Más de un centenar de representantes del autodenominado catalanismo moderado se reúne hoy en el icónico Monasterio de Poblet convocado por la plataforma El país de demà, para dar voz a los hastiados por el procés sin renunciar al independentismo. No pretenden fundar un nuevo partido político, afirma su principal impulsor y cara visible, el ingeniero y director de ESIC, Antoni Garrell. Pero tendrá muchos políticos en su primer encuentro, casi todos procedentes de la antigua Convergencia.

Los más destacados son el ex conseller Lluís Recoder -señalado en algunos entornos como el relevo natural de Carles Puigdemont si el PDeCat consigue recuperar las riendas del espacio que lidera el ex president- Marta Pascal y Carles Campuzano. Pero también estará ahí la dirigente de Convergents Silvia Requena, y algunas fuentes apuntan también el representante de Units, herederos de Unió Democràctica, Albert Batlle.

El proceso iniciado en los debates del Palau Macaya, junto a representantes de otros ámbitos como el editor Félix Riera, próximo a Unió o el ex letrado mayor del Parlament, Antoni Bayona, que ha participado activamente en la redacción de la ponencia política. En esos encuentros se constató la necesidad, entre el soberanismo, de hacer una reflexión sobre las consecuencias nocivas del proceso independentista culminado en 2017 y abogar por la renuncia definitiva a la vía unilateral.

Esto es, una "pista de aterrizaje" que permita a los independentistas menos ortodoxos volver a la gestión de la autonomía mientras se sueña en una futura independencia para la que, ahora sí, reconocen imprescindible una auténtica mayoría social y un proceso acordado con el Estado.

No sólo política

En julio se fijaron cuatro grupos de debate centrados en economía, política, sociedad y valores, a partir de los que se analizarán las consecuencias del procés. "No sólo a nivel político" reconoce uno de los participantes, "también hay heridas sociales e incluso personales que hay que restañar" añade yendo mucho más allá de lo que reconoce el oficialismo independentista.

Tras la reflexión, hoy se presentan las cuatro ponencias en las que básicamente se pide superar el "procés" porque no es "posibilista", como reconoció el Garrell en la presentación del proyecto este miércoles. Por ello, El Pais de Demà abogará por trabajar en "grandes consensos" y recuperar una relación "fluida" con el Estado.

Garrell aseguró además que, aunque a esta reunión puedan acudir algunos exdirigentes del PDeCAT o de CDC que a título personal han hecho sus aportaciones a los textos, como Marta Pascal, Carles Campuzano o Lluís Recoder, El país de demà no tiene "ningún interés" en convertirse en un nuevo partido político, ni está condicionado por el proceso de reordenación de JxCat.

El PDeCat se desmarca

Una advertencia que recoge también la actitud oficial de la dirección del PDeCat que lidera David Bonvehí. La ejecutiva neoconvergente ha evitado acudir a la cita y que el partido se vea involucrado en el proyecto, más allá de los críticos "purgados" por Carles Puigdemont y su entorno durante el último año.

Los impulsores de la plataforma, en los que algunos han señalado las muchas coincidencias con el entorno político de Artur Mas, reconocen sin embargo que su objetivo es poner sobre la mesa propuestas que tengan influencia sobre las fuerzas políticas. De hecho, Garrell dejó claro que aquellos partidos que asuman sus postulados tendrán su apoyo.

Unos postulados que dejan claro que "la independencia es un objetivo legítimo y compartido por muchos" pero reclaman la renuncia expresa a cualquier vía unilateral. No en vano son muy críticos con las consecuencias del unilateralismo practicado entre 2015 y 2017, obviando advertencias judiciales e incumpliendo mandatos legales. Una postura que ya les ha valido la acusación de "autonomistas" desde el independentismo ortodoxo.

Reclaman un "independentismo posibilista" y defienden que el proceso soberanista se debería llevar a cabo "con 'seny', perseverancia y paciencia", con una estrategia a "largo plazo" que no pase por la "unilateralidad", que incluya una "amplia mayoría" de la ciudadanía que lo apoye y que se haga "respetando las leyes de la UE".

Abogan además por "recuperar una relación fluida" con el Estado para desencallar proyectos beneficiosos para Cataluña y, a la vez, "facilitar el diálogo" que permita dar una solución al conflicto catalán. En este sentido, uno de los puntos del documento político aboga por sacar "el máximo rendimiento a la autonomía" que tiene Cataluña actualmente y por centrar las energías en "mejorar el funcionamiento y el prestigio" de las instituciones catalanas".