Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han presentado este lunes por la tarde su programa de Gobierno conjunto calificándolo como "histórico", pero no han admitido ni una sola pregunta ni periodistas durante su breve alocución y eso que Sánchez ha agradecido, nada más empezar, la presencia de la prensa, la misma que seguía ambas intervenciones por plasma.

Tras meses de desencuentros, acusaciones cruzadas y, cuando no, ataques directos, además de una repetición electoral, este lunes se ha firmado el pacto del gobierno de coalición, que resume en cincuenta folios y bajo el título "Coalición progresista. Un nuevo acuerdo para España", el programa del futuro gobierno con el permiso de ERC, que tiene que abstenerse para hacer posible la investidura de Sánchez. Parece que éste ha exorcizado sus recientes temores respecto a las pretensiones de Iglesias de tener una especie de Ejecutivo paralelo al socialista.

Al menos así lo ha expresado un sonriente Sánchez al afirmar que ambos tienen no sólo la "voluntad conjunta de ser gobierno sino de hacer gobierno". De ir más allá "de compartir Consejo de Ministros" para pasar a compartir "políticas, propuestas, proyectos e ilusión por mejorar España". El reto, ha proseguido Sánchez, "es enorme".

Tras subrayar que "tenemos un país diverso en lo territorial y en lo ideológico", ha señalado que si bien eso hace "compleja" la gobernabilidad, no la hace "imposible" para pasar a considerar que éste es "una gran oportunidad para hacer las reformas que necesita nuestro país".

Llamamiento al Parlamento para que "nos permita echar a andar"

Con una escenografía muy similar a la del 12 de noviembre, cuando apenas dos días después de la repetición electoral, anunciaron que iban a negociar un gobierno de coalición, con abrazos incluidos, el aspirante a la investidura ha hecho un llamamiento al Parlamento, "que nos permita echar a andar" en alusión a los votos que necesita para sumar más síes que noes en la segunda votación de investidura. en cambio, no ha hecho alusiones a ERC no adelantado una fecha para dicha sesión parlamentaria, que se antoja inminente de modo que el día 5 esté ya investido.

Sánchez, que ha aprovechado la circunstancia de no tener que responder a preguntas, ha aprovechado para soltar un pequeño mitin sin réplica en el que ha denunciado la existencia de una "España que avanza y otra que bloquea", representada, respectivamente, por "las fuerzas progresistas y la ultraderecha". él se ha limitado a traducir, ha agregado, "la voluntad de los españoles mediante el diálogo y el acuerdo", haciendo un llamamiento para hacer de esta legislatura "un tiempo útil para nuestro país".

En cuanto gobernabilidad, ha alertado de que esta será ley a ley y Presupuesto a Presupuesto, y ha llegado a echar mano de Antonio Machado al afirmar que hará "camino al andar". Esta situación responde a una nueva normalidad institucional. Lo tenemos que asumir con inteligencia y generosidad y con vocación de compartir el poder para fortalecer las instituciones y para regenerar la vida política".

Mucho más breve ha sido su futuro vicepresidente, que ha apsotado por un gobierno referente en políticas sociales, climáticas, feministas y de modernidad ademas de "vacuna al crecimiento de la  extrema derecha en Europa". Ha pasado de generar pesadillas a Sánchez a agradecer su "generosidad". "Es un honor que sea nuestro presidente y compartir gobierno. Estamos deseando ponernos a trabajar y que la investidura sea pronto", ha dicho Iglesias,

El programa recoge importantes medidas en materia económica, como la derogación de la reforma laboral de 2012 o la regulación de los alquileres, y a nivel autonómico. Los dos líderes han sellado el acuerdo en un acto cerrado a la prensa escrita, sólo ante ante gráficos, y al que han acudido, entre otros, la ministras de Hacienda en funciones, María José Montero, Adriana Lastra, Rafael Simancas, Iván Redondo, Alfonso Gómez de Celis, Ione Belarra, Enrique Santiago, Juan López de Uralder, Alberto Garzón y Pablo Echenique, entre otros.