSC que tanto republicanos como socialistas rechazan. "Cada parte debe tomar decisiones dentro de sus responsabilidades" ha apuntado el dirigente republicano, antes de proseguir con las negociaciones.

En los últimos días, Maragall ha pasado de hablar de un gobierno en solitario al frente de la ciudad, convencido de que los 5.000 votos de ventaja que obtuvo sobre Colau serían suficientes para imponerse a la alcaldesa en segunda votación, ha plegarse a buena parte de las exigencias de la alcaldesa, como la de abrir negociaciones con los socialistas. Maragall invitó el lunes a Collboni a una reunión de tanteo -más formal que efectiva- pero el candidato socialista rechazó reunirse con el republicano para dejar claro que el PSC mantiene su veto a la coalición de gobierno con ERC.

Esquerra mantiene sin embargo su veto a la otra fórmula que, desde algunos sectores de los comunes, se ha puesto sobre la mesa, la posibilidad de compartir la alcaldía, dos años en manos de Maragall y los dos siguientes para Colau.

En rueda de prensa con miembros de su equipo, Maragall ha advertido hoy de que BComú debe escoger entre un proyecto de ciudad progresista que genere estabilidad y confianza con ERC, y "el invento de la aberración del voto y la inestabilidad de un gobierno supeditado y siempre pendiente y condicionado por la figura y el voto de Valls".

Ha avisado de que los republicanos tampoco pueden "aceptar un tripartito imposible" con el PSC, y ha dicho que la situación cambiaría si Colau encontrara con los socialistas puntos de encuentro en cuanto a la libertad de los dirigentes independentistas presos y a la apertura de conversaciones para un referéndum, pero no lo ve probable.

Traje a medida para Colau

El republicano se ha ofrecido, eso sí, ha definir una figura "de nueva creación" en el Consistorio para dar a Colau una relevancia mayor en el gobierno local que la de simpe teniente de alcalde, reconociendo así el empate a diez regidores entre ambas fuerzas. "Toda nuestra disposición para una figura de alto nivel" ha apuntado, que reúna "el conjunto de atribuciones y representación institucional al nivel que podamos acordar".

En este contexto, ha asegurado que está dispuesto a reunirse todas las veces que sea necesario con Colau, pero que las conversaciones requieren un clima de lealtad y confianza entre las organizaciones y a nivel personal, lo que es incompatible con una "estrategia paralela" de negociaciones de Colau con el PSC. "En ningún caso nos podemos situar en un escenario de subasta" a la espera de una decisión unilateral de BeC en función sólo de quien es alcalde -podría serlo Colau con los votos de PSC y BCN Canvi-Cs-, y ha advertido de que ERC no ejercerá de figurante en este escenario de mercadeo a tantas bandas, aunque ha resaltado que los comunes tienen derecho a estudiar opciones.

Pese a esa predisposición al diálogo Maragall no ha podido evitar lanzar una pulla a Colau, a la que ha recriminado que desde la noche electoral "solo ha aparecido en plasma". El republicano ha comparado por ello a Colau con Mariano Rajoy y le ha afeado que no haya concedido ninguna rueda de prensa en los últimos días, mientras se intensifican las especulaciones sobre el futuro de la alcaldía y los cuadros y simpatizantes de los comunes se dividen en dos bloques entre los favorables a pactar con ERC y los que defienden que Colau debe seguir siendo alcaldesa con el apoyo del PSC.