Quim Torra afronta hoy su segundo Debate de Política General. Una auténtica reválida, después del suspenso que le otorgaron los ciudadanos en el sondeo posterior del año pasado, y con la presión añadida de una Esquerra empeñada en adelantar elecciones para hacer efectivo el sorpasso a la ex convergencia que el vaticinan todas las encuestas.

El presidente catalán llega al envite parlamentario con una hoja de servicios tan pobre como la del año pasado en lo que respecta a la gestión de su gobierno. Pero también lo hace aupado por la subida de la tensión con la justicia, con la que mantiene un enfrentamiento prácticamente personal a cuenta de la pancarta del Palau de la Generalitat. El mejor argumento para que un dirigente independentista pueda exigir unidad a sus socios, pese a todas las disputas.

Los enfrentamientos entre JxCat y ERC han llegado a extremo en las últimas semanas por culpa -en teoría- de las diferentes visiones de uno y otro partido sobre cómo responder a la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes del procés. Esquerra insiste en el adelanto electoral mientras JxCat ha vuelto a poner sobre la mesa incluso la investidura a distancia de Carles Puigdemont, solo para incomodar a sus socios.

JxCat y ERC intentan exhibir unidad

Para desmentir esa imagen de división, Torra y Pere Aragonés, vicepresidente del Govern y líder de ERC junto a Oriol Junqueras, presidirán una reunión conjunta de los grupos parlamentarios de ambos partidos media hora antes del inicio del debate. Una sesión que abrirá Torra con una intervención sin límite de tiempo, a partir de las 11, que por la tarde responderán los grupos.

Justo entonces concluirá el plazo de 48 horas que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dio al presidente catalán para retirar de la fachada de Palau la pancarta en favor de los presos políticos, en cumplimiento de las medidas cautelares solicitadas por Impulso Ciudadano. Esta entidad ha denunciado a Torra por vulnerar la debida neutralidad institucional con esa pancarta, que Torra asegura que no piensa retirar.

Este juicio se une al que Torra afrontará en su fase oral el próximo 18 de noviembre, cuando el TSJC ha fijado la nueva fecha para el juicio por desobediencia a la Junta Electoral Central, de nuevo por no retirar la misma pancarta que ahora denuncia Impulso Ciudadano.

"Indignación" por las detenciones de CDR

Junto al peligro de ver como se abre un nuevo frente judicial contra el presidente catalán, el independentismo tendrá hoy otro argumento para soldar la maltrecha unidad de los tres partidos que lo integran oficialmente en el Parlament: la operación policial contra miembros de los CDR ordenada por la Audiencia Nacional, que ha obrado el milagro de unir a JxCat, ERC y la CUP como no lo estaban desde el juicio al procés.

Torra recogió ayer esa indignación con el envío de una carta al presidente en funciones, Pedro Sánchez, exigiéndole explicaciones por la operación policial y las detenciones. Una misiva en la que el presidente catalán se revería a los investigados como "ciudadanos comprometidos" y acusaba al Gobierno de orquestar una operación policial contra el independentismo, en la mejor tradición del argumentario antisistema de la CUP.

Frente judicial con exteriores

El Govern afronta aún otro "frente judicial": El abierto por el Ministerio de Exteriores de Josep Borrell contra la apertura de nuevas "embajadas" que impulsa la Conselleria de Exteriores. Una batalla en la que el govern podría dar mañana un nuevo paso, con la aprobación de un decreto para "blindar" las nuevas delegaciones recurridas ante el TSJC por el Gobierno.

El Consell Executiu aprobará hoy seis decretos de creación de las delegaciones de la Generalitat en Estados Unidos, Alemania, Suiza, Reino Unido, Francia e Italia, según avanza NacióDigital. Se trata de "embajadas" ya reabiertas por el Govern, que están recurridas por Exteriores. Con los nuevos decretos de creación el Govern pretende blindar su funcionamiento pese al recurso judicial interpuesto por eel Gobierno.