La polémica en torno a las imaginativas fórmulas de las fuerzas nacionalistas para acatar la Constitución estaba garantizada. Sobre todo después de que Meritxell Batet eludiese la reclamación del PP para aplicar obligatoriamente la fórmula avalada por el Tribunal Constitucional para adquirir la condición de diputado, que establece que los juramentos no pueden acompañarse de "cláusulas o expresiones que, de una u otra forma, limiten o condicionen su sentido propio, sea cual fuese la justificación invocada para ello".

Antes de comenzar los juramentos ha pedido la palabra la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, quien ha planteado a la recién elegida presidenta del Congreso, que "se lea la resolución del Tribunal Constitucional que especifica cómo deben producirse esos juramentos" y ha lanzado una amenaza: de no hacerlo, "aténgase a las consecuencias". La petición de Álvarez de Toledo ha sido obviada, de nuevo, por Batet, quien ha optado por hacer una "aplicación flexible" y no una "arbitraria" de las normas, para "garantizar el derecho constitucional a la participación".

El juramento ha comenzado como se esperaba: con los "por España, sí juro" de los 52 de Santiago Abascal, con la "libertad de los presos políticos" de la bancada independentistas y con otras fórmulas curiosas, como la empleada por el recién elegido secretario primero de Unidas Podemos, Gerardo Pisarello, que ha jurado "por las Trece Rosas", en referencia a las trece mujeres asesinadas por el franquismo en 1939, mientras otros diputados morados lo han hecho por "los derechos sociales".

Por su parte, PNV y EH Bildu ha acatado la Carta Magna en euskera, y los últimos lo han hecho "por imperativo legal, hasta la creación de la República Vasca", momento en que Santiago Abascal ha pedido la palabra, pero Batet se la ha negado. "No va a interrumpir el proceso de acatamiento", ha dicho. Mientras, en la bancada independentista, los diputados de ERC y JxCat han pronunciado un juramento "con lealtad al mandato democrático del 1 de Octubre, por fidelidad al pueblo de Cataluña, por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados y por imperativo legal, prometo".

Una vez finalizados los juramentos, han pedido la palabra de manera escalonada Santiago Abascal, Pablo Casado e Inés Arrimadas. En concreto, el líder de Vox ha amenazado con querellarse no sólo contra los diputados que han realizado alusiones inconstitucionales, sino también con presentar "acciones legales" contra Batet por "prevaricación"; el presidente del PP para anunciar que presentarán un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional; y la líder naranja para protestar por la "flexibilidad" de Batet ante los "graves insultos a nuestra democracia".

De nuevo, la presidenta del Congreso ha respondido a los líderes de los tres partidos del bloque de centro-derecha leyéndoles la sentencia del Constitucional y asegurando que "es perfectamente legal". "Todas las fórmulas utilizadas hoy ya se han utilizado en un pasado", ha dicho, al tiempo que ha defendido su "interpretación" de la legislación.

Así, la dirigente socialista ha tratado los acatamientos de la misma forma que lo hizo el pasado mes de mayo: sin límites. Según fuentes populares, Batet respondió a última hora de la tarde del lunes al escrito que envió el Grupo Parlamentario Popular para que ésta controlase juramentos "humillantes" y no permitiese otra fórmula que la de "sí juro" o "sí prometo", una petición ignorada por la socialista.

Una vez más, ha vuelto a estar encima de la mesa el debate sobre la permisividad que debe emplearse en el acatamiento de la Carta Magna y las consecuencias legales en la que puede incurrir la presidenta de la Cámara. En la pasada sesión constitutiva, los por entonces presos preventivos del procés y los diputados de ERC y JxCat juraron «por la República catalana» o «por los presos políticos».

El Congreso de la XIV Legislatura ha echado a andar este martes con la elección de los nuevos miembros de la Mesa presidencial en una sesión en la que el foco estaba puesto en Vox y sus posibilidades de entrar o no en el órgano rector de la Cámara, que ha logrado finalmente una vicepresidencia.

Meritxell Batet ha sido reelegida presidenta del Congreso con el voto a favor de 166 diputados, esto es, los del PSOE, Unidas Podemos, Más País y otros parlamentarios del Mixto. Pero quizá lo más reseñable ha sido una buena proporción de votos blancos y nulos, todos ellos de las filas del independentismo, es decir, JxCat, Bildu e incluso ERC, de cuya abstención depende el gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, han aprovechado para escribir «libertad» en las papeletas de voto.

También en el Senado

El esperpento en las fórmulas de acatar la Constitución se ha trasladado también a la Cámara Alta, donde Javier Maroto (PP) también había solicitado, sin éxito, que la recién elegida presidenta del Senado por mayoría simple, Pilar Llop, pusiese coto a las imaginativas fórmulas del nacionalismo.

Llop había comunicado a la Cámara, antes de tomar acatamiento de la Constitución a los demás senadores, que las fórmulas heterodoxas de los independentistas catalanes y vascos son válidas y no contradicen la Constitución.

Algunos senadores, como los del PNV, han jurado en euskera y castellano, "por imperativo legal", y otros, como los de ERC, han vuelto a añadir una coletilla en catalán en la que piden la "libertad de los presos políticos" e invocan "la República catalana" que Llop ha dado por buena.