El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha asegurado este jueves ante el Pleno del Parlament que "volverá a poner las urnas" como respuesta a la condena de un centenar de años impuesta por el Tribunal Supremo a los líderes del 1-O. Era la propuesta prometida por el president desde hace meses como respuesta a la sentencia del procés: volver a ejercer el "derecho de autodeterminación" para "validar la independencia en esta legislatura" y hacerlo con una propuesta de constitución catalana en primavera del próximo año. El problema es que nadie más en el Govern ni en los partidos que le dan apoyo conocía esa propuesta, lo que ha abierto la puerta a una nueva crisis de Govern.

Torra se reunió ayer de forma "informal" con miembros de su ejecutivo la tarde del miércoles para preparar su intervención, pero no advirtió allí de que pensaba plantear un nuevo envite al Estado. Tampoco lo hizo, en privado, al vicepresidente y líder de ERC Pere Aragonés, ni con la consellera de Presidencia y dirigente de JxCat Meritxell Budó. Nadie sabía que Torra propondría como respuesta a la sentencia un nuevo referéndum, aunque en su intervención nunca ha utilizado esa palabra. Y esa ignorancia ha encendido a sus socios de gobierno, que ya llegaban escamados al pleno por la intempestiva y solitaria aparición de Torra anoche en TV3 para condenar los incidentes violentos en Barcelona.

A ERC no le ha gustado la comparecencia televisiva de Torra por tardía y porque apareció solo, sin Aragonés ni el resto del Govern. Y hoy tampoco ha gustado el discurso en el Pleno, que ha provocado dos reuniones paralelas del Grupo de ERC -Aragones y Roger Torrent incluidos- en los despachos de Esquerra, mientras en el de Torra se reunían los consellers de JxCat.

Ya «valoraremos» su propuesta, le ha respondido el republicano Sergi Sabrià, quien ha advertido en el estrado que «es hora de acumular fuerzas y de crecer, no es el momento de poner fechas, sino de trabajar en consensos que representen el 80% de Cataluña». Tras el pleno y ya en los pasillos del Parlament, Sabrià no ocultaba su enfado con el presidente catalán por haber hecho pública una propuesta de abierta confrontación con el Estado sin consultar primero a sus socios de gobierno.

"Hemos ganado algo" ha apuntando Sabrià, ironizando con que Carles Puigdemont anunciaba sus propuestas, sin someterlas a discusión, en los despachos independentistas y Torra ha pasado a soltarlas directamente en el hemiciclo.

Torra señala la falta de acuerdo entre los partidos

Desde el entorno del president, sin embargo, se argumenta que "todos" tanto en el Govern como en los partidos, conocían su postura porque la ha explicitado en diversas reuniones en los últimos tiempos. Y sabían que no podía presentarse ante el pleno sin una propuesta de respuesta a la sentencia que lleva anunciando -y preparando en reuniones diversas con partidos y entidades- desde hace casi un año.

Aunque el principal argumento de Torra para lanzarse a la propuesta de un nuevo referéndum ha sido la incapacidad de los partidos independentistas, a los que se quería sumar a los comunes, de llegar a una posición consensuada que pudiera ser votada en el Pleno. "Llevan semanas negociando" apuntan estas fuentes, "el president dejó claro que si no había una propuesta unitaria él plantearía la suya".

Aclaran que Torra no pretende imponer esa propuesta, solo la ha puesto sobre la mesa, pero dejan claro también que "si los partidos no le apoyan, explicará que no se puede hacer porque no quieren". Y aseguran que no se trata de un referéndum unilateral. "Ha hablado de vías para ejercer la autodeterminación", apuntan, argumentando que esto se puede traducir también en un referéndum acordado o en unas elecciones plebiscitarias, como las planteadas por Artur Mas en 2015.